El sabio del Creador
Haziel
Aterrizo en la terraza de la edificación destinada para todo lo que tenga que ver con Las Jerarquías del Segundo Cielo.
La llegada de nuevos habitantes angelicales al Beta ha incrementado en los últimos años, y por ende la cantidad de veces que vienen los arcángeles del Séptimo Cielo se ha multiplicado.
―¿Estabas en la Tierra? ―es lo primero que pregunta Zemer cuando entro a la sala de asambleas. Solo está ella, sentada al otro lado de la mesa rectangular―. Asumo que sí, se supone que estarías aquí ayer.
Hace una hora estaba en la Tierra, y claro que eso significa que tiene razón. Aquí pasan días, y en la Tierra horas.
Ese es mi mayor problema como líder de las Jerarquías, por ello sugerí un horario, solo debo estar en la Ciudad Blanca cada cinco días, a menos que claro, se necesite mi presencia junto a las otras diez Jerarquías para asuntos serios. Llevaba más de cinco horas en la Tierra, así que aquí pasaron más de cinco días.
―Perdí la noción del tiempo.
―¿Y eso por qué?
―Sabes que no tengo por qué darte explicaciones. ―Me acerco a mi silla―. Pensé que no podías caminar.
―Gamaliel dijo que mi pie estaría en perfectas condiciones en un año, y aún conservo mis alas, no soy un simple humano que se limita a caminar. ―Explica con desdén―. Puedo flotar libremente de todas formas.
Le diré a Niamh que si vuelve a tener la oportunidad de acercarle una espada a Zemer que le corte las alas. O en tu defecto, la cabeza.
―Has ayudado a cientos de sanadores a escribir libros ―hablo tomando asiento―. Ahora sabemos que el tiempo de recuperación por una herida hecha con Veljeax Dorada tarda años angelicales en sanar, y también dependerá de la herida.
Es que no entiendo por qué Niamh no le cortó la cabeza de una vez.
―Odio ese tipo de comentarios, arcángel.
―Los recibirás por el resto de tu existencia. ―Murmuro sin interés y miro de reojo que Baniel entra al salón en compañía de On y de Yrinca.
Niamh le cortó un pie hace años a Zemer, y aún le falta sanar. La herida fue hecha con una Veljeax Dorada, y solo ha sanado porque Zemer aún existe, de por sí, las heridas con Veljeax son letales y si te decapitan con una... dejas de existir. Seas ángel o arcángel.
En la Tierra han pasado casi cuatro años, no quiero pensar en ello. Pero aquí en el Beta han pasado quizás noventa, quizás más, quizás menos, en realidad no me interesa saberlo. En Épsilon ni se diga.
―Ha llegado un arcángel al Beta. Específicamente hace medio día. ―Anuncia Zemer―. Durante todo este tiempo que han llegado ángeles no tuvimos problemas, pero el hecho de que un arcángel haya decidido dejar el Séptimo Cielo y habitar aquí cambia las cosas porque ―señala su alrededor―, el arcángel opta por un puesto en las Jerarquías. Somos once, hay cuatro sillas disponibles aún.
―¿Y el problema es? ―pregunto.
―Pensamos que el arcángel en cuestión solo viene a vigilar más de cerca ―comenta Yrinca―, todos aquí sabemos que desde que sucedió el desastre con Niamh Browne han llegado muchos nuevos habitantes al Beta, pero también sabemos que es casi imposible que un arcángel del Séptimo quiera vivir aquí.
―Los arcángeles nunca más quisieron abandonar el Séptimo por el Beta, solo sucedió una vez.
―Los arcángeles que hemos estado aquí llegamos el mismo día, ninguno otro quiso abandonar su morada en el Séptimo a diferencia de los ángeles. ―Comenta On y asiento.