100 poemas de un corazón desesperado

22. Eufemismo del amor

Eufemismo del amor

Tonalidades rojas en donde solo habitaba el azul,

zonas peligrosas que no admitían la llegada de la luz,

los sonidos atestiguantes de coartadas descaradas, sin virtud;

la compañía de una suntuosa majestad, la fuerza de sus ojos que penetraban mis brazos y los liberaban de su cruz,

las profundas reflexiones de una cándida seducción

guiadas por la curiosidad al pleno momento de acción, sin pasión;

los filos simétricos de la luna que de toda nocturna fiera se inspiran y moldean,

aquellos blanquecinos colmillos de cera que aún ardiendo no penetraban a su presa,

las dinámicas complementarias que nacen libres al finalizar el tiempo de espera,

cada ligera pisada en el suelo minado

y su impacto que siempre es enviado a mis latidos acelerados;

todo el gusto y placer que acompañaban ese futuro hacer

y las células nerviosas que las palabras compartidas podían entorpecer.

Solo un toque,

un instante de choque,

incapaz de adoptar un solo nombre,

tira de las sogas de un amor deforme,

un tiritante palpitar carente de orden,

estímulos, sinapsis, latidos, reacciones;

es el código indefinido que el mundo teoriza mediante nociones

y que su esencia destruye a la fábrica de las ensoñaciones,

atestigua por cada agonía,

hace presencia en cada risa

y evita ser la génesis de las emociones.

Las yuxtapuestas de una mal establecida brecha,

los dos sabores que jamás son separados de la misma mesa,

todas las osadías de la jovialidad bohemia,

repiten su ciclo después de aclarar las magnitudes a tomar en cuenta,

y aún con cavilaciones ya sueltas,

siempre las consecuencias de lo hecho serán las primeras en olvidarse,

lo que siempre uno ignora cuando se está satisfecho,

porque en el camino a enamorarse

descifrar el verdadero enigma solo le importa al aventurero,

y el amor nunca es amor si del ahora uno no vive aprendiendo.

«02/12/2023»