Fourth estaba en su departamento mientras terminaba de sacar del horno un pastel que estaría en los especiales del día siguiente. Colocándolo sobre la mesa, esperaba que se enfriara para comenzar a decorarlo, cuando su celular sonó desde la sala, en la mesita de centro donde lo había dejado.
Se acercó solo para ver que se trataba de un mensaje de Dunk, pareciendo extraño debido a que era noche y no tenían mucho de que se vieron, decidió contestar en la brevedad.
—¿Bueno?
—¡Oh, Fou! Me da gusto que contestes. —Por el tono animado de su compañero de trabajo, podría deducir que había tomado.
—¿Qué pasa, Dunk?
—¿Qué estás haciendo en esta bella noche? —Alargó la última palabra, sacándole una sonrisa.
—Estoy terminando de hornear un pastel, necesito tener preparado los postres de mañana. —Contestó, caminando hasta la cocina.
—FotFot, ¿Siempre te dedicas a tener todo listo para la cafetería? ¿Por qué no te diviertes un poco? Es viernes, deberías de salir y conocer personas, experimentar lugares, no sé.
Se sorprendió por las palabras del chico, quedándose consternado a mitad de la cocina. —Dunk, ¿Qué es lo que estás diciendo? Sabes que no puedo hacer nada de ello porque de mí depende el menú de la cafetería.
—¡Podrías pedirme ayuda! Durante tu celo yo estuve haciendo los postres, estuve ayudando tanto como pude y no te lo estoy diciendo de una manera grosera, pero hoy es viernes y en todo el tiempo que llevo trabajando no veo que hayas siquiera salido o considerado salir.
No dijo nada al respecto con que llevaba poco tiempo trabajando junto a él, ¿Cómo podría conocerlo apenas teniendo un mes a su lado? Igual no se necesitaba mucha ciencia para atar cabos y saber la inexperiencia que Fourth tenía en temas de salir y divertirse, toda su vida solo se vio trabajando y levantando los muros de su negocio, no había nada más en su historial.
—No estoy interesado, Dunk. Agradezco tu intención, pero estoy bien tal y como estoy ahora.
—¿Y ese alfa peli morado? ¿Como era que se llama...? Ese hombre intimidante, dios cada que llega me dan escalofríos, y deja apestando la cafetería con su aroma todo dominante y amargo.
Fourth soltó una carcajada, negando divertido ante sus palabras. —Estás diciendo incoherencias, deberías de ir a descansar.
—¡Vamos! ¿Me dirás que entre ustedes dos no hay nada? Si dices que no, entonces me veré en la obligación de no creerte.
Bufó en su contra, recargando su cadera contra la encimera. —Solo es un cliente habitual de la cafetería, no hay más que contar.
Hasta su lobo se removió en disgusto, sintiéndose mal por decir aquello. No le gustaba esa etiqueta, su omega insistía que era algo más, pero su parte humana se negaba a verlo más allá con otro tipo de relación.
—Mientes, eres un pésimo mentiroso, tanto que te crecerá la nariz. —Lo acusó, elevando su tono de voz.
Fourth rodó los ojos, limitándose a ordenar todos los utensilios que necesitaba para la decoración del pastel.
—Buenas noches, Dunk. Es momento de descansar, solo estás divagando y probablemente no estés en tus cinco sentidos. —Colocó el teléfono sobre la mesa, colocando el altavoz para despedirse.
—¡No! Escúchame bien, Fourth Jirochtikul. Tienes que conquistar a ese alfa, se nota que ambos se gustan y deberían de intentarlo, ¡Ten un poco de emoción en tu vida, Fou!
El castaño consideró en amenazarlo en despedirlo si seguía con la misma idea, ilusionando demás a su lobo que ya se encontraba lo suficientemente insoportable. Con un suspiro cansado, agarró el cuchillo para untar el betún, sin esperar lo siguiente que diría el otro omega que haría que soltara el cuchillo al suelo, logrando un roce en su pierna.
—¿Ya encontraste a tu destinado? Primero, ¿Crees en ello? Yo sí, me encanta pensar en que un día lo encontraré, apuesto a que eso te hace falta, ¡Vamos a buscar a tu destinado!
Lo que Dunk no sabía, era que Fourth ya había considerado un tanto el hecho de que posiblemente cierto peli morado pueda serlo. Además de las insistencias de su lobo, había sentido tres diferentes aromas en Gemini en lugar de dos, como era común; aquello lo había alarmado de primera mano, inclusive pensó que era su celo aún presente hablando y alucinando por él, pero también en la cafetería, mientras habían estado conversando hace unos días por la mañana, se había fijado en los olores que desprendía.
De igual manera, no sabía cómo podía tratar el tema. ¿Cómo podría decirle su suposición al alfa? "Hey, creo que somos destinados", eso sonaba horrible. Además, no creía ser el único que haya sentido tres aromas, de ser así el alfa debería de haberlo sentido igual, pero sin tener algún indicio de ello se limitaría a no decirlo.
—Adiós, nos veremos mañana. —Colgó la llamada, recogiendo el cuchillo mientras hacía una mueca ante la cortada que se había hecho en el proceso.
Siseó una maldición y se dirigió al fregadero, siendo inundado con sus pensamientos respecto al alfa, ¿Acaso él no lo había sentido igual? ¿Y si no aceptaba o creía en los predestinados? Su aroma automáticamente se sintió amargo, su lobo removiéndose disconforme conforme cada vez más pensaba en el asunto.
Y lo que no sabía Fourth, era que Gemini también había pensado en todo ello, probablemente había sido el primero en percatarse del detalle de los tres aromas cuando estaba comprando las cosas para regalarle en la canasta. Se había basado en ello con sus aromas, mortificándose si sus creencias eran reales o solo era su imaginación.
Pero al igual que el omega, Gemini se sentía bloqueado mientras Fourth no diera ningún indicio de saber sobre ser destinados, juraba que era su propia imaginación, pero su lobo que no era quisquilloso y cuando tenía sus propios debates ayudaba, aseguraba aquella suposición.
Y de ser destinados, ¿Y si el omega no le agradaba la idea? ¿Y si para el omega no era lo suficientemente atractivo? Con una mueca en su rostro, apagó las luces de su habitación mientras se acomodaba para dormir, aún y cuando se sintiera lo suficientemente ansioso como para considerar pegar un ojo en toda la noche.
Necesitaría un plan, y estaba dispuesto a descubrir los pensamientos e intereses del omega.
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coffee. - geminifourth
Fanfictiondonde Gemini, un alfa malhumorado y de semblante serio, se enamora del dueño de una cafetería, un omega risueño con un aroma atrayente y dulce para si, al comprar todos los días en el lugar, sin poder evitar detenerse con la intención de poder verlo...