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TRIÁNGULO AMOROSO

La noche envolvía el antiguo cementerio en un manto de oscuridad y silencio, roto solo por el crujir de hojas bajo los pies de Stiles Stilinski. La linterna en su mano arrojaba un haz de luz inestable, creando sombras inquietantes a su alrededor. A su lado, Briana Mikaelson caminaba con pasos decididos, sus ojos brillando con una intensidad sobrenatural.

- Hola - dijo Stiles, rompiendo el silencio tenso que se había formado entre ellos.

- Hola - respondió Briana, su voz apenas un susurro.

Los dos continuaron su búsqueda en silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos. La desaparición de Derek Hale había dejado una sombra oscura sobre Beacon Hills, y encontrarlo se había convertido en una prioridad urgente para el grupo.

- ¿Crees que realmente está aquí? - preguntó Stiles después de un rato, rompiendo el silencio una vez más.

- No lo sé - respondió Briana. - Pero este es el único lugar donde las pistas nos han llevado hasta ahora.

Mientras avanzaban entre las tumbas, la tensión en el aire se hacía más palpable. Los cazadores de lobos habían estado merodeando por la zona, y ambos sabían que un enfrentamiento era inevitable.

De repente, un ruido en la distancia hizo que ambos se detuvieran. Stiles levantó la linterna, tratando de ver más allá de la oscuridad.

- ¿Escuchaste eso? - preguntó, su voz baja y alerta.

- Sí - respondió Briana, sus sentidos sobrenaturales captando algo que Stiles no podía. - No estamos solos.

Sin previo aviso, un grupo de cazadores surgió de las sombras, rodeándolos rápidamente. Stiles y Briana se colocaron espalda con espalda, preparados para luchar.

- Bueno, parece que encontramos a nuestros intrusos - dijo uno de los cazadores, una sonrisa cruel en su rostro.

- No tenemos tiempo para esto - murmuró Stiles, apretando los puños.

- No te preocupes, Stiles - dijo Briana, sus ojos cambiando a un rojo intenso. - Déjame a mí.

Con un gesto rápido, Briana invocó una ráfaga de energía mágica, lanzando a los cazadores hacia atrás. Stiles observó, asombrado, mientras Briana utilizaba sus poderes de bruja y lobo para luchar contra los atacantes. Sus movimientos eran fluidos y letales, una danza de poder que dejó a Stiles sin aliento.

Cuando el último de los cazadores cayó, Briana se volvió hacia Stiles, su respiración agitada pero sus ojos llenos de determinación.

- Tenemos que seguir adelante - dijo, sin esperar respuesta.

Stiles asintió, todavía impresionado por la exhibición de poder de Briana. Juntos, continuaron su búsqueda, sabiendo que cada segundo contaba.

Stiles y Briana llegaron al lugar donde Scott McCall y Lydia Martin los esperaban, una antigua cripta en las afueras del cementerio. Scott, con su agudo sentido del olfato, había detectado un rastro de Derek en ese lugar.

- ¿Encontraron algo? - preguntó Scott, sus ojos llenos de preocupación.

- Solo unos cazadores molestos - respondió Stiles, sacudiendo la cabeza. - Pero Briana se encargó de ellos.

- Tenemos que darnos prisa - intervino Lydia, su voz tensa. - Siento algo extraño aquí, algo oscuro.

Briana se acercó a Lydia, sintiendo la misma energía oscura que ella. Sus poderes de bruja le permitían percibir las fuerzas sobrenaturales con gran claridad.

- Hay un hechizo aquí - dijo Briana, cerrando los ojos y extendiendo las manos. - Un hechizo de ocultación. Necesito concentrarme para romperlo.

Los demás formaron un círculo a su alrededor, protegiéndola mientras comenzaba a murmurar palabras en latín. La energía en el aire se intensificó, y un resplandor azul comenzó a emanar de las manos de Briana.

Finalmente, el hechizo se rompió, revelando una entrada oculta en la cripta. Scott y Stiles se precipitaron hacia adelante, seguidos de cerca por Briana y Lydia. Descendieron por una escalera estrecha que los llevó a una cámara subterránea.

Allí, encontraron a Derek, encadenado y visiblemente debilitado. Sus ojos se abrieron con dificultad cuando el grupo se acercó.

- Derek - dijo Scott, rompiendo las cadenas con su fuerza de hombre lobo. - Te sacaremos de aquí.

Derek asintió débilmente, agradecido. Briana se acercó y usó su magia para sanar algunas de sus heridas más graves, mientras Stiles y Scott lo ayudaban a ponerse de pie.

Una vez fuera de la cripta, el grupo se detuvo para tomar aliento. Derek se apoyó contra un árbol, todavía recuperándose de su ordeal.

- Gracias - dijo Derek, mirando a cada uno de ellos. - No sé qué hubiera hecho sin ustedes.

- No tienes que agradecer - respondió Scott. - Somos una manada. Siempre cuidamos los unos de los otros.

Stiles observó a Derek y Briana, sintiendo una punzada de celos al ver la forma en que Derek la miraba. Sabía que había algo más entre ellos, algo que no podía ignorar.

- Derek, necesito saber algo - dijo Stiles, dando un paso adelante. - ¿Qué significa Briana para ti?

Derek lo miró fijamente, su expresión seria.

- Ella es... importante - dijo finalmente. - Pero eso no cambia lo que siento por ti, Stiles.

Briana intervino, su voz suave pero firme.

- No quiero ser la causa de una pelea entre ustedes - dijo, sus ojos pasando de Derek a Stiles. - Ambos son importantes para mí, pero necesito tiempo para entender lo que siento.

El grupo regresó a Beacon Hills, cada uno reflexionando sobre los eventos recientes. Briana decidió quedarse en la ciudad, sintiendo que había encontrado un lugar al que pertenecer.

Stiles, Derek y Briana sabían que su situación era complicada, pero estaban dispuestos a enfrentarlo juntos, sabiendo que, pase lo que pase, siempre tendrían el apoyo de su manada.