Al día siguiente, la mansión Bang despertó con el bullicio de los preparativos para la boda. La fiesta de compromiso había sido un éxito, pero BangChan no podía sacudirse la sensación de malestar que le había dejado el encargo de su padre y la obligación de trabajar junto a Changbin. Mientras el resto de la familia y los empleados se preparaban para la boda, BangChan se enfocaba en la tarea que su padre le había asignado: el crucial proyecto de importaciones de Bang Corporation.
El despacho de BangChan en la empresa estaba lleno de documentos, informes y gráficos, todos organizados meticulosamente. En un rincón de la sala, Changbin se encontraba revisando algunos archivos, preparado para comenzar con la misión. Aunque BangChan no podía negar que Changbin era competente y eficiente, la simple idea de tenerlo cerca lo ponía de mal humor.
BangChan entró en su despacho, el rostro una máscara de concentración y frustración. Changbin se levantó al instante, saludándolo con un saludo profesional.
—Buenos días, señor BangChan. Estoy listo para comenzar.
BangChan le lanzó una mirada breve, cargada de desdén.
—Sí, comencemos —dijo, tomando asiento en su escritorio y abriendo el dossier con los detalles del proyecto—. Aquí están los puntos principales. Necesitamos coordinar con nuestros socios internacionales, asegurar la logística y optimizar las rutas de importación. Y necesito que todo esté bajo control.
Changbin asintió, tomando notas mientras BangChan explicaba los detalles. La tensión era palpable en la sala, y aunque Changbin mantenía una actitud profesional y calmada, BangChan podía sentir cómo su frustración aumentaba con cada minuto que pasaba.
—Voy a necesitar que revises estos contratos y te pongas en contacto con los proveedores que figuran aquí —dijo BangChan, extendiendo una serie de documentos hacia Changbin—. Asegúrate de que todo esté en orden.
Changbin tomó los papeles con una sonrisa de comprensión.
—Lo haré de inmediato, señor BangChan. Si necesita algo más, no dude en pedírmelo.
BangChan no respondió, sumido en el trabajo. A medida que el día avanzaba, la presión del proyecto se hacía más evidente, y el contacto constante con Changbin parecía una carga adicional. Sin embargo, no podía permitirse desmoronarse; el éxito de la misión era crucial para su posición y el prestigio de la empresa.
El primer día de trabajo pasó en medio de una serie de reuniones y ajustes, con BangChan y Changbin colaborando en las tareas asignadas. Aunque Changbin era eficiente, BangChan no podía evitar sentir que cada interacción era una prueba de paciencia. Su frustración se acumulaba con cada pequeño error y cada palabra de Changbin que sonaba demasiado complaciente.
A la noche, cuando finalmente se dirigieron a casa, la tensión seguía en el aire. BangChan se encontró solo en su despacho, revisando los últimos detalles del proyecto antes de dormir. Su mente estaba llena de pensamientos sobre el desafío que tenía por delante y la incomodidad de tener a Changbin a su lado.
Una vez que terminó, salió de la oficina y se encontró con Sana en la entrada de la mansión. Ella estaba vestida con un elegante conjunto de noche, preparándose para una cena que habían planeado para esa noche en la mansión.
—¿Cómo fue tu primer día? —preguntó Sana, acercándose a él con una sonrisa comprensiva.
BangChan soltó un suspiro, su expresión cansada.
—Fue... intenso. No puedo esperar a que esto termine.
Sana asintió, dándole una ligera palmadita en el brazo.
—Lo entiendo. Pero, recuerda, estamos en esto juntos. Te apoyaré en lo que pueda.
BangChan sonrió, agradecido por su comprensión.
—Gracias, Sana. Necesito algo de normalidad, al menos por esta noche.
Ambos se dirigieron al comedor, donde la cena estaba servida. La comida y el ambiente de la casa ofrecían un respiro momentáneo a la presión del día. Mientras compartían la cena, Sana intentó mantener la conversación ligera y animada, y BangChan hizo un esfuerzo consciente por relajarse.
Sin embargo, la tensión persistía, y BangChan sabía que, a pesar de los intentos de normalidad, el trabajo con Changbin apenas había comenzado. La misión que le había confiado su padre no solo era una prueba de sus habilidades profesionales, sino también una prueba de su paciencia y capacidad para manejar las complejidades emocionales que venían con ella.
La noche se deslizó lentamente, y BangChan se retiró a su habitación con el peso de la responsabilidad en sus hombros. Mientras se preparaba para dormir, sus pensamientos seguían girando en torno al proyecto y a Changbin. Sabía que el camino por delante sería largo y lleno de desafíos, pero estaba decidido a enfrentar lo que viniera, sin importar cuán difícil fuera.
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LA HERENCIA DEL CORAZÓN. Chanchang [PAUSADA]
FanfictionBangChan siempre había vivido bajo la sombra de su familia. Como único heredero de una de las familias más poderosas y conservadoras del país, su vida estaba predestinada desde el momento en que nació. Cada paso que daba, cada decisión que tomaba, e...