𝖢𝖴𝖢𝖧𝖨𝖫𝖫𝖮𝖲 𝖦𝖴𝖠𝖭𝖳𝖠𝖭𝖠𝖬𝖤𝖱𝖠.

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Secretos escondidos en la luna de hoy, había cosas guardadas en lo más profundo de cada uno, pero las ganas de volver a ser como éramos antes nos consumía. Noté su mente perdida, los deseos más anhelados de su corazón estaban destruidos por sus malas elecciones en la vida; no la culpo, cualquiera en su situación habría hecho exactamente lo mismo.
Me acerqué lentamente a ella, colocando una de mis suaves manos en su mejilla para ir lentamente hacia sus labios, en un paso lento para que no se sintiera apresurada. Llevé mis ojos a los suyos, como si estuviese pidiéndole permiso con mi mirada, esperando una respuesta de su parte, la cual obtuve con su acción de tragar saliva con nerviosismo; y finalmente lo hice. Nos unimos en un ósculo sin rapidez, con sus dedos temblorosos acariciando mi cabellera junto con los míos sobre su perfecto rostro.
El aire era cálido, cubriéndonos de un templado viento; ambos en el balcón, queriendo ser uno, pero aterrados por el futuro y tragados de dolor por el pasado, prendidos de ansiedad, pero queriendo vencerlos a cuchillos en la oscuridad.

Deslumbrando camarines en la cruel noche porteña. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora