Gemini había salido una hora más tarde de su casa hacia el trabajo. Por lo menos se sentía un tanto más descansado que el día anterior, pero su garganta parecía demasiado seca para su gusto. Recordando la publicación que había visto en redes, decidió que era buena idea hacer una parada antes de llegar al trabajo.
Además de que, por alguna razón a su lobo le interesaba ir, con solo imaginar llegar a la cafetería movía ligeramente su cola, inquietándolo de una buena manera.
—Lleguemos a la cafetería de ayer, antes de ir a la empresa. —Habló Gemini a través de la ventanilla, mirando por el retrovisor al chófer.
—Claro, señor.
No estando muy lejos de ahí, fue cuestión de minutos antes de que el automóvil se estacionara una cuadra atrás a diferencia de ayer, teniendo la vista de cómo la cafetería era la más concurrida aquel día.
—Yo bajaré, quédate aquí. — Sin esperar una afirmación, bajó por su cuenta. Caminó con desinterés hasta la cafetería, opacando con su aroma a los demás humanos que concurrían el lugar.
Entró a la cafetería, caminando directamente al mostrador. El joven que lo había atendido el día anterior no se veía por ningún lado, solo personas que lo miraban con cierta desconfianza e inclusive miedo. Acostumbrado a ese tipo de miradas por el detalle de su olor y jerarquía, el alfa se limitó a esperar con una expresión de aburrimiento, viendo el menú por mientras que el omega regresaba a su puesto de trabajo.
—¡Hola! Buenos días, perdón por la tardanza. —Cuando una voz animada, junto con un aroma dulce, apareció de repente, levantó la vista. —Oh, es usted. ¿Qué desea ordenar hoy?
La sonrisa que le ofreció fue la misma de ayer, a diferencia que hoy se veía más agitado y un tanto cansado. —Café negro.
—Bien, ¿Algo más?
—Una galleta de chispas. —Trató de ubicarlas, pero solo vio un plato vacío a un lado de la caja.
—Perdón, hace unos minutos se llevaron la última. Pero le puedo ofrecer otro tipo de postre, tengo galletas de nuez o de pasas. —Señaló sobre la vitrina dichos acompañamientos, pero el contrario se limitó a responder con una mueca.
—Sólo el café. —Dijo con un tono seco, sacando su tarjeta.
—Podrá encontrar el siguiente especial en estos días, puedes seguir a la cuenta para saber todo de ello. —Señaló uno de los carteles que se mostraban sobre la caja, donde se podía apreciar las redes sociales de la cafetería. El omega sintió la necesidad de complacerlo, no le agradó aquella mueca y, aunque estuviera acostumbrado a los clientes y sus comentarios cuando algo se agotaba en su menú, por alguna extraña razón sentía la necesidad de apaciguar su disconformidad.
Gemini no murmuró palabra alguna, haciendo que Fourth cobrara de manera silenciosa el café, una vez que le entregó el ticket junto con la tarjeta, se giró para preparar el café en silencio. El alfa pudo sentir brevemente como el aroma dulce del omega se agriaba un poco, pero le restó importancia mientras guardaba sus pertenencias mientras se hacía a un lado, en el espacio de las entregas mientras mantenía una postura rígida. ¿Acaso su humor se volvió agrio, si es que se podía aún más, por el simple hecho que no pudo probar esas galletas? Ni siquiera comía algún tipo de postre, odiaba todo lo que tuviera que ver con lo dulce. Miró al castaño terminar de preparar el café dirigiéndose a donde él se encontraba.
—Gracias por venir nuevamente, espero volverlo a ver. ¡Que disfrute su café! —Le sonrió una última vez antes de que el pelinegro se girara, saliendo de la cafetería y haciendo que los demás clientes pudieran respirar de manera tranquila.
Las miradas iban pegadas a sus espaldas, cruzando la calle en busca del automóvil. Su chófer, al verlo caminar hasta él, se adelantó para abrirle la puerta, subiendo al auto sin murmurar una palabra en el proceso.
El resto del día pasó como un borrón, cuando menos imaginó Fourth ya se encontraba limpiando las mesas y despidiendo s sus últimos clientes del día. Se sentía totalmente molido por toda la carga de trabajo que le correspondía a sí solo.
—Debería de contratar a alguien. —Se dijo a sí mismo tan pronto como volteó el cartel a "cerrado".
Con un nuevo pensamiento en mente y un cartel qué hacer, apagó todo y cerró el local, aún tendría muchas cosas por hacer en casa.
Los siguientes días habían transcurrido con normalidad, Fourth se había acostumbrado a la presencia de Gemini por las mañanas en esa primera semana, pidiendo lo mismo de siempre y siendo un hombre de pocas palabras. Varios candidatos habían ido por el puesto vacante, pero ninguno parecía convencerle lo suficiente para contratar, y sabía que solo se estaba complicando la vida, pero si iba a dejar que alguien le ayudara, por lo menos sería alguien a quien le diera una buena impresión sin ser forzada. Además, no solo se trataba de su propia aprobación, sino que su lobo también estuviera conforme con la persona, y si no les estaba gruñendo desde el fondo, se escondía de miedo o en señal de desinterés.
Fue el siguiente lunes que ya estaba esperando al pelinegro, recitando la misma conversación que tuvieron la semana pasada una y otra vez. Pero cuando miró el reloj y este ya marcaba pasados del mediodía, comprendió que no iría aquel día. Se sintió levemente extrañado en el transcurso del día, su lobo en espera de poder verlo mientras se hacía cada vez más pequeño conforme el tiempo pasaba, pero lo dejó pasar cuando una cabellera pelirroja entró a su cafetería con una gran sonrisa, dirigiéndose al mostrador. Y fue en ese momento que su lobo volvió a levantarse, agitando su cola mientras presenciaba frente suyo al omega que le estaba sonriendo.
—Buenas tardes, ¿Qué desea ordenar? —Sonrió como cordialmente lo hacía.
—Buenas tardes, venía por el anuncio que posteó del puesto vacante. —Señaló la pantalla de su celular, mostrando la publicación que había realizado hace un par de días.
—Oh, claro. —Se sorprendió, no esperaba recibir a más personas interesadas después del fracaso obtenido. —¿Cuál es tu nombre?
— Dunk Boonprasert. — Recitó en un tono cálido.
— Un gusto Dunk. Soy Fourth Jirochtikul, ¿Estás listo para una pequeña entrevista? Te explicaré los detalles del puesto, si te parece, pasaremos a la entrevista y luego a una prueba, ¿te parece? —Cuando recibió un asentimiento algo enérgico, soltó una pequeña carcajada. —Perfecto, toma asiento mientras preparo algo para tomar, de todas formas, hoy es un día algo tranquilo.
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coffee. - geminifourth
Fanfictiondonde Gemini, un alfa malhumorado y de semblante serio, se enamora del dueño de una cafetería, un omega risueño con un aroma atrayente y dulce para si, al comprar todos los días en el lugar, sin poder evitar detenerse con la intención de poder verlo...