No me rendiré || Jenlisa •adaptación•

𝟺𝟷

4 años después

—Mamá voy a ir con Winter para que me ayude con la tarea de matemáticas— aviso Karina colocándose la maleta en el hombro, aunque habían pasado muchos años y ya estaba más grande, no perdía la costumbre de decirle Winter a su mejor amiga.

—Bien, pero debes volver para la cena sabes que a Lisa no le gusta que no cenes con ella— Karina giro los ojos y suspiro.

—Sí mamá— respondió sin ganas.

—Karina ven aquí y despídete bien— pidió desde la cocina.

—Mamá voy a menos de dos cuadras de aquí con Winter y mis tías por favor— pidió con algo de enojo.

—Te dije que vengas aquí— pidió sería Jennie.

Karina suspiró y caminó hasta la cocina encontrándose a su mamá picando varias verduras en uno de los mesones de la cocina.

—Te quiero en casa antes de las siete y no quiero excusas de que tus tías te retuvieron a cenar o que Minjeong te mostró algo nuevo y te entretuviste, ya me se todas tus historias.

—Está bien mamá— suspiro cambiando su actitud y acercándose a su madre para darle un beso en la mejilla— te amo mami— dijo de manera tierna para luego inclinarse ligeramente y besar el estómago de su madre— y a ti bebé también te amo— dijo agudizando la voz.

Jennie sonrío y vio partir a su hija, al final había decidido con Lisa esperar un poco más para tener a su integrante de la familia y después de cuatro años se sometió a una nueva inseminación a manos de una colega de Momo, cuando estaban planeando al bebé y con Momo involucrada fue solo cuestión de tiempo para que Dahyun pidiera también agrandar su familia y así fue como ambas se sometieron al mismo tiempo e incluso el mismo día al procedimiento.

Tenía ocho meses y una semana así que su estómago estaba tan abultado que no podía mirar ya hacia abajo o agacharse con facilidad y aunque aquello era incomodo valía la pena estar embarazada y más aún cuando tenía a Lisa a su lado quien estaba pendiente de ella las veinticuatro horas del día los siete días de la semana.

Su celular comenzó a vibrar en el mesón opuesto y usando todas sus energías se apresuró a contestar.

—Hola cielo— saludo cariñosamente Lisa— cómo están mis amores hoy.

—Bien— sonrío— Karina acaba de ir a casa de Minjeong.

—Eso no me sorprende— dijo negando con la cabeza divertida— ¿Cómo estás tú mi amor? ¿Qué estás haciendo?

—Estoy haciendo la cena, le pedí a Jiae que se fuera temprano hoy porque quiero cocinar para ti.

—Te dije que no quiero que hagas nada, el doctor te mando a descansar este último mes.

—Pero me aburro— se quejó— necesito hacer algo o me volveré loca.

—Pues práctica como pujar y los ejercicios de respiración de las clases— dijo tranquila— quisiera estar contigo ahora mismo.

—Ya casi es hora de que salgas cielo.

—Así pero odio alejarme de ti y de nuestro bebé, quiero estar abrazada a ti mientras le hablo o le canto.

—Créeme que también te extraña lleva todo el día volteándose y presionando mi espalda baja— contó— sabes que se vuelve muy inquieto cuando pasa mucho sin escucharte.