18.

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El resto de los días habían seguido de una manera natural, cada mañana un par de arreglo floral llegaba a sus manos y escuchaba el parloteo molesto de su compañero de trabajo respecto que tenían más flores que cafés; inclusive le propuso regalar una flor por cada cliente que llegara a la cafetería, pero solo recibió un gruñido por parte del castaño ante su disconformidad.

¿Regalar las flores que su alfa le escogía solo para él? Ni loco haría algo como ello, aún conservaba todas las flores consigo. Aunque las primeras se comenzaban a marchitar, planeaba guardarlas en un álbum como un recuerdo valioso de su cortejo.

El mes llegaba a su fin, y con ello el cortejo. El omega expulsaba demasiadas feromonas que delataban su emoción mezclada con el nerviosismo, ¿Por qué se sentía de esa manera? Estaba seguro de su respuesta y anhelaba aquel día donde terminaran el cortejo y dieran el siguiente paso a una relación, entonces ¿Por qué se encontraba tan nervioso?

—¡Cuidado! —Dunk gritó detrás suyo, alcanzando un vaso de café que estaba por caerse del mostrador.

—Oh, lo siento mucho. —Se disculpó con una sonrisa apenada, buscando un trapo para poder limpiar lo poco que el café había logrado derramarse.

—Estás demasiado distraído, a este paso nos quedaremos sin vasos. —Murmuró con una pequeña risa, apartando todo posible peligro para Fourth.—¿Qué es lo que te sucede hoy?

—Hoy es el último día del cortejo. —Susurró con pena, colocando sus manos sobre su rostro.

—¿Y por eso te encuentras así? —Mostró una expresión divertida.

—¡Por supuesto que sí! ¿Cómo se supone que deba estar?

—Contento, emocionado porque ya acabó esta etapa. —Mencionó, colocando un dedo sobre su barbilla. —¿Cuál es la duda que tienes?

—Ninguna, estoy completamente seguro en aceptarlo.

—Entonces con menos razón deberías de estar nervioso, si sabes la respuesta que le darás, si estás seguro de lo que está pasando entre ustedes y que es algo que estuvieron esperando no veo por qué estar sobre pensando todo ello.

Fourth dejó escapar un suspiro antes de cerrar sus ojos, recargando su cadera sobre el mostrador detrás suyo. Ni siquiera había dormido lo suficiente, apenas había podido pegar un ojo en toda la noche pensando en cómo saldría la finalización del cortejo, ¿Por qué debía de sobre analizarlo? No estaba siendo la experiencia que había imaginado cuando sus padres le contaban su historia.

—Ni siquiera sé como explicar lo que siento, pero mi lobo no ayuda al estar demasiado ansioso, solo quiero salir aquí y refugiarme en mi departamento. —Casi chilló en ese momento, de no ser porque la campana la cafetería sonó, observando como un nuevo cliente entraba.

—Tranquilo, Fou. Comprendo que para ti y tu lobo son emociones nuevas y solo están tratando de buscar sentirse refugiados, pero no se trata de ningún desconocido sino del alfa que te estuvo cortejando durante todo un mes y que inclusive puedo decir que se aman tanto que me hacen vomitar, pero son muy tiernos y es el momento que ustedes esperaron, deberías de alegrarte.—Con una leve palmada sobre sus hombros, le sonrió.—Ahora sigamos trabajando, despéjate por el resto de la tarde porque en la noche solo te enfocarás en ti, en tu alfa y posiblemente no te vea hasta el lunes.

—¡Dunk, cállate! —Lo empujó fuera del mostrador, haciéndolo reír antes de dirigirse hasta la caja para tomar la orden del nuevo cliente.

Por las siguientes horas, simplemente se dedicaría a su cafetería, el resto de la noche estaría calmando sus nervios.

coffee. - geminifourthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora