Esa misma tarde fuiste al club a ver a Arthur, con la sorpresa de que no estaba.
Te acercas a uno de los hombres que estaban trabajando. -Disculpa, Arthur Shelby?
-Pues seguramente en su casa, pasando la resaca. -dice riéndose.
-¿Resaca?
-Ayer se dió un buen homenaje.
-¿Sabe donde vive?
-Claro. -te da la dirección de Arthur, le agradeces sus servicios y vas a buscar lo.Al llegar al edificio llamas a la puerta, pero no abre nadie. Vuelves a llamar, pero sigue sin haber respuesta. -¿Shelby? ¿Estás ahí?
Sin más contestación que un silencio, sin contar con el estrecho habitual de las calles de Londres decides buscar entre las macetas y bajo la alfombrilla algun tipo de copia de las llaves, lo típico. Sin embargo no encuentras nada, por lo que decides ir a lo directo. Te apartas un poco de la puerta, das varias patadas a la cerradura hasta que esta finalmente cesa.
Entras y lo primero que ves es ropa tirada por el suelo, y no solo ropa, si no muchas más cosas, como lámparas, botellas y decoraciones en general.
Oyes unos ronquidos y los sigues hasta lo que parece la habitación principal. En el interior de esta se encuentra Arthur tirado en la cama, semidesnudo y dos mujeres, una a cada lado, ambas desnudas. Los tres estaban durmiendo.
Te apoyas en el marco de la puerta y te quedas pensando.Sacas la pistola del bolsillo y pegas dos tiros al techo. Haciendo que las chicas se despiertan asustadas y Arthur alterado.
-¿Qué coño? -pregunta este.
-Vamos a ver zorras, os vais de mi casa y os alejais de mi marido o me lio a tiros y os mato a las dos. -dices apuntándolas
Las mujeres empiezan a recoger su ropa .
-Nos vamos, nos vamos.
-Lo sentimos no sabíamos que- le cortas.
-Largo.
Finalmente oyes la puerta principal cerrarse. Miras a Arthur mientras te ries.
-Joder. - dice frotándose la cien mientras se vuelve a dejar caer sobre la cama. -Estás como una puta cabra.
-Lo que quieras, pero yo por lo menos me presento al trabajo.
Te acercas.
-¿Siquiera sabes lo que hiciste anoche?
-Bebí, follé y me drogué, todo al mismo tiempo.
-¿Has tomado drogas? -preguntas seria.
-Así es. -se levanta y agarra una cajita con un monton de bolsas pequeñitas de plástico con cocaína en su interior.Sin decir nada agarras la caja y sales del cuarto, seguida del desconectado Arthur. -¿Qué haces?
Entras al baño, abres el váter, tiras el contenido de la bolsa dentro y acto seguido tiras de la cisterna.
-¡NO! !¿Qué coño haces?!
El hombre se lanza contra tí intentando detenerte, pero estaba débil, por lo que facilmente puedes safarte y sacar la pistola para empujarlo contra la pared.
Colocas el cañón del arma en su garganta y acercas el rostro.
-Creía que estabas arrepentido de lo que pasó.
-Y lo estaba, por eso cuando me dijiste que el chico estaba bien fui a celebrarlo.
-¿Tomando lo mismo que casi te hace matarlo?
Arthur se queda en silencio.
-Esa mierda-dices apuntando con la otra mano al váter- solo te produce placer por un momento, pero después lo único que te hace sentie es ira y rabia, seguida de un arrepentimiento y una inmensa pena. No vale la pena, Arthur, creeme, sé de lo que hablo.
-Yo...
-No digas nada. -dices alejándote y guardando tu pistola- No quiero excusas.
-¿Entonces qué quieres?
-Ayudarte.
Se hace el silencio por un momento.
-¿Por qué?
En ese momento se te nubla la vista, y sientes tus ojos húmedos.
-Eso no importa, lo único que importa es que vas a salir de esta mierda, como que yo me apellido Kray.
El hombre se abalanza a tus brazos.
-Gracias. -dice entre sollozos.
Lo empujas. -No me toques, a saber lo que te habrán pegado esas dos.
-¿A qué viene eso? ¿Acaso estás celosa?-dice con una sonrisa socarrona.
-Y aquí vuelve el gilipollas de Arthur Shelby de siempre. -dices poniendo los ojos en blanco.
-Entonces, ¿por donde empezamos?
-Nos vemos esta noche en el puerto.
-¿Para qué?
-Ya lo verás, pero por ahora, dame TODA la droga que tengas, vamos a deshacernos de ella.Después de eso te fuiste a la oficina. Te costaba concentrarte, estabas nerviosa, y la cosa no mejoró cuando el cerdo de Sabini entra en tu oficina.
-Buenos días señorita Kray.
Lo miras por encima del papel que estabas leyendo. -¿Quién te ha dejado entrar?
-No me han visto entrar. -dice sentándose.
Se hace el silencio mientras vuelves a leer el papel.
-¿No me vas a preguntar que hago aqui?
-Sinceramente no es que me importe. Además, me lo ibas a decir de todas formas. -levantas la vista del folio. -¿O me equivoco?
-He oido que habéis hecho tratos con los Peaky Blinders.
-Nuestros negocios no son de tu incumbencia. -dices volviendo a leer el documento.
El hombre agarra los papeles y los arroja con fuerza. Respondes con desinteres.
-Eso ha sido grosero.
-Llevo años intentando hacer negocios con vosotros, tratando de firmar una paz entre nuestros bandos pero no. Eso si, llegan los primeros navajeros de Birmingham y corréis ha arroparlos.
-Yo creo que es bastante fácil de entender, pero ya que veo que te cuesta pillar lo más básico, te lo explicaré. -te acercas a él. -Ellos nos caen bien, tú no. Ahora largo.
El hombre saca su arma y tú copias su movimiento velozmente.
-No sé quien te crees que eres, pero te recuerdo que estás en mi local, si me matas mis hombres no tardaran ni dos segundos en entrar para matarte a cuchillazo limpio, así que yo que tú bajaría el arma.
-A mi nadie me dice que hacer, menos una mujer.
-¿Y entonces por qué has venido a buscarme a mi y no a mis hermanos? ¿Por qué has venido a negociar con una mujer?
El hombre te mira fijamente mientras en tus labios se forma una sonrisa. -Esto no termina aquí. No tengo ni idea de lo q planeais con los Blinders, pero acabaré con ellos y con vosotros.
Dice para guardar su arma y salir del local.𝙿𝚎𝚛𝚍𝚘𝚗 𝚙𝚘𝚛 𝚕𝚊 𝚝𝚊𝚛𝚍𝚊𝚗𝚣𝚊 𝚙𝚎𝚛𝚘 𝚖𝚎𝚓𝚘𝚛 𝚙𝚘𝚌𝚘 𝚊 𝚙𝚘𝚌𝚘 𝚢 𝚍𝚎 𝚌𝚊𝚕𝚒𝚍𝚊𝚍 𝚢 𝚚𝚞𝚎 𝚛𝚊𝚙𝚒𝚍𝚘 𝚢 𝚚𝚞𝚎 𝚜𝚎𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚝𝚒𝚛𝚊𝚛𝚕𝚘 𝚊 𝚕𝚊 𝚋𝚊𝚜𝚞𝚛𝚊, 𝚒𝚗𝚝𝚎𝚗𝚝𝚊𝚛𝚎 𝚊𝚌𝚝𝚞𝚊𝚕𝚒𝚣𝚊𝚛 𝚊𝚕 𝚖𝚎𝚗𝚘𝚜 𝚞𝚗𝚊 𝚟𝚎𝚣 𝚊 𝚕𝚊 𝚜𝚎𝚖𝚊𝚗𝚊
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ANIMALES {Arthur Shelby y tú} {Peaky blinders}
FanfictionT/N Kray, la hermana pequeña de los gemelos Krey, dos mafiosos líderes de la mafia The Firm. Los tres reinabáis en Londres, hasta que llegaron los Peaky Blinders, una organización criminal de Birmingham, quienes serán enemigos y aliados, y entre dis...