3. En el Ojo de la Tormenta

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 —¿Qué opinas de este tono de azul para las servilletas? —pregunta Jungwon, sosteniendo una muestra contra la luz para observar mejor el color. —Creo que combina bien con las flores que elegimos.

Jungwon y Sunoo están rodeados de muestras de tela, catálogos de decoración y una variedad de colores para elegir. La sala está llena de papeles, muestras de servilletas y esquemas de mesas. Jungwon había evitado especialmente tocar el tema de los detalles, por que francamente, era aburrido, pero Sunoo había insistido en que no podían retrasarlo más.

—Creo que el azul marino y el dorado complementan perfectamente el ambiente del lugar. —dijo Sunoo, mientras pasaba una mano por una muestra de tela dorada.

Jungwon sonrió, aunque su expresión no reflejaba completamente la alegría. Sentía una presión constante en su pecho, como si cada pequeña decisión lo acercara a un abismo desconocido.

—Sí, se ve bien. —respondió Jungwon, su voz ausente.

Sunoo lo observó con una mirada penetrante, siempre atento a los cambios en el ánimo de Jungwon. —¿Estás bien? Sabes que no estás solo, ¿verdad? Estoy aquí para ti, siempre.

Jungwon suspiró, apoyando los codos sobre la mesa y enterrando su rostro en sus manos por un momento. —Lo sé, Sunoo. Es solo que, es mucho. Y con mis padres aquí parece que todo es un desastre.

Sunoo le dio un pequeño golpe en el hombro, tratando de levantarle el ánimo. —Vamos, lo estás haciendo bien. Además, no olvides que todo esto es para celebrar tu amor con Jay. Eso es lo más importante, ¿no?

Antes de que Jungwon pudiera responder, tocaron el timbre, por lo que Sunoo se apresuró a ir abrir la puerta, revelando a su madre, quien entró con pasos decididos, seguida de una mujer de mediana edad, vestida elegantemente, que Jungwon no reconoció.

—Mamá, ¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Jungwon, levantándose rápidamente.

—Te traje a alguien que realmente puede ayudarte con la boda. —dijo su madre, con una sonrisa que no alcanzó sus ojos. —Esta es la señora Kim, una wedding planner muy respetada en la comunidad coreana en Seattle. He decidido que ella te ayudará a asegurarte de que todo salga perfecto.

Jungwon sintió que el estómago se le revolvía. —Mamá, no necesitamos a otra persona. Sunoo y yo hemos estado planeando esto durante seis meses. Todo está bajo control.

La señora Kim saludó con una leve inclinación, pero su expresión profesional no mostraba ninguna sorpresa ante la resistencia de Jungwon. Parecía acostumbrada a tratar con clientes difíciles.

—Jungwon, cariño. —intervino su madre, su tono dulce, pero con un filo oculto. —una boda es algo muy importante. Es normal que quieras que un amigo te ayude, pero Sunoo es un hombre. No es su culpa, pero hay cosas que una mujer entiende mejor.

Sunoo levantó una ceja, ofendido, pero mantuvo la compostura, sabiendo que cualquier comentario suyo podría empeorar la situación para Jungwon.

—Disculpe, pero creo que hemos hecho un trabajo bastante bueno hasta ahora. Jungwon y yo hemos planificado cada detalle con mucho cuidado.

La madre de Jungwon esbozó una sonrisa que no alcanzó sus ojos, claramente subestimando la experiencia de Sunoo. —No dudo de tus intenciones, Sunoo, pero hay aspectos de una boda que requieren un toque femenino. La señora Kim tiene años de experiencia, y simplemente pienso que podría aportar algo que quizás... falte.

Jungwon apretó los dientes, intentando mantener la calma. —Mamá, no es necesario tener a una mujer en esto. Sunoo y yo hemos trabajado juntos durante seis meses y confío plenamente en él. Por favor, no me estreses más de lo que ya estoy. Faltan solo tres semanas para la boda, y no necesitamos una nueva wedding planner.

Spring SnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora