Capítulo 23.

7 1 1
                                    

Hyunjin estudió a Yizhuo mientras ella se plantó frente a él justo fuera del rango de sus cadenas. Ella lo ayudaría. Él se preguntó qué habría cambiado en su mente. Estaba claro que odiaba a los vampiros a un extremo que Hyunjin no había visto siquiera en cazadores.

—Hay algunas reglas con las que debes estar de acuerdo.

—Lo que sea —dijo Hyunjin.

—No quiero ver tus colmillos, ni garras, ni ojos rojos. Si los veo, se termina todo. Harás todo lo que te pida. Si fallas al seguir aunque sea una sola de mis órdenes o pierdes el control, se termina todo. Si decido influenciar tus emociones o hipnotizarte, te entregarás a mí. ¿Entiendes?

Hyunjin estaba tan desesperado por terminar con su dolor que hubiera aceptado cualquier cosa que ella propusiera.

—Sí, mi señora, mantendré mi lado vampiro a raya y haré todo lo que me pidas.

—Y algo más, quiero tu palabra de que no me harás daño.

Hyunjin asintió.

—Te doy mi palabra, no te lastimaré.

Él esperaba cumplirlo. El tener sangre dentro suyo lo ayudaría a mantener el control, pero no sabía lo que su lado íncubo era capaz de hacer.

Yizhuo dio un paso hacia adelante e hizo una pausa, tomó una profunda respiración, y entonces caminó hacia Hyunjin. Tocó su pecho y tembló. Su mano se sentía tan bien descansando sobre él.

Ella levantó su camisa y presionó una mano contra su estómago, justo debajo de su ombligo. Él deseó que ella continuara moviendo su mano hacia abajo y la pasara sobre su erección.

Sintió una sensación de eco mientras ella lo escaneaba.

—Tus bolsas de sangre ya casi se han secado. Y tu soavik está vivo de hambre —Hyunjin soltó una risita entre dientes.

—Te pude haber dicho eso.

Su rostro se iluminó con una sonrisa. Hyunjin se alegró al verla sonreír.

Yizhuo caminó a su alrededor hasta situarse detrás de él y liberó la cadena unida a su collar, entonces pasó sus manos por sus brazos y desencadenó los grilletes. Una vez liberado, Hyunjin se masajeó las muñecas. Deseaba que ella pudiera quitarle el collar y los brazaletes también.

Yizhuo se movió hacia la cama y se sentó sobre ella.

—Desvístete y ve a ducharte.

Hyunjin se quitó las ropas y las lanzó sobre su catre. Ella lo observó desvestirse mientras se quitaba los tacones. Si Hyunjin no se equivocaba, juraría que la oyó jadear entre dientes cuando él se quitó la ropa interior y liberó su miembro duro.

Consciente de su mirada, se pavoneó hacia la ducha y abrió el grifo. El agua caliente que salía de tres cabezales caía en cascada a su alrededor. Hyunjin cerró sus ojos un momento mientras disfrutaba la sensación relajante. Escuchando los ventiladores casi silenciosos que chupaban el vapor, impidiendo que la humedad escapara de aquella esquina de la habitación.

Yizhuo se aclaró la garganta.

Él le sonrió y se apuró para terminar la ducha. Agarró una toalla y, una vez que estuvo seco, Yizhuo le hizo señas para que se le uniera en la cama. Envolviendo la toalla alrededor de sus caderas, dio unos cuantos pasos hacia ella. Su corazón comenzó a latir más rápido y él pudo oler su miedo. Dio un paso atrás.

Yizhuo se puso de pie, respirando pesadamente, congelada en el lugar como si estuviera intentando controlar su miedo.

Hyunjin esperaba que ella no hubiera cambiado de opinión. No estaba seguro de poder sobrevivir algunas semanas más sin alimentarse.

Captive: Beautiful MonstersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora