Capítulo 24.

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Llevó un tiempo, pero finalmente su lado vampiro retrocedió y él se volvió para enfrentarla.

Ella tenía una expresión preocupada.

Hyunjin se sorprendió cuando ella se volvió a sentar en la cama y palmeó el lugar a su lado.

—Ven aquí. Te enseñaré algo.

Él pensó que de seguro ella acabaría con esto. Se preguntó qué sería lo que le mostraría al sentarse en la cama.

—Esto me llevó un tiempo aprenderlo, así que no te frustres si no funciona. Hyunjin asintió.

—Quiero que toques mi brazo. Visualízate dándome placer a través de tu toque. Imagínate arrastrándome hacia ti.

Hyunjin se inclinó y tocó su muñeca, entonces, lentamente, dejó que sus dedos subieran por su brazo. Él sí quería darle placer. Quería avivar las brasas frías dentro de ella y hacer que su cuerpo se volviera a estremecer.

Ella respondió. Sus ojos viraron hacia atrás y su corazón empezó a latir más rápido, sin miedo esta vez, sino que con pasión. Sus respiraciones comenzaron a acortarse.

Él continuó hacia su hombro, y luego debajo por sus pechos. Ella gimió cuando él acarició su cálida piel.

Sus ojos se abrieron de golpe y ella agarró su mano.

Hyunjin estaba preocupado de haber hecho algo mal, pero ella lo soltó y sonrió.

—El general me dijo que aprendes habilidades rápidamente, pero no teníabidea.

—¿Qué estoy haciendo en realidad? ¿Esto es hipnotizar?

—Cerca, pero esto es algo diferente. El hipnotizar evoca emociones, como el miedo o la dicha. Es temporal. Normalmente, la presa debe estar dispuesta para que el hipnotizar funcione, aunque los íncubo más antiguos pueden forzar cambios emocionales en otros contra su voluntad. Lo que te estoy enseñando es una manipulación química, una reacción física más que una emocional.

Ella apoyó sus manos sobre su pecho y exploró sus pectorales. Los extremos de sus nervios se sintieron como si estuvieran prendidos fuego y él se revolvió contra el toque. Su miembro duro se tensó, desesperado por atención.

Sus ojos lo miraron seductoramente y ella se lamió los labios.

—¿Ves?

Dos podían jugar ese juego. Hyunjin colocó una mano sobre su estómago y empujó el placer. Sus ojos ardieron con deseo, el brillante verde ahora resplandeciendo. Ella lo igualó, intensificando su placer mientras movía sus malvadas manos a lo largo de su cuerpo. Hyunjin compitió cone ella, pero ella ganó al recorrer con su mano su erección dura como el acero.

Hyunjin gruñó. Quería más de ella.

Ella liberó su gruesa longitud y se movió hacia su regazo, sus rodillas una vez más cubriendo sus musculosos muslos. Su duro sexo estaba listo para entrar en ella, cuando ella alineó su resbaladizo centro con el suyo, cerniéndose en el lugar, provocándolo con una traviesa sonrisa y una leve inclinación de cuello.

—No me ofrezcas tu cuello, a menos que quieras que te lo muerda. —le advirtió Hyunjin.

Ella asintió.

Él no podía esperar más. La tomó por las caderas y la posicionó hacia abajo sobre él. Su rígida virilidad se deslizó dentro de su estrecha vaina.

Ella tomó el control, montando su polla con una excitada intensidad. Él gruñó con cada movimiento, intentando luchar contra el torrente de placer que se aproximaba. Dios, él no podría retenerlo por mucho más si ella continuaba moviéndose así. Él plantó sus manos sobre su divino trasero para ralentizarla.

Captive: Beautiful MonstersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora