14. Reencuentro

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La tarde se cernía con rapidez sobre los miles de cazadores.

El terreno árido representaba un desafío para los caballos, así que Yisun, el líder de la legión, dio la orden de avanzar a pie. En el grupo destinado a infiltrarse en el castillo se encontraba Taehyung.

Al llegar a la cima de una colina, divisaron el castillo de Busan imponente en la distancia. Sus torres se erguían desafiantes hacia el cielo, envueltas en una neblina que les confería un aura de misterio y peligro.

La valentía de Taehyung no solo se mantuvo; se intensificó a medida que se acercaban a la fortaleza de piedra.

No había tiempo que perder.

Se marcharía de allí con la cabeza del rey oscuro bajo su brazo.

El aire se volvió frío, si no aceleraban su paso, podrían exponerse a peligros aún mayores o incluso alertar a los vampiros que custodiaban cerca.

—Hoy es el gran día —murmuró Taehyung. Sus compañeros cazadores, armados y listos para la batalla, se reunieron a su alrededor. La lealtad y la camaradería brillaban intensamente en sus miradas; eran conscientes de que luchaban por algo mucho más grande que ellos mismos.

—Recuerden la estrategia —dijo Yisun, levantando su espada con determinación—. Entraremos por el flanco oeste al caer la noche. El rey vampiro no nos verá venir. Esa será nuestra ventaja; asegúrense de aprovecharla.

Hoseok se acercó a Taehyung.

—¿No te sientes nervioso?

Taehyung lo miró un instante antes de volver a poner toda su atención en el camino polvoriento.

—Me he estado preparando 10 años de mi vida para este momento, no puedo permitir que los nervios lo arruinen. Creo que extasiado es la palabra más acorde a lo que siento.

Hoseok rio por lo bajo.

—Una respuesta muy bien calculada, aunque no esperaba menos del guerrero de hierro. Eso me dice que nuestra hazaña de hoy saldrá victoriosa.

—Morir o ganar.

Hoseok cabeceó firmemente.

—Morir o ganar.

Con un asentimiento decidido, cada uno se dispersó y tomó su posición, listos para el ataque. La oscuridad avanzó rápidamente, engullendo gran parte del territorio.

Todos los presentes llevaban consigo recuerdos que los impulsaban a seguir adelante. La muerte era el hilo conductor, la única constante que había perdurado tras la llegada de esas bestias a sus vidas. Era la huella de lo que habían perdido, una sombra que les recordaba la fragilidad de su existencia y la determinación de luchar por lo que quedaba.

Al visualizar las puertas traseras del castillo, Hoseok y los demás arqueros alinearon sus flechas imbuidas de magia y las dispararon contra los vampiros que custodiaban esa área. La señal de despeje fue dada. Sin perder tiempo, los demás, incluido Taehyung, se adentraron en el castillo.

A primera vista, el interior parecía un castillo cualquiera; sin embargo, había una atmósfera inquietante que erizaba la piel de los cazadores. Era como si múltiples ojos invisibles estuvieran evaluando cada uno de sus pasos.

Taehyung avanzó junto a sus compañeros, sintiendo cómo la inquietud se apoderaba de su pecho al darse cuenta de que no había vampiros a la vista, ni siquiera en los puestos de vigilancia. Un silencio sepulcral envolvía el lugar, y supo con certeza que algo siniestro se cernía sobre ellos.

—Creo que lo mejor es irnos —susurró un cazador a la par que temblaba.

—¿Para qué viniste si ibas a darte la vuelta al instante, miedoso?

El último guardián vampiro ⟡ TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora