“take me back to the night we met
when the night was full of terrors
and your eyes were filled with tears
when you had not touched me yet”."Lo recuerdas."
El viento frío del alba acariciaba su rostro, recordándole que estaba vivo, a pesar de que su alma se sentía vacía.Su mente vagaba entre recuerdos, reviviendo el momento en que todo cambió. Recordaba el día en que la perdió, el dolor desgarrador que sintió al verla desvanecerse ante sus ojos. Fue ese momento el que lo empujó hacia el abismo, el que lo convirtió en lo que era ahora.
Amegakure se extendía ante sus pies, su sharingan brillaba a través de la máscara mientras solo tenía una idea en mente.
Tsukuyomi infinito.
Ni siquiera le prestó atención a las gotas que se deslizaban por su cabello. No estaba atento a ello, no le importaba.
Odiaba sentirse tan deprimido durante las noches solo por el hecho que ella amaba las noches y los días oscuros.
Un suspiro salió de sus labios.
Y una lagrima escapó de los ojos verdosos de Sheyla, siempre pensó que tal vez y solo tal vez si lo hubiera convencido de negarse a completar esa misión todo estaría bien.
Pero lo hecho hecho estaba y por más que quisiera no podía retorcer el tiempo para arreglarlo todo.
Obito estaba tentado por encender y darle una calada al cigarro que se hallaba a su lado. Uno de los tantos que guardaba la cajetilla situada en su bolsillo, justo al lado de su mascara.
Miró con desdén el pequeño trozo de papel y tabaco, por más que lo intentó, ni el alcohol, ni los cigarros e incluso sustancias aún más ilícitas lograron ayudarlo a olvidar.
Su mundo se había vuelto cenizas, y ahora lo único que lo mantenía en pie era esa única misión, ese único objetivo que había trazado con dolor y desesperación: cambiar la realidad.
¿Y eso cambiaría algo? No, realmente no. Solo era un sueño de los muchos que tuvo a lo largo de su vida, uno que creció a raíz de la perdida que solo quería cumplir miles de sueños que quedaron flotando en la nada.
Cada noche era como volver a vivir esa noche. Cuando sus labios solo pudieron pedir perdón y sonreir una última vez sin querer hacerlo.
Daría su vida entera por verla con vida.
"Lo estas haciendo genial, Obito" sus alucinaciones, de nuevo.
No quería mirar atras solo para mirar oscuridad, pero su dulce y falsa voz solo lo llamaba.
"Mírame, Obito".
Negó con la cabeza mordiéndose en labio inferior. —No puedo. —su tono estaba vacío, quebrado. —No quiero despertar. No sigas, te lo ruego.
"Todo estará bien" prometió.
Entonces volvió a despertar sudando, ni siquiera estaba en la cama, estaba acostado sobre el balcón de su habitación con botellas de sake a su alrededor, la escena lo recibió como tantas noches.
La pesadilla se repetía noche tras noche, una cruel burla de su mente que lo mantenía atrapado en un ciclo interminable de dolor y remordimiento. Se llevó la mano a la frente, aún sintiendo el sudor frío correr por su piel, mientras su corazón latía con fuerza, acelerado, como si acabara de escapar de algo más allá del sueño.
Solo quería concretar el Tsukuyomi infinito para acabar con todo. Pero en el fondo, sabía que no cambiaría nada. Que el vacío que lo consumía seguiría ahí, sin importar cuántas ilusiones tejiera en torno a sí mismo.
—Ella no está aquí —se dijo, como si esas palabras pudieran romper el hechizo que lo mantenía atado al pasado.
Pero entonces, como si el destino se burlara de él, una suave risa resonó en su mente.
"Siempre estaré contigo, Obito", susurró la voz, y por un momento, él deseó con toda su alma que fuera verdad.
En Konoha, por otra parte, el bar estaba lleno de jounins celebrando, Dios sabrá que cosa. Incluso Kakashi estaba borracho, tirado en algún lugar mientras aclamaba su triunfo sobre "tolerancia" ante Guy.
Shey no le prestó atención a ninguno, estaba más concentrada mirando las estrellas, esa noche, justo esa noche se cumplían 15 años desde el fallecimiento de Uchiha Obito.
Sus manos acariciaron sus cabellos antes de tararear una canción tan triste como el chillido de dolor de un gatito.
Si estuviera en tus manos, ¿Darías tu vida a cambio de la de él?
"Si".
"Daría mi vida y el mundo entero por él".
Para ella, el tiempo no había sanado las heridas; solo las había vuelto más profundas.
Miró al cielo nocturno y dejó que sus pensamientos volvieran a aquella noche, la noche en que lo perdió todo. Era como si el universo entero se hubiera detenido en ese instante, congelado en el tiempo.
Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero no las dejó caer. No quería que nadie viera su sufrimiento, no en medio de aquella celebración donde todos parecían ajenos a su dolor. En ese instante, el bullicio del bar se sentía lejano, como si el mundo hubiera decidido darle un breve respiro, un momento para estar a solas con sus recuerdos.
La risa de los jounins y el ruido de las copas chocando resonaban detrás de ella, pero su mente estaba lejos, en otra época, en otro lugar. A veces se preguntaba si Obito... si su alma rota, atrapada en ese abismo de oscuridad, aún la recordaba. Pero su alma era tan pura en aquel entonces.
"¿Dónde estás ahora?" pensó, dejando que la brisa nocturna acariciara su rostro.
N/A: Solo para aclarar, ambos están vivos pero no el otro no lo sabe, se viven cositas (el suicidio de alguno de los dos, nsc)
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𝐕𝐈𝐋𝐋𝐀𝐈𝐍 -. Obito Uchiha.
Hayran KurguUCHIHA OBITO | Si me lo pidieras, lo daría todo por hacerte sonreír. ¿Podrías ser mía esta noche?