Mi Error

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─Como te decía ─prosigue Lucas, sacándome de mis pensamientos.

Me incorporo de la cama para ponerme a su lado y robarle un poco de lo que trajo su hermano, a la vez que empiezo a escucharlo con atención.

─Bien, este chico… Dietter, era el único que no se reía, me siguió hasta que salí de ahí, tampoco paraba de disculparse una y otra vez ─una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro con lentitud ─no te aburriré con tanto detalle, así que, nosotros empezamos a hablar y terminó por acompañarme hasta aquí. También me dió su número, pero ya sabes.

─¿Y…? ─insinúo, él rueda los ojos con diversión.

─Quedamos de vernos en el parque hoy ─farfulla, desviando la mirada y yo tardo un poco en entender qué dijo.

─¡Te invitó a una cita! ─lo sacudo con fuerza.

─En realidad, yo lo vería como una forma de disculparse.

─Wow, amo tu optimismo ─digo con notable sarcasmo. En eso, se me ocurre una idea ─oye, ¿Qué te pondrás?

─No lo sé, no creo que sea importante

—¡Pero que dices! Es tu primera cita, debes estar presentable… más bien, tienes que llamar a Liz ─tal vez me esté precipitando un poco, pero necesito hablar con ella y sería mucho más fácil si sé que Lucas está cerca.

─¿Estás seguro? No hablamos desde… pues, desde que te besé ─me rasco la nuca un poco incómodo por la mención de ese momento.

─Ah, ¿En serio? ─ahora que lo recuerdo, no ví que Liz se le acercara luego de eso ─entonces da la iniciativa.

─Mi teléfono está muerto por si se te olvida ─dice con obviedad ─préstame el tuyo.

Me aparto con brusquedad y nervioso para evitar que lo agarrara, él me mira confundido.

─Es que, tu-tuve una discusión c-con ella en la fiesta ─a ver, solo estoy torciendo un poco la realidad, no cuenta como mentirle, ¿cierto? ─Hay que buscar otro teléfono ─propongo, calmándome al instante que él asiente dubitativo.

─Ya vuelvo ─sale de la habitación y yo suspiro, estirándome en la cama.

Tengo que pensar qué le diré a Liz, tampoco es que llegue y diga "¡Hola Samuel, te perdono por engañarme al decir que no tenías nada con Josué y luego ilusionarme para huir cuando te dí un beso, sigamos siendo amigos!" No, no lo creo. Cuando Lucas vuelve, avisa que la pelinegra aceptó entusiasmada y que vendría. En lo que esperábamos, empezamos a hablar, o por lo menos yo intento hacerlo, ya que mis nervios crecen con cada minuto que pasa.

─Si ustedes discutieron, ¿no es mejor que te vayas? ─cuestiona desde el escritorio, niego con la cabeza y me siento a su lado.

─¿Qué mejor que disculparse con un amigo a mi lado? ─me excuso, sonriéndole. Él entrecierra los ojos antes de hablar.

─Siento que me ocultas algo ─desvío la mirada y me encojo de hombros.

─Piénsalo si quieres, sabes que no te diré de todas formas ─me tiro en la cama para enrollarme con las sábanas cuando comienza a preguntar, e intento ignorar su insistencia.

El timbre de la casa suena, lo que indica que Liz ha llegado. Me quito la sábanas de encima a la vez que el castaño sale de la habitación, juego con mis dedos, incorporándome de la cama al momento que vuelve con la pelinegra, la sonrisa que lleva se tuerce un poco cuando nuestras miradas chocan, pero no menciona nada al respecto.

─Okey, Lucas, déjame ver tu ropa ─pasa hacia el armario y empieza a buscar en este. ─Horrible… ─dice, tirando al suelo una camisa de Star wars. ─Muy simple… ─tira otra de color blanco. ─Muy llamativa ─no hace falta que diga dónde terminó esa. ─Oye, tu armario es una basura, algún día saldremos de compras, pero por ahora nos las arreglaremos.

Mi BullyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora