El sonido de mis pasos es amortiguado por la música del bar y el bullicio de la gente mientras me acerco rápidamente a la puerta ignorando a unos chicos que parecían estar en un viaje astral. Abro la puerta lo suficiente para poder ver lo que pasa dentro.
Veo como Josué empieza a quitarse la camisa, y de ahí es como si todo fuera en cámara lenta. Mientras se la quita, un calor sube a mis mejillas al apreciar su abdomen marcado, dejando ver después sus pectorales para luego pasar a quitarse los pantalones. Siento como todo mi rostro arde al ver como un bulto sobresalta en su bóxer.
Salgo del pequeño trance cuando alguien lo nalguea y el castaño se gira ahora molesto. El mismo sentimiento me recorre, lo que me deja confundido.
—Deja de hacer esa mierda —se escucha un golpe seguido de un quejido, mientras pierdo de vista a Josué.
—Vamos, Jóse, sabes que te encanta —dice en un tono burlón el otro chico. Escucho al castaño bufar con fastidio.
«¿Debería entrar? Fue una estupidez venir aquí, solo finjo ser su novio» pienso, pero antes de que pueda hacer algo, la puerta se abre, dejando ver al tipo pelinegro.
—¡Vaya, pero si tenemos un pervertido aquí! —exclama, llamando la atención de Josué.
Cuando nuestras miradas se conectan, puedo ver en sus ojos sorpresa con algo de… ¿preocupación? Tal vez, pero lo que predomina es la furia.
—¿¡Samuel!?
—¿Lo conoc… —sin dejar que el pelinegro acabara, me jala y lo saca de la habitación.
—¡¿Qué carajos haces aquí?! —vocifera, trago saliba cuando aprieta su agarre en mi brazo.
—¡¿Y tú qué haces aquí?! —respondo con una evasiva, zafándome con dificultad de su agarre. —¿Qué es este lugar? ¿Quién era ese? ¿Por qué te dió una nalgada? ¿P-por qué estás semi-desnudo? —pregunto lo más rápido que puedo, intentando no bajar la mirada a su bulto.
Suspira frustrado y se aleja hacia unos casilleros, dándome cuenta que estamos en un vestidor.
—No tengo tiempo de explicarte. No aquí, no ahora —musita poniéndose un pantalón corto. —Tienes que irte.
—No me iré hasta que me digas ¿Qué está pasando aquí? —hablo con seguridad, cruzando mis brazos.
Aprieta los puños, mirándome con furia de nuevo.
—¡Vete, maldita sea! —grita enojado.
Un golpe contra el metal resuena por todo el vestidor. Por instinto bajo la mirada y aprieto los ojos, sin darme cuenta que he empezado a temblar levemente.
—Hey, hey, no, lo siento, no tengas miedo —dice en un tono preocupado, dejando atrás toda agresividad. Cuando se acerca y pone sus manos en mis hombros apenas y puedo moverme —no quise asustarte, en serio. —Parpadeo un par de veces para luego alejarme un poco más de él.
—Ti-tienes razón, mejor me v-voy —me giro hacia la puerta pero un agarre en mi mano me detiene.
—¡Lo siento! En serio, te explicaré todo, lo juro, pero no te vayas —habla en un tono casi suplicante. Me acerca a él, envolviéndome en sus brazos.
Intento pensar con claridad, pero lo único que tenía en mente era el contacto de su pecho con mi rostro, sintiendo como el calor que emanaba este me tranquiliza a un poco… ¡Ya! Esto es raro.
—Y-yo —me aclaro la garganta para luego separarme —me quedaré, pe-pero quiero que me expliques ahora.
—Ahora mismo no puedo, tengo que hacer algo, ¿Me esperarias unos minutos? —me mira expectante, mientras acaricia una de mis manos.
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Mi Bully
RomanceSamuel es un chico de pocos amigos que es molestado constantemente por Josué, haciendo su día a día insoportable. Pero todo da un giro inesperado cuando Lucas (el mejor amigo de Samuel) se le confiesa e intenta darle un beso a este. ________________...