♠§ 𝐶𝐴𝑃 𝐷𝐼𝐸𝐶𝐼𝑆𝐸́𝐼𝑆: 𝐶𝑂𝑁𝑆𝑃𝐼𝑅𝐴𝐶𝐼𝑂́𝑁 §♠

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Thomy llevaba un tiempo en reuniones con un tal Campell, todavía no entiendes de que lado está el inspector, pero no dudas del juicio del señor Shelby. Por vuestro lado, habéis hecho creer a Sabini de la manera más increible que estáis de su lado. Y aunque te llena de asco estar a su lado, a veces hay que hacer sacrificios y reunirse con él. Ese día, en el que Thomy iba a tener una reunión con Alfie, quien al parecer estaba furioso con Sabini por romper su trato; tú ibas a tener tu propia reunión con Sabini, en uno de sus clubs. Te pones un vestido negro de tirantes hasta las rodillas, un sombrero, te recoges el pelo y te maquillas. Tu objetivo era distraer a Sabini, y resulta que era bastante fácil hacerlo, solo tenías que estar guapa y agitar un poco las pestañas cerca de él.

Afortunadamente, y con la mediación de The Firm, Alfie y Thomy habían llegado a un acuerdo para retirar las acusaciones por el asesinato de Billy Kitchen (al cual mató Alfie durante la cena de Noche buena a la que invitaron a Arthur para echarle la culpa a él) . Mientras ellos necesitaban la última parte, un hombre iría a buscar a Arthur para su venganza contra Sabini.

Cuando llegas al local te abruma el ambiente cargado y lascivo que se respira por todas partes. Mi misión era simple, distraer a Sabini del exterior. Por eso nos encontramos en la sala privada del local. Charlamos de diversos temas, tratando de no tocar los negocios, solo por si acaso, mientras la mano de mi enemigo subía a veces por mi pierna. Antes de que se diera cuenta, Sabini se había acabado su segunda botella de wiskhy, yo aprovechaba cada descuido para regar la planta de al lado con mi bebida, e incitaba al hombre a beber más. Así hasta que hubo un ponto de la tarde en la que no se podía ni mover.
Mientras Thomy estaría hablando con Alfie.

THOMAS SHELBY

Camino hacia el puerto de los judios en compañía del nuevo compañero de piso de mi hermana Ada.
-Durante los próximos diez minutos no hagas ni digas nada, ¿queda claro?
Le digo.
-Si.
Cuando estoy a punto de entrar me encuentro con Olie esperando en la entrada, le saludo, dispuesto a entrar, pero él me detiene.
-Él no puede entrar solo tú.
-Espera aquí.
Dejo al chico fuera mientras yo entro con mi maletín. De camino al despacho de Solomons me detengo tras un barril y me agacho para fingir atarme los cordones de los zapatos. Este plan tiene que salir bien, de el dependen muchas cosas que no estoy dispuesto a permitir que salgan mal. Cuando llego a la oficina, Solomons está leyendo el periódico, me siento y no me presta más minima atención, bien. Pasamos así un instante, hasta que suena el téfono.
-Tal vez sea para tí, Thomy.
Dice sin levantar la vista de su lectura. Yo contesto la llamada.
-¿Si?
Una voz masculina y algo confusa me contesta del otro lado.
-Hermano.
-¿Arthur? ¿Te han sacado de la cárcel?
-Sí, dicen que tiends un plan.
-Confía en mí, hermano.
Dicho esto cuelgo el teléfono y vuelvo a sentarme. Es en ese momento cuando empieza la negociación, hora del espectáculo.
-Ahora es el turno de tu parte del trato, ¿qué tienes para mi?
Ahora sí, Solomons baja los pies de la mesa y deja el periódico sobre la mesa. Saco un papel del maletín.
-Firmado por el ministro del imperio. -
Le digo mientras le tiendo el papel. -Podrás transportar tu ron en nuestros barcos y nadie en los muelles se atreverá a revisarlos.
-¿Sabes qué? Ni siquiera le pediré a mi abogado que lo revise, me fio de ti, amigo. Bien, whisky. -dice dejando una botella en la mesa. -Pero hay algo, aquí dice que me llevo el 20% de tus negocios por exportación.
-Es lo que tratamos por teléfono.
-No, mi abogado ha redactado esto para nosotros. -pone un papel frente a mi mientras yo sigo fumando. Sabía que este hijo de puta se iba a saltar el trato. -Es un acuerdo en el que dice que el 100% de rus ganancias irán a mí.
-Ya veo.
Contesto sin el más mínimo interés.
-Tú solo tienes que firmar aqui.
Dice dando unos golpecitos en la hoja.
-Es gracioso, ¿debo darte el 100% de mis ganancias? ¿Por qué haría eso?
En ese momento Olie saca un revólver y me apunta. Alfie le quita el arma sin prisa pero sin vacile.
-No, no, no, solo estamos hablando.-se dirige a mí.- Mira, no es negociable, solo tienes que firmar el puto contrato ahí, con tu pluma.
-Entiendo. Verás, tengo a un socio esperando fuera. Tiene pinta de monaguillo, pero en realidad es un anarquista.
-Thomy, voy a volarte los sesos.
-Ahora, cuando entré me até los cordones del zapato, ¿no es veedad Olie? Y mientras lo hacía, deje una granada bajo uno de los barriles, una número quince con detonador. Y mi amigo es como esos anarquista que volaron Wall Streer, ¿sabes? Si a las siete no he salido por la puerta, este sitio volará en pedazos. Y no crea, Solomons, que me importa morir, yo ya estoy muerto.
El miedo en Olie era casi material, y la tensión del señor Solomons iba en aumento, tanto que se giró hacia su hombre.
-¿Y tu que coño hacías mientras pasaba esto?
-Solo se estaba atando los zapatos.
-Te he preguntado que hacías.
-Marcaba las carreras.
Miro mi reloj.
-Olie, sal y dispara al puto monaguillo en la geta.
Le da el arma de vuelta.
-Puede intentarlo, pero él será mucho más rápido, se lo aseguro. Si alguien que no sea yo sale por esa puerta, bueno, ya sabes.
-Se ató el zapato, Alfie.
Dice Olie, cada vez más asustado.
-Lo hice.
Vuelve a retirar el arma.
-Apuesto cien a uno que estás mintiendo.
-Puede ser, pero te recuerdo que volé mi propio pub para cobrar el seguro.
Olie suspira, cambiando el peso de un pie a otro mientras Solomons juega con el revólver.
-Muy bien, en ese caso creo que me conformo con el 65%.
-No hay trato.
-Alfie, ha plantado la granada, estoy seguro. Este cabrón es capaz de
No le da tiempo a terminar porque Solomons lo agarra por el cuello de la camisa.
-Castigado en la esquina, ahora quitate el babero y deja hablar a los hombres.
Olie se aleja de la escena.
-Cuatro minutos.
Digo mientras dejo la hebilla de una granada sobre la mesa. Él la coge y empieza a jugar con ella.
-45%
-Treinta.
-Y una mierda, eso es muy poco.
Tiró la hebilla sobre la mesa.
-En francia, cuando cavaba túneles como un puto topo con la 179, estallé schwabell con el mismo arsenal de hoy.
-Recuerdo leer sobre la 179, murieron enterrados.
-Tres logramos salir cavando, que es lo mismo que estoy haciendo ahora, señor Solomons. Yo no soy la señorita Krey.
-No jodas. Escucha, te daré el 35%, tomalo o dejalo.
-35 pues.
Nos levantamos y nos damos las manos, cerrando el trato. Al salir del lugar me retiro junto con mi complice y nos despedimos.

Me dirijo al punto de encuentro con el resto de mi banda y la familia Lee y juntos nos dirigimos al derbi de Epsom. Antes de entrar llegué al teléfono más cercano y llamé a Reggie Krey.

T/N KREY

Mientras hablás entra uno de los guardias.
-Señorita Krey, la llama uno de sus hermanos.
Sabini hace un ruido de molestia.
-Con lo bien que nos lo estamos pasando.
Dice acercando sus labios a tu cuello.
-Solo será un momento.
Sales de la sala para contestar al teléfono.
-¿Reggie?
-Nuestros hombres se han reunido con los del señor Shelby, todo está listo para la siguiente fase.
Una vez dicho esto cuelgas el teléfono y sin una palabra más sales del local. Ahora mismo los corredores de apuesta de Sabini estarían viendo arder sus licencias y deseando no haberse metido con los Shelby.

ANIMALES {Arthur Shelby y tú} {Peaky blinders}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora