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El día de la fiesta de compromiso había llegado, y la mansión estaba más viva que nunca. Invitados de todas partes comenzaban a llegar, y el lugar estaba adornado con lujosos detalles que reflejaban el poder y la riqueza de la familia Bang. Sin embargo, a pesar de la grandiosidad del evento, BangChan no podía sacudirse la sensación de pesadez que lo invadía.

Estaba en su habitación, ajustándose el traje para la ocasión, cuando un golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos.

—Adelante —dijo, sin mucho ánimo.

La puerta se abrió para revelar a su padre, el señor Joo-heon, con su habitual expresión seria. Sin mediar palabras, entró y se detuvo frente a BangChan, observándolo detenidamente.

—BangChan, necesito hablar contigo antes de que comience la fiesta —dijo en un tono que dejaba claro que no se trataba de una simple conversación.

BangChan asintió, esperando que su padre continuara.

—He decidido dejarte a cargo de una misión importante para la empresa. Es una operación delicada que involucra nuestras importaciones y necesita ser manejada con precisión —explicó Joo-heon, entregándole un dossier—. Es un proyecto que durará semanas, quizá meses, y requiere de alguien en quien confíe plenamente. Tú eres la persona indicada para esto.

BangChan tomó el dossier, abriéndolo para revisar la información. Era un proyecto crucial para la empresa, y aunque se sentía orgulloso de que su padre confiara en él, no pudo evitar sentir que esto era una manera de mantenerlo bajo control.

—Hay algo más —añadió Joo-heon, interrumpiendo los pensamientos de BangChan—. Changbin será tu ayudante durante esta misión. Sé que él es el mejor para apoyarte en esto.

Las palabras de su padre cayeron como un balde de agua fría. BangChan levantó la vista rápidamente, sorprendido y frustrado.

—¿Changbin? —repitió, tratando de mantener la calma.

—Así es. Él tiene experiencia en este tipo de proyectos, y su conocimiento de la empresa es impecable. Además, confío en que podrá mantener el orden mientras tú te enfocas en los aspectos más estratégicos —explicó Joo-heon, como si fuera lo más lógico del mundo.

BangChan apretó los dientes, sintiendo la tensión crecer en su interior. Justo cuando pensaba que las cosas no podían empeorar, se encontraba ahora atrapado en una misión que lo obligaba a pasar más tiempo del que quisiera con la persona que menos soportaba en el mundo. Pero no había espacio para la protesta; su padre había tomado la decisión, y sabía que no había vuelta atrás.

—Entendido, padre —dijo finalmente, sin revelar la tormenta interna que lo sacudía.

Joo-heon asintió, satisfecho.

—Confío en que harás un excelente trabajo, BangChan. No me falles —dijo antes de darle una palmada en el hombro y salir de la habitación, dejándolo solo con sus pensamientos.

BangChan cerró el dossier, sintiendo el peso de la responsabilidad y la frustración. La noche apenas comenzaba, y ya sabía que sería una de las más largas de su vida.

LA HERENCIA DEL CORAZÓN.  Chanchang [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora