Sentada en primera fila ves como ambos hombres entran en el ring. Reggie parece mucho más seguro que Arthur, y eso te preocupa. Inicia el combate y todo va muy rápido: los golpes, los gritos, los abucheos, el dinero cambia de manos constantemente y tú no sabes exactamente dónde mirar, intentas seguir los golpes de Arthur, pero es imposible seguir el ritmo de sus puños. Durante dos asaltos parece que la cosa va bien, todavía no ha perdido el control, pero el combate todavía no ha terminado. Reggie le da un golpe en la cara a Arthur, haciendo retroceder a este mientras escupe algo de sangre, entonces es desata el caos. Arthur se lanza contra Reggie hasta dejarlo acorralado contra las cuerdas, y sigue golpeando, con fuerza, demasiada. Ya casi tu hermano no responde a los golpes. Te levantas de la silla, igual que Ronnie y Thomas, este último y tú empezamos a gritar el nombre de Arthur, con la esperanza de que os oiga y se despierte de ese trance. Pero no funciona. Reggie tampoco parece reaccionar a los gritos de su gemelo y su esposa. Entonces es cuando Thomas entra al ring, seguido de varios hombres, intentan alejar a Arthur, pero no pueden. Entonces es cuando llega el momento que hace que tu corazón se detenga, ves como tu hermano se detiene del todo, su cuerpo no cae al suelo porque el de Arthur se lo impide, está inconsciente.
Después de un buen rato logran alejar a Arthur para llevarse a Reggie corriendo al hospital. Estás en la sala de espera, angustiada sin poder respirar a penas, mientras solo oyes el llanto de Francis, Ronnie se pasea por la sala con nerviosismo, tu no eres capaz de moverte, solo puedes mirar fijamente al suelo mientras unas lágrimas resbalan por tu mejilla. Cuando pasan un pae de horas el médico os confirma que tu hermano se encuentra estable, pero sigue inconsciente y deberá quedarse varios días ingresado en el hospital. Os dejan pasar a verlo, pero tus pies no pasan de la puerta, no puedes caminar más. Esta escena es demasiado. Todo está pasando tan rápido. Igual que los tres días siguientes. Te despiertas por la mañana, bueno, realmente acabas de poder cerrar los ojos, al oir que llaman a la puerta, bajas sin ganas las escaleras, todo para encontrar a Thomas Shelby en la puerta, hablando con Ronnie. Le dejais pasar a la cocina y le sirves un poco de café.
-No sabéis como lamento lo ocurrido.
-Tranquilo, la inestabilidad de tu hermano no era un secreto para nadie, todos sabiamos que algo así podía pasar.
Ronnie habla con una voz amarga pero serena. Se nota que tampoco ha descansado. A pesar de que vuestro hermano esté bien no podéis evitarlo, está en el hospital y no os dejan verlo más de una hora al día y tampoco podéis quedaros allí con él, alguien tiene que encargarse de los negocios.
-Tranquilo señor Shelby, es culpa mía, supongo que no trabajé lo suficiente con Arthur su autocontrol.
-No, señorita Krey, usted no tiene la culpa. Me gustaría ofrecerme para pagar todos los gastos hospitalarios de su hermano.
-No nos gustan las deudas, señor Shelby.
-No me debéis nada, yo soy él que os debe a vosotros.
-En realidad es su hermano el que nos debe mucho.
Su tono empieza a cambiar.
-Ronnie.
-¿Dónde está? ¿Umh?
-No lo sé.
La declaración de Thomas te coge por sorpresa.
-¿Cómo qué no lo sabe?
-Lo llamamos pero nadie coge el teléfono, hemos ido a su casa, al gimnasio, a todos los locales de la ciudad y no aparece. Lo estamos buscando por todas partes.
Mal, esto está mal, muy mal. Un hombre ha acabado en el hospital y otro desaparecido. Empieza a parecer una novela de policías de esas que tanto le gustan a Francis. En cuanto Thomas sale por la puerta te diriges al baño para refrescarte, te vistes y sales a la calle, sin saber a dónde, pero vas a buscar a Arthur, ko puede haber ido muy lejos.
¿A lo mejor se ha ido de la ciudad?
A pesar de lo mencionado por tu visitante vas a su casa, entras igual que la ultima vez, todo parece estar desordenado, patas arriba, como si hubieran entrado a robar, o alguien hubiera sufrido el mayor de los ataques de pánico, o tal vez un mono muy grande. Al no encontrar nada vas al gimnasio de Arthur, preguntas a sus boxeadores y trabajadores, pero nadie sabe nada de él. Se te ocurre la idea de buscar en los burdeles de la zona, pero tampoco.Se acerca la hora de las visitas de Reggie y vas al hospital velozmente para llwgar a tiempo, no quieres perder ni un segundo. Ya está despierto, pero débil y tiene varios huesos rotos.
-Hola hermanita.
Te saluda mientras Francis le acaricia el brazo.
-Hola campeón, ¿estás mejor?
-Como si me hubieran pasado con un camión por encima.
Te sientas a su lado.
-¿Cuándo me van a dar el alta?
-¿Qué prisa tienes?
Pregunta Ronnie sentado en un butaca.
-Tenemos un crucero pendiente.
Dice sosteniendo la mano de Francis como buenamente puede.
-Ni loco vas a viajar así, cuando te den el alta descansarás en casa sin hacer esfuerzos físicos, como ha dicho el médico.
Le regaña esta. Tu hermano hace un gesto de rendición con las manos, sin levantarlas mucho. Cuando se termina el tiempo Reggie se marcha a la oficina a arreglar algunos asuntos y tú regresas a casa. Cuando abres la puerta oyes el teléfono sonar, al descolgar oyes un sollozo.
-¿Si?
-T/n, -la voz de Arthur te deja fría. -lo
siento mucho, te he fallado, y te he hecho daño, soy un mierdas.
-No, no, no pasa nada, Reggie está bien.
¿Dónde estás?
-Ya da igual, pronto no estaré, y ya no podré hacer daño a nadie más. Solo llamo para despedirme.
La sangre se te hiela por completo y te llega un recuerdo, un gimnasio silencioso, el sonido del taburete al caer, de la cuerda al tensarse y el cuello de ru mejor amigo al romperse. Todo por una pelea que se salió de control.
-Arthur, no hagas ninguna tontería.
¿Dónde estás?
-Adiós T/n, sé que no quieres oirlo, pero te quiero.
Con estas palabras cuelga el teléfono antes de que puedas siquiera asimilar lo que está pasando. Tienes que detenerlo, esto tiene que parar. Piensas en dónde puede estar, y caes en lo típico. ¿Dónde se quitaría la vida un hombre qué ha perdido la cordura por culpa del boxeo?
En un gimnasio, en su gimnasio, el que tú le entregaste. Sales pea ticamente volando, coges el coche y conducudes a toda velocidad, ignorando totalmente el tráfico, no hay tiempo, no puedes llegar tarde, otra vez no. Cuando llegas intentas abrir la puerta, pero está cerrada, sin embargo con unas cuantas patadas consigues abrirla a tiempo para escucharlo de nuevo, el caer de un taburete de madera, pero no solo eso, el de un cuerpo entero, la soga se ha roto y Arthur está tosiendo y sollozando en el suelo.
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ANIMALES {Arthur Shelby y tú} {Peaky blinders}
FanfictionT/N Kray, la hermana pequeña de los gemelos Krey, dos mafiosos líderes de la mafia The Firm. Los tres reinabáis en Londres, hasta que llegaron los Peaky Blinders, una organización criminal de Birmingham, quienes serán enemigos y aliados, y entre dis...