La semana siguiente transcurrió en una serie de reuniones y eventos que Aitne no podía evitar. Aunque intentaba concentrarse en su trabajo, la sombra de Christopher Morgan estaba siempre presente. Sus miradas se cruzaban con frecuencia en los pasillos de la Central, cada encuentro cargado de una tensión palpable.
Christopher había comenzado a mostrar su astucia y dominio de formas sutiles pero inquietantes. En una reunión crucial sobre una operación encubierta, Aitne notó cómo él dirigía la conversación con una habilidad que bordeaba la manipulación. No solo estaba atento a cada palabra, sino que también parecía tener una capacidad casi sobrenatural para anticipar los movimientos de los demás.
Aitne se enfrentaba a un dilema: cómo manejar su creciente irritación con la intrusión de Christopher en su espacio personal y profesional, mientras trataba de mantenerse enfocada en su trabajo. A medida que los días pasaban, comenzó a sentir la presión de tener que desempeñar un papel doble, actuando con la misma confianza con la que se enfrentaba a sus superiores en Colombia, pero también adaptándose a las tácticas psicológicas de Christopher.
En uno de los encuentros inesperados, Christopher se presentó en su oficina sin previo aviso. Sus ojos azules, siempre tan penetrantes, la miraron con una intensidad que desafiaba a cualquier resistencia.
—Capitana Rojas —dijo, con una sonrisa que parecía saber algo que ella no—, he estado observando tu desempeño. No es que me sorprenda, pero debo admitir que tus habilidades están a la altura de las expectativas.
Aitne, con una expresión de control absoluto, respondió con frialdad.
—Gracias, Coronel. ¿Hay algo en particular que le gustaría discutir?
—En realidad, sí. —Christopher se acercó lentamente, colocando un dossier sobre su escritorio—. Necesitamos tu experiencia en esta operación. Sin embargo, también creo que podríamos... beneficiarnos mutuamente si estás dispuesta a aceptar mi colaboración más cercana.
El rostro de Aitne reflejó una mezcla de determinación y molestia. Sabía que esta era otra táctica para intentar doblegarla, pero no podía dejarse llevar.
—No necesito favores para hacer mi trabajo. Estoy aquí para cumplir con mi deber, y nada más.
Christopher se rió suavemente, sin ocultar su satisfacción.
—Oh, pero no se trata solo de favores. Se trata de cómo puedes posicionarte para obtener lo que realmente quieres. Sabes, Aitne, en este mundo, a veces debes aceptar ciertas... ofertas para avanzar.
Las palabras de Christopher resonaron en su mente mientras él se marchaba, dejándola con una sensación de incomodidad. El desafío no era solo el trabajo en sí, sino el juego psicológico que él estaba jugando.
Aitne estaba más determinada que nunca a no ceder ante sus manipulaciones. Sin embargo, el ambiente de tensión constante estaba empezando a hacer mella en ella. Había noches en las que se despertaba con la mente llena de dudas, y la habilidad de Christopher para manipularla parecía tener un efecto cada vez más profundo en su equilibrio emocional.
El día en que la alarma de emergencia se activó de nuevo, Aitne se encontró en una situación que requería la colaboración directa con Christopher. El peligro estaba en el aire y, para enfrentar la amenaza, tuvieron que trabajar juntos.
A medida que avanzaban en la operación, el sentido de urgencia y la necesidad de confiar en el otro forjaron un vínculo inesperado. Durante un breve descanso, Christopher se acercó a Aitne con una seriedad que no había mostrado antes.
—No te lo he dicho antes, pero admiro tu tenacidad. No es fácil estar en tu posición. —Su tono era más sincero y menos juguetón.
Aitne lo miró con cautela.
—¿Y eso qué significa para nosotros?
—Que la batalla no siempre es solo sobre quién gana o pierde. A veces, se trata de cómo jugamos nuestras cartas para asegurarnos de que ambos salgamos con algo.
El encuentro terminó, pero Aitne quedó con una sensación contradictoria. Aunque su lucha por mantener su independencia continuaba, también comenzó a darse cuenta de que Christopher no era el villano unilateral que había imaginado. La batalla de poder era más compleja de lo que había previsto, y el juego apenas comenzaba.
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ONE - SHOTS ||MULTIFANDOMS||•
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