Espero que sepan comprender que no estoy escribiendo tanto como antes por temas laborales, tenganme paciencia y disfruten.
Génesis.
Ver a los nuevos reclutas correr hasta la muerte a algunos subtenientes les causa diversión y gracia, he visto a muchos otros soldados ver los entrenamientos y reírse, no los entendí nunca, pero tampoco entiendo de sentimientos.
Hace ya años que los perdí, desde el mismo instante en que pise el suelo de esta base cualquier tipo de sentimiento que había en mi murió por completo y ya nunca pude volver a tener ninguno, mi terapeuta me trató por meses, incluso años sin encontrar algún motivo, según sus palabras fue como si el interrumpir de los sentimientos se apagará para poder afrontar mejor el camino que elegí.
También me dijo que no soy la única, que al ser psicóloga de militares ha visto muchas cosas, personalidad múltiple, estrés post traumático, alucinaciones, hay algunos que ya nunca se han recuperado y otros que nunca se han tratado, pero ha visto todo.
Y es por eso que nunca le dije de aquella parca que me sigue a todos lados, me medicaría en el mejor de los casos y me internaría en el peor, ya se enterara de ella cuando me alcance y me lleve a lo profundo de la locura de la que llevo rehuyendo hace mucho tiempo.
Dejo de mirar el entrenamiento del que mis hermanastros no forman parte hoy y me voy, paso por la puerta de la cafetería y freno, miro hacia adentro debatiendo si entrar, pero hay tanta gente que no me quiero acercar más de lo necesario, sigo caminando con los vellos de mi nuca erizados sintiendo las miradas en mí tan calientes como siempre.
Al llegar cerca de los baños freno y saco el teléfono de mi bolsillo fingiendo que me están llamando, lo pongo en mi oreja y contesto la falsa llamada sabiendo que me están escuchando.
Génesis: ¿Sí? ¿Para que me esperas en el baño de hombres? —miro hacia todos lados como si estuviera buscando alguien que me esté escuchando y bajo la voz— no podemos ahí —asiento con la cabeza aunque nadie me haya contestado nada al teléfono— tienes que ser rápido, está bien, ya voy.
Guardo mi teléfono, vuelvo a ver hacia todos lados una última vez y hago el corto recorrido hacia el baño de hombres que se perfectamente que estará vacío en este horario, entro y me apoyo en la pared del fondo con los brazos cruzados mirando hacia la puerta, no llegan a pasar cinco minutos cuando tres hombres entran casi tirando la puerta abajo mirando hacia todos lados.
Génesis: ¿Buscan algo?
Dmitri: ¿Dónde está?
Ladeó la cabeza.
Alexander: No finjas no saber, te escuchamos.
Me separo de la pared y camino hacia ellos los pasos que nos separan, lo miro fijamente a los ojos notando que estan enrojecidos.
Génesis: ¿Que escucharon?
Dmitri: Tu conversación.
Génesis: ¿Cómo escucharon mi conversación? —suelto mis brazos y llevo mis manos a los bolsillos laterales de mi pantalón— saben que pueden hacerles un sumario por acosar a un compañero ¿Verdad?
Alexander: No te estamos acosando.
Chasqueo la lengua.
Génesis: Debemos tener diferentes definiciones de acoso porque seguir a otra persona a todos lados, buscarla cuando va a comer y escuchar conversaciones es una forma de acoso.
Mikhail: Sabías que te estábamos siguiendo y la llamada fue falsa.
Génesis: Claro, pero ustedes no lo sabían y sigue siendo acoso.
La mano de Mikhail agarra ambos lados de mi mandíbula con una presión casi nula, empieza a llevarme hacia atrás lentamente y lo sigo aunque perfectamente puedo salir de aquí sin un rasguño, mi espalda vuelve a tocar la pared y él queda frente a mí, se inclina hasta que su rostro está a la altura del mío y me mira a los ojos buscando algo, pero encuentro mas yo en los suyos que él en los mios.
Supe desde la primera vez que lo ví que había algo en él que no cuadraba, ahora se que es, lo veo tan claro como el agua.
Mikhail: Ve y acusanos para que nos hagan el sumario, no me interesa, pero aclaremos algo gatita —acerca su rostro al mío hasta que nuestras narices están una al lado de la otra y nuestras bocas solo están separadas por pocos centímetros— tú solo puedes encerrarte en un baño con nosotros —antes de que pueda precisar bien lo que hace sus labios besan los míos tan rápido que apenas y puedo entender lo que pasa antes de que se separe— los únicos que pueden tocarte, besarte o cualquier otra cosa que puedas hacer con otros hombres solo somos nosotros.
Se separa de mi cuerpo tan rápido como sus palabras llegan a mi y se junta con los otros dos que nos estaban mirando expectantes.
Dmitri: Ya fuiste avisada.
Alexander: No queremos quejas luego gatita.
Se van a paso tranquilo tan diferentes a como entraron enfurecidos y yo me quedo mirando la puerta sin entender completamente qué fue lo que pasó aquí.
Se suponía que sería yo quien los rebajaría por estarme siguiendo y fueron ellos los que me dejaron anonadada.
Me recompongo rápidamente y voy hacia el lavado, abro el agua y me lavo las manos, al mirar hacia el espejo mi parca se encuentra allí con su típica máscara apoyada a un lado de la puerta cerrada.
Parca: Eso no fue bueno.
Génesis: Lo sé.
Parca: Tienes que alejarte de ellos.
Génesis: Lo sé.
Ya lo sabía, no necesito personas a mi alrededor que se interpongan en mis asuntos, solo tengo que enfocarme en mi trabajo y mis hermanastros no hay espacio para nada más en mi vida.
Parca: Tarde o temprano vendré por tí ¿Lo sabes no?
Génesis: Estoy esperando ese día.
Parca: Nunca podrás alejarte de mí cuando eso pase ¿Estás preparada para ello?
Génesis: Desde el mismo instante en el que apareciste aquí.
No toco mi cabeza, es ilógico cuando él solo está allí.
Parca: Pronto, muy pronto.
Me jura aún desde su lugar al lado de la puerta mientras yo imagino lo que será de mis hermanastros el día que mi parca me lleve a la profundidad de la locura.
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Génesis.
RomanceEl miedo es tan paralizante como el trauma, yo supere los míos, vencí con convicción todo para ser lo que se necesitaba de mi, me perdí en el proceso y me encontré en la oscuridad, pero no me arrepiento, hice lo que tenía que hacer, mate a quien deb...