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Agustina

Guido me acaba de proponer ir a la plaza con él. [Esto es un sueño mío ¿no? ¿No me estaré quedando dormida para ir a la facultad?] Realmente no sé qué pensar, esto era inimaginable.
- ¿Seguro? -Articulé nerviosa ¿Por qué no iba a tener en claro si quería compañía o no?
- Sí, pero si no queres todo bien. 
- [Agustina, reaccionas en 3,2,1.] No, está bien. Vamos con vos. -Le sonreí dulcemente.- ¿Nos darías unos minutos? -Pregunté insegura, me llega a decir que no y me muero.
- Sí claro, espero acá. 
- [No ibas a decir que no si sos un dulce, rubio hermoso, te amo.]
Todas las cosas que realmente diría me gustan más de las que digo.
- No, pasa con nosotros, vení. Lu, vamos a cambiarte y de paso vas a al baño, dale. [Estoy por tener a Guido adentro de casa. Para ustedes bitches... Ay ¿¡Qué te pasa Agustina!?]-Necesito que mi cerebro se calle.
- No, no. Espero acá, en serio. Estoy con las bestias. -Señaló a sus hermosos perros, que están echados a su alrededor. Realmente es su amo.

Con Luca guardamos sus juguetes y nos metimos a casa, lo mande al baño y a cambiar, yo corrí a mi habitación.
- [Ay Dios ¿Qué me pongo? ¿Me cambio? ¿Y si se da cuenta que me cambio para gustarle? ¡Para! ¿Y si le gusto? No, no, no creo que eso pase.] -Dejé de revolver mi placard y tomé mi celular, rápidamente mandé un corto audio al grupo, contándoles que estoy a punto de ir a la mítica plaza del barrio con Guido ¡Que locura! Me miré al espejo y realmente me gusta cómo me queda este short de jean con esta musculosa, solo opté por soltar mi pelo largo y ondulado.

Las mariposas en mi estómago no me dan tregua. Me miré al espejo una vez más confirmando que este atuendo esta perfecto, me sonreí y guiñé un ojo.
- Agustina ¿Puedo ir con la bici? -Lu y sus peticiones.
- Mmm, no sé Luca, siempre me la terminas dejando a mí y no quiero cargar con tu bicicleta. -Salimos al patio, cerré la puerta de casa.
- Entonces no voy nada. -Caminó de brazos cruzados hasta la puerta.
- Lo mato. -Salí tras él. Cuando llegué a la puerta...
- Bueno, no hay drama, otro día vienen conmigo. -Ay no, Luca lo esta espantando. Es terrible.
- ¡No! Para. -Guido se detiene y me mira.- ¿Qué te pasa Luca? ¿Por qué te pones así? Nos tenemos que respetar mutuamente. Yo te llevo a la plaza, pero vamos caminando, con la bici no. Me vuelvo loca cuidándote y encima después me la dejas a mi ¿O no? -Luqui agachó la cabeza, después me miró.
- Sí, es verdad. -Cómo lo amo a este nene, nos entendemos mucho.
- ¿Entonces? ¿Vamos? -Extiendo una mano y la toma suavemente.
- Luca ¿No? -Mi hermano solamente asintió.- Tenes una hermana hermosa, cuidala. Nada más lindo que el amor de hermanos. -¡Qué! ¿¡Qué dijo!? ¿Lo escucharon? Me voy a morir ¡Me voy a morir! Te amo Guido.

Empezamos a caminar en dirección a la plaza que queda solo a siete cuadras y media de nuestras casas. Le voy contando más o menos cómo es el barrio, las casas de vecinos que conozco, los nombres de las calles, dónde terminan las avenidas, aquellas localidades cercanas y demás.
- ¡Ah! Ahora vamos a pasar por un pool. -Me mira sorprendido.
- ¿Un pool? ¿Y está bueno? -Parece gustarle la idea. Muero del amor.
- Sí, tiene seis mesas y está bastante bien. La verdad que es un lindo y es el  mítico pool del barrio.
- Ah mira... Ozono. -Leyó el cartel, en voz alta.- ¡Ja! Ozono que antro más raro, pero me gusta. 
- [Antro raro, Dios, ojalá pudieras dejar de ser tan Guido Sardelli un solo segundo nene.]
- Podríamos venir a jugar una noche ¿no?
- [¿Eh? ¿Me habló a mí? ¿A mí? Me voy a morir, AIRE.] Dale. -No me sale la voz y carraspee. Me pongo roja.- Dale, no hay drama. -Dije fría y distante.- Hay que cruzar. La plaza está acá a la vuelta. 
Cruzamos en silencio, hasta Luca va en su mundo, de mi mano, callado, mirando su alrededor. El silencio me permitió observar a los chihuahuas. Caminan los tres totalmente en paz, altaneros. Pasaron perros y ladridos pero ellos no se inmutan.
- Que hermosos que son tus perros, son re buenitos. -Guido los mira y sonríe por un segundo.
- Sí, algo así. -Me contesta seco, sin ánimos de seguir la conversación.
- ¡Luca! -Escuchamos desde la esquina y miramos.
- ¡Kevin! Es Kevin, Agus ¿Puedo ir? -Me mira impaciente. En la esquina lo espera su amigo del colegio, con su hermanita y su mamá.
- Si anda. Pero no co... -Tarde, Luca ya salió corriendo a darle un abrazo a su amigo.
- Me encanta lo dulce que lo tratas, me haces acordar a alguien. -Nos miramos sinceros, es la primera vez que cruzamos miradas de esa forma.
No puede ser tan hermoso, no puede. Amo que sea alto al lado mío. Amé ese comentario, me hizo sentir tierna.
- Gracias. Amo a mis hermanitos, haría cualquier cosa por ellos. Y sobre todo, les tengo paciencia a diario. -Me muerdo el labio, mientras miro como Luca le ofrece una carrera a Kevin y ambos salen corriendo hacia los juegos.
- Está buena la plaza che, es grande. -La observa antes de cruzar la calle.
- ¿Viste? Y es tranquila. Podes venir a la noche a tomar mates y vas a estar tranquilo. -Comenté, amo mi barrio.
- ¡Buenísimo! ¿Tomas mate? -Preguntó buscando coincidencias.
- Sí, me encanta ¿A vos? [Y me acuerdo de esa foto que subiste con un gorro en la cara y un mate en la mano Guido porque soy tu fan ¿Sabes? La puta madre, sos hermoso ¡Dios estoy al lado de Guido!] 
- ¿Estás bien? -Pregunta algo anonadado.
- ¿Qué? -Volví en mí.
- Te había preguntado si nos sentamos o caminamos pero no respondiste nada, estabas como tildada. [¡Agustina deja de ponerte en vergüenza!] Uy perdón Guido, soy una colgada terrible. ¿Queres que demos unas vueltas?
-Propuse, motivándome un poco.
Él se empezó a reír. Esa extraña carcajada a lo Guido Sardelli. Moría al tenerlo al lado mío, en ese momento solo quería abrazarlo.
- No te puedo decir nada porque yo soy re colgado también. Vos primero. -Indicó con su mano que empiece a caminar. Tan caballero, tan hermoso.

¿Qué nos deparará este encuentro?

Dᴇᴊᴀʀᴇ́ ʟᴀ Cɪᴜᴅᴀᴅ [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora