16. Entre sombras y deseos

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Yugyeom no dejó de apretar el agarre sobre Taehyung mientras avanzaban hacia la habitación de Jungkook. Su presión era tal que parecía desear atravesar su piel o arrancarle alguna parte de su ser.

Taehyung se sintió asqueado ante esa devoción tan desmesurada por su parte, estaba convencido de que aquel maldito soldado sacrificaría su vida por alguien tan cruel como Jeon Jungkook.

Y él no se merecía esa entrega.

Resultaba irónico, porque en otro tiempo él había estado dispuesto a arriesgar su propia existencia para salvarlo, tiempos muy lejanos. Días que ya no merecían ser recordados, pero que volvían a su mente para atormentarlo.

El castillo, como era de esperar, se erguía imponente. Abarcaba gran parte de un territorio boscoso y estaba construido mayormente de piedra, reforzado con hierro forjado.

Para Taehyung, caminar descalzo sobre aquellos suelos pulidos era un desafío; al observarse detenidamente se dio cuenta de que había sido despojado de su armadura metálica. En su lugar, llevaba un pantalón holgado y su torso estaba expuesto a los nacientes rayos del sol.

—El rey ha ordenado que se te brinde un baño antes de comenzar con el desayuno —anunció Yugyeom con un deje autoritario.

—¿De verdad harás todo lo que él te ordene? Eres... ¿cómo decirlo? —murmuró pensativamente Taehyung. La burla seguía oculta en su tono—. ¿Su perro faldero?

—Escúchame con atención, humano —rumió con profundo desdén el soldado—. Durante el tiempo que su majestad te mantenga en su castillo, deberías agradecer cada pequeño gesto de bondad que tenga contigo. No hay forma de saber cuándo será la última vez que veas el agua correr en tu vida.

Taehyung apretó los puños con ira. ¿Quién se creía él para amenazarlo?

Yugyeom sonrió al ver su reacción y lo condujo por un pasillo nuevo; los sirvientes iban y venían sumidos en sus labores, ninguno se atrevió a dirigirle la mirada a Taehyung. Entonces se preguntó cuántos humanos habían transitado aquellos mismos lugares en su desafortunada existencia.

—¿No te parece un tanto absurdo y contradictorio tu rey?

Quizás debía guardar silencio, pero su ira crecía con cada segundo que pasaba en aquel infierno.

—¿De qué hablas? —inquirió Yugyeom.

—No me proporciona alimento y luego me invita a desayunar. No desea que esté limpio, y ahora quiere que me bañe... ¿Lo notas?

—Lo mejor es que te calles y sigas sus órdenes.

Una puerta de roble se alzaba ante ellos; Yugyeom la abrió y tiró bruscamente de la cadena para arrastrar a Taehyung al interior. Se trataba de un baño, era rústico y sencillo, y Taehyung observó con genuino interés al grupo de chicos que aguardaban junto a la bañera.

—¿Por qué están ellos aquí? Puedo bañarme solo.

Yugyeom esbozó una sonrisa burlona y Taehyung se preguntó qué demonios le resultaba tan gracioso. Aunque pronto tuvo su respuesta.

—¿Qué? ¿Pensaste que te quitarían las cadenas? Vaya humano, tu ingenuidad es reconfortante.

Taehyung apretó los dientes; una letanía de maldiciones luchaba por salir de sus labios con fervor. Pero debía mantener la calma. No lograría nada dejándose llevar por la impulsividad.

—Bueno, esperaré en la puerta —le comunicó Yugyeom al grupo—. Traten de ser rápidos; su majestad no tolera los retrasos durante el desayuno.

Los chicos asintieron como marionetas y se acercaron a Taehyung; de inmediato comenzaron a despojarlo del pantalón. Cuando intentó acostumbrarse a su desnudez, lo sumergieron en la tina de cabeza.

El último guardián vampiro ⟡ TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora