♠§ 𝐶𝐴𝑃 𝑄𝑈𝐼𝑁𝐶𝐸: 𝐴𝐵𝑅𝑈𝑀𝐴𝐷𝐴 §♠

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Sientes una obstrucción en el pecho mientras Thomas cuenta lo ocurrido. No puede ser verdad, es imposible. Mientras tratas de respirar sales corriendo de la sala, directa al choche. Ignorando el tráfico conduces hacia el objeto de tu ansiedad, Alfie Solomons. Ese hombre que había sido un referente paterno para vosotros, que prácticamente os había iniciado en este mundo, y que al parecer, presuntamente, había traicionado vuestra confianza y el trato con los Shelby, mandando a la muerte al hombre al que amas. Quieres respuestas, necesitas respuestas y estás dispuesta a conseguirlas así tengas que quemar todo el muelle de los judíos. Al llegar bajas y del coche e ignoras los saludos de tus hombres, no ves a los enviados por los Blinders, esto está mal, algo va muy mal.
Olie te lleva junto a Alfie, que está de pie junto a un pilar, con los ojos cerrados. Solía dedicar una media hora de su tiempo a...meditar, vamos a llamarlo así, debido a que un familiar suyo es ciego y lo hace para ponerse en su lugar un rato y agradecer tener su visión intacta.
-Me han dicho que estabas buscándome.
-Tenemos que hablar, en privado, ya.
-¿Cuánto queda Oli?
-Un minuto.
-Llevamos a mi despacho.
Oli guia a Alfie, que todavía tiene los ojos cerrados hasta la sala. Cuando llegamos Alfie ya puede abrir los ojos y le pide al chico que nos deje solos.
-¿Qué ocurre compadre?
-Dime que no es verdad.
-Si no me dices el qué está complicado.
-Dime que no es cierto que te has aliado con los cerdos italianos, con la escoria de Sabini, dime que es mentira, un malentendido.
Sientes que tus ojos van a empezar a llorar de toda la tensión que sientes en el pecho, la ira, la desesperación y la decepción te abruman por momentos cada vez mayores.
-Oh eso.
-¿Entonces es verdad? -no necesitas que te conteste, su sola mirada basta. -¿Cómo has podido? Has traicionado nuestra confianza y has vendido a los Peaky Blinders.
-¿Por qué te pones así? Os lo iba a contar. Además nos he quitado de encima a la competencia.
-¿Competencia? Eran nuestros aliados, Alfie, nuestros amigos.
-Bueno, me hicieron una oferta que no pude rechazar.
-¿Y si te hicieran una oferta nos venderías a mi y a mis hermanos también?
-Pues claro que no, no digas esas-
Se acerca mientras habla, pero para en seco cuando sacas una pistola para apuntarle a la cabeza. 
-Arreglalo. Tienes que impedir que ahorquen a Arthur Shelby.
-No puedo. ¿Vas hacerlo? ¿Vas a matarme?
Por su tono está claro que cree que no eres capaz. Mientras las lágrimas empiezan a brotar de tus ojos quitas el seguro del arma y poner el dedo en gatillo, pero la apartas con un gran suspiro. No puedes, simplemente no puedes hacerle eso. Sin saber que más decir te marchas, sintiendo como el dolor te marca los pasos. Apenas ves mientras conduces a causa de las lágrimas. Pero cuando llegas a tu casa te sientas en el suelo de tu habitación, como cuando eras pequeña, y empiezas a llorar.

Esa noche vas al muelle, estás sentada justo donde te sentaste con Arthur la noche que estuvisteis allí. No te dejan verle, dentro de un mes será ahorcado. No solo eso, toda la familia Shelby estás patas arriba, y no sabes que puedes hacer. Todo es tan irreal. Escuchas unos pasos acercarse, instintivamente sacas el arma y apuntas hacia el origen del sonido, pero solo es Thomas.
-Señor Shelby. ¿Qué hace aquí?
-La estaba buscando, a pesar de sus esfuerzos, sé que tiene una relación con mi hermano.
-No sé aue voy hacer, no puedo enfrentar me a Alfie, tampoco puedo embarcarme en una lucha contra Sabini sin el respaldo de mis hermanos y ellos no quieren pelear contra nuestro amigo. No quieren arriesgarse ahora que Francis está embarazada.
-No los juzgo. Pero sepa, que voy a encontrar la manera de arreglar todo esto, siempre lo hago, y para ello necesitaré su cooperación.
-Lo que sea.
-La llamaré.
Tira el cigarro que estaba fumando para despedirse y marcharse. Tú te quedas, mirando tus piernas que cuelgan hacia el agua. Vuelves a escuchar pasos.
-¿Ha olvidado algo señor Shelby?
Dices sin levantar la cabeza, pero no te queda de otra cuando oyes como el clic de un arma. Al alzar la vista ves a Sabini, de cuclillas a tu lado.
-Hermosa noche, ¿no cree señorita Krey?
No dices nada.
-Se lo dije, que iba a acabar con los Peaky Blinders, y ahora ustedes serán los siguientes. -sigues sin responder a sus provocaciones.- La veo muy afligida por la noticia de la inminente muerte de Arthur Shelby, oh pobre, nunca se enamore de un hombre muerto, señorita Krey. -te toma del rostro y te gira para que lo mires. -Si hubiera aceptado hacer negocios conmigo ahora esto no estaría pasando. A lo mejor, ahora mismo estaríamos los dos en mi mansión follando como conejos, pero no. - Te
suelta y se levanta- Piense bien en mi oferta, porque será la única manera de salvar a su familia, señorita Krey.
Esas son sus últimas palabras antes de marcharse. Te vuelves a quedar sola, y ahora no puedes evitar llorar a moco tendido.

Al día siguiente el señor Shelby te cita en tu club. Tú llegas media hora antes solo para beber algo, no puedes soportar todo esto estando totalmente sobria. Tus hermanos también se encuentran allí, esperando. Cuando el finalmente llega se sienta y empieza a hablar después de dar una clada a su cigarro.
-Estamos de mierda hasta el cuello.
-¿Nos lo dice o nos lo cuenta?
-Tengo un plan.
Los tres lo miráis como perros a una chuche en la mano de su dueño.
-Tal vez podríamos librarnos de Sabini, Pero voy a necesitar la, señorita Krey, puesto que ninguno de ustedes está dispuesto a enfrentarse a Solomons lo haré yo, pero necesito que usted sea la distracción para Sabini.
-¿Disculpe?
-Los oí anoche en el muelle. Perdón por no intervenir pero no lo ví necesario, solo estaba él. El caso es que tiene que hacerle creer que está de su lado, que ha recondiderado su oferta.
-¿Cuánto tienpo nos va a llevar su plan?
-Un mes, justo el tiempo que tenemos para salvar a mi hermano.

ANIMALES {Arthur Shelby y tú} {Peaky blinders}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora