15. Ódiame, ámame

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Los ojos de Taehyung se abrieron poco a poco, todavía había una sensación pesada detrás de sus párpados que le dificultaba abrirlos completamente.

La luz tenue que se filtraba desde lo alto le costaba asimilarla, y una punzada aguda atravesó su cabeza, recordándole la brutalidad de la noche anterior.

Al enfocar la vista, se dio cuenta de que estaba atrapado en una mazmorra sombría y húmeda. El frío de las paredes de piedra caliza calaba en su piel, y cuando intentó llevar una mano a su frente para aliviar el dolor, el sonido metálico de las cadenas resonó en el aire, recordándole que su libertad estaba a años luz de distancia.

Encadenado y malherido, se encontraba a merced de esas criaturas grotescas.

—Maldito vampiro. —Las palabras coléricas salieron de su boca casi que en un rugido.

En un instante, los recuerdos de la noche anterior invadieron su mente como un torrente de imágenes. Si no hubiera actuado con tanta imprudencia al ver a Jungkook, su plan habría salido a la perfección y no estaría ahora encadenado, convertido en esclavo de esas bestias oscuras.

Pero su odio era tan grande que no se pudo contener. Tenía que ver a su espada desaparecer entre la piel de ese vampiro.

Taehyung forcejeó con todas sus fuerzas contra las cadenas que lo mantenían prisionero, pero el resplandor mágico que emanaban le recordó que Jungkook no era tan ingenuo como él había supuesto. Exhausto, se dejó caer contra la fría piedra del suelo. Su piel estaba impregnada de sudor y polvo. ¿Cuándo había sido su último baño? La idea de no volver a sentir la calidez del agua sobre su cuerpo lo llenó de desesperanza.

—¿T-taehyung... estás ahí? —Una voz débil y rasposa emergió desde alguna esquina del calabozo.

Taehyung se puso alerta al reconocerla.

—¿Hoseok?

—Es un alivio escuchar tu voz, compañero.

—¿Qué haces aquí? ¿Y los demás?

El silencio que siguió fue un mal augurio.

—El rey ordenó masacrar a todos, incluso a... Yisun.

—Mierda —exclamó Taehyung con desesperación. Si mataban al líder, era muy difícil para la legión seguir órdenes.

—Solo quedamos tú y yo —respondió Hoseok con un tono sombrío.

—Si tuviera manera de hacerle saber a Jimin... Con su magia podría rastrear nuestro paradero y enviar refuerzos de la legión para rescatarnos.

—Taehyung... él acabará con todos. Lo vi con mis propios ojos anoche; su poder es sobrenatural. Ese híbrido tiene la capacidad de aniquilar a toda la humanidad con un simple chasquido de dedos si así lo desea; si aún no lo ha hecho es porque simplemente no le apetece.

Taehyung negó, aferrándose a su idea.

—La legión es fuerte; estamos capacitados para derrotar a cualquier vampiro —replicó Taehyung con determinación.

—Pero no a ese. Definitivamente no a Jeon Jungkook.

De repente, una luz intensa irrumpió en el interior de la mazmorra, obligando a Taehyung a entrecerrar los ojos para adaptarse. Cuando finalmente pudo abrirlos por completo, allí estaba Jungkook frente a ellos, sonriendo con malicia.

—Qué conversación tan intrigante —dijo Jungkook con aire despreocupado—. Pero lo que dice tu amigo no es mentira, Taehyung. Deberías prestarle más atención.

—Saca mi nombre de tu asquerosa boca, bestia —replicó Taehyung con desdén.

Jungkook avanzó con pasos lentos y calculados, disfrutando del momento. Traía un hanbok rojo y dorado, el pelo le caía como una cascada de denso alquitrán por la espalda. Lucía fresco, juvenil y muy divertido con toda la situación que se desarrollaba frente a él.

El último guardián vampiro ⟡ TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora