🔥CAPITULO 16🔥

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Génesis

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Génesis.

Salgo del pasillo y me escabullo hasta quedar detrás de unos contenedores de madera de aproximadamente metro y medio así que me agachó y empiezo a dar la vuelta en el lugar pasando por detrás de los contenedores, en una de estas vueltas me encuentro con Mikhail y uno de mi hermanos, hago la seña para que estén en silencio cuando vemos al mafioso entrar junto a dos hombres más riéndose.

Mi cuerpo entero se tensa cuando dos hombres entran llevando a mi otro hermano con armas apuntando a su cabeza, Dmitri no está por ningún lado y aunque lo dudo puede que esté muerto.

Mikhail me mira cuando golpean a mi hermano, ve la intención en mis ojos, sabe que estoy a un segundo de salir de aquí.

Sergei: Cálmate estará bien.

Lo ignoro, porque yo soy la que estoy bien, mi pecho duele de una manera que nunca antes había sentido, mis manos pican con ganas de matar y mi garganta quema con la intención de gritar cuando le disparan en la pierna para que se arrodille.

Mikhail y Sergei me agarran susurrándome que estará bien, que ya pidieron refuerzos, pero para cuando ellos lleguen será demasiado tarde, yo lo sé, lo siento en mi pecho.

Me siento como un animal enjaulado, furioso, viendo rojo por todos lados cuando lo golpean entre dos.

Génesis: Lo siento.

Susurro antes de darle un codazo a mi hermano en su rostro y una trompada a Mikhail para que me suelten, al segundo no bastó con una sola trompada y tuve que darle dos, pero cumplí mi cometido, ambos me soltera haciendo esfuerzos sobrehumanos para no quejarse de la rotura de nariz que les acabo de hacer.

Me duele golpearlos, pero me va a doler más perder a mi hermano, una rotura se arregla, no puedo solucionar una muerte.

Génesis: Sueltenlo.

Salgo con el arma apuntando al mafioso y la navaja apretada contra el arma en mi otra mano, que sé que es el más importante aquí, mi hermano me mira con la mandíbula apretada desde su posición y no sé si es por el dolor o por verme aquí, sola.

Me apuntan mientras más me acerco y gritan alguna mierda en otro idioma, los entiendo porque se muchos idiomas, pero no estoy lo suficientemente dispuesta a prestarles atención, toda mi concentración está en mi hermano y en el arma que aún le apunta.

Mikhail: Bajen las armas.

No me giro para no perder de vista a mi hermano, pero estoy cien por ciento segura de que ambos salieron de detrás de los contenedores.

Mafioso: Matenlos.

La cámara lenta vuelve a aparecer en mis ojos, ya sea por el temor o la adrenalina, pero no importa, cuando el arma se apunta a la cabeza de mi hermano veo rojo, lanzo mi navaja con una precisión atemorizante con mi mano izquierda y disparó con la derecha antes de soltar todo y saltar sobre mi hermano cubriéndolo de la bala con mi cuerpo.

Génesis: ¡No!

Transcurren lo que parecen minutos antes de que sienta el escozor de la bala en mi hombro, pero se que solo fueron segundos, los más largos y agonizantes que tuve.

Nunca pensé que algo pudiera darme miedo hasta que ví la bala saliendo en su dirección.

Lo aprieto contra mi cuerpo sin importarme si me matan en el proceso, no estoy mirando a nadie, tengo los ojos cerrados disfrutando del dolor de mi hombro como si fuera una droga, ese es un dolor que no me molesta, el dolor en mi pecho no solo me molesta, me hace agonizar, es tan fuerte que casi podría desear morirme.

Pero no es mi momento y por supuesto no es el de mi hermano.

Konstantin: ¡Suéltame! ¡Suéltame!

No pasará por más que forcejee, podrán dispararme mil balas y yo seguiría cubriéndolo con mi cuerpo.

Escucho las balas aunque me sorprende que ninguna parezca darme, son jodidamente tantas y no parecen ser de Mikhail y Sergei, por el largo silbido son de francotirador, reconocería ese sonido en cualquier parte.

Siento un cañón apoyado en mi nuca, no retrocedo, no me estremezco, simplemente sigo tapando a mi hermano, pero abro los ojos.

Mikhail y Sergei están disparando, pero puedo verlo en sus rostros, se están quedando sin munición y los hombres del mafioso parecen no terminarse, siguen entrando y pronto todos estaremos rodeados.

Sabía que el plan daba asco, debí decirlo aunque se rieran, debí haberle apuntado una puta arma a la cabeza para que entrara en razón, pero no lo hice.

Ambos se detienen cuando ven el arma en mi cabeza, me miran con tanta intensidad que si fuera alguien normal tendría que girar la cabeza, pero no lo soy.

Mafioso: Bajen las armas o la mato.

Mikhail: Tocale un solo cabello más y te arrepentirás.

Mafioso: Atenlos y llevenselos, le sacaremos información más tarde.

Suelto a mi hermano y levanto las manos para hacerle creer que me rindo.

Konstantin: Pequeña...

Génesis: Confía en mí.

Susurro solo para que me escuche antes de alejarme de su cuerpo y ponerme de pie, todo esto con el arma en mi cabeza, lentamente me doy la vuelta solo para ver al hombre que me aseguraré de matar aunque me lleve con él.

Su sonrisa al verme no debería ser lasciva, pero lo es.

Debería darme asco, debería decirle lo asqueroso que es y lo dolorosamente fuerte que lo mataré, pero su sonrisa abre una posibilidad que explotare para lograr mi cometido.

Mafioso: Estas bastante buena, a ti te haré mi puta.

Ignorando las fuertes ganas de golpearlo que tengo sonrío, mi sonrisa se agranda cuando veo salir de detrás de los contenedores más lejanos a Dmitri con sangre en el rostro asintiendome, no sé cuál sea el plan que acabamos de diseñar, pero seguro que funcionará por el momento.

Génesis: Tú tampoco te ves tan mal.

Le sonrío mientras tocó su pecho con una de mis manos, el imbécil cree totalmente mi acto y me agarra por la cintura para acercarme a él, me trago el asco porque mi plan funcionó y lo que quería ya se encuentra en mi mano.

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