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—No estoy desnuda— respondió Jennie sacándose la manta completamente de encima— estoy en ropa interior, ves.

—¿Por qué estás en ropa interior?— preguntó inocente.

—Porque no quería que mi vestido se arrugase— mintió buscando el apoyo de Lisa con la mirada.

—Si mi amor, mamá Jennie no quiere que su vestido se arruine.

—Ok — respondió aceptando aquella explicación — ¿Debo sacarme el mío?

—No, no— la paro la castaña riéndose— ya es hora de irnos a casa mañana tienes clase y ya está oscureciendo.

—Está bien— dijo suspirando— voy a ir a despedirme de abuela Chitthip— sin más la pequeña se levantó de la cama y corrió a su encuentro con su abuela.

—Karina nunca nos deja pasar una— río Lisa mientras se volvía a sacar el vestido para ponérselo correctamente.

—Lo sé, siempre ha sido así— contó Jennie sentándose en la cama con las piernas contra su pecho, sus brazos abrazando estas y apoyando su cabeza sobre sus piernas—¿Puedes pasarme mi vestido?

—Claro— le sonrió tomando el vestido del suelo y llevándolo hasta su dueña.

—Gracias— le agradeció sonriéndole, delicadamente se bajó de la cama y Lisa le ayudó a colocarse el vestido mientras la sonrisa no abandonaba su rostro al tener a la castaña tan cerca de ella.

Chitthip sabía que algo sucedió entre ellas y no perdió tiempo de lanzarle guiños a su hija a los que está solo respondía girando los ojos y negando con la cabeza, luego de despedirse, Lisa, Jennie y la pequeña niña se metieron en el auto para hacer su viaje de regreso a casa, las tres se mantuvieron en silencios pero no era algo incómodo, esta vez era un silencio en donde todas se sentían tranquilas y como si era algo que llevaban haciendo desde hace mucho.

—Creo que se quedó dormida— río Lisa mirando por el retrovisor.

—No es una gran sorpresa— respondió riendo también— amo verla dormir.

—Lo sé— dijo suspirando— el tiempo que estuvo conmigo dormía en mi cama y siempre la miraba dormir, me llenaba de tanta tranquilidad— ambas se volvieron a quedar en silencio unos segundos volviera más antes de que la chica a hablar— abre la puerta que yo llevo a Karina— Jennie asintió y se bajó del auto para abrir la puerta de su casa mientras Lisa tomaba a su hija en brazos.

La chica colocó a la pequeña en la cama y dejó un beso en su cabeza para luego unirse a Jennie en la sala.

—Bueno ya debo irme— hablo Lisa— ¿puedo... puedo despedirme?

Jennie soltó una risita antes de acercarse a la chica y unir sus labios con ella, tal vez irían lento pero aquello no le impedía disfrutar los besos que tanto amaba con el amor de su vida. Lisa tomo el rostro de Jennie con ambas manos para mantener su rostro firme y poder intensificar el beso, luego de unos minutos decidieron separarse para mirarse con adoración, la chica ahora dejó un tierno y suave beso en la frente de Jennie antes de darle buenas noches y salir por la puerta dejando a la castaña con una enorme sonrisa que se borró al descubrir a Karina parada en la esquina del pasillo fallando su intento de pasar desapercibida.

—Kim Karina ¿me puedes decir que haces despierta?

—Yo solo quería ver dónde estabas mamá— río la pequeña— pero ya me vuelvo a dormir— dijo antes de salir corriendo a la habitación dejando a su castaña madre negando con la cabeza mientras reía, su hija siempre aparecía en los mejores momentos.

No me rendiré || Jenlisa •adaptación•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora