13.

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El silencio predominaba en la cafetería mientras degustaban del pastel. El alfa saboreaba del glaseado, el omega se limitaba a masticar de manera lenta la rebanada, esperando que la conversación iniciaba. ¿De qué manera podrían hablar de algo como ello? No sabía de qué forma podrían abordarlo.

Gemini se aclaró la garganta, dejando el tenedor sobre el plato. —¿Quieres que inicie yo? O si quieres iniciar...

—¡No! Tú puedes iniciar. —Murmuró con un sonrojo ante su evidente tono animado, alzando la voz más de lo que le gustaría.

Sonriendo, asintió. —Creo que no está demás empezar con que somos destinados, ¿Verdad? Porque desde hace tiempo lo sentí, pero no quería asustarte o que tuvieras una mala impresión de que solo llegara y te lo dijera sin siquiera estar seguro de que pudieras sentirlo también. Mi lobo siempre se mantuvo al margen de mis emociones, jamás se mostró interesado por algo o por alguien, y si él no me daba ninguna reacción digamos que tampoco estaba interesado. El primer día que vine a la cafetería fue la primera vez que lo sentí desde que tengo memoria, inclusive pensé que habría algún problema, pero estaba tan centrado en el trabajo y poder mantenerlo a flote una empresa de la cual siempre me visualicé en trabajar, que nunca me preocupé si alguna anomalía existía. Con el tiempo comprendí que mi lobo solo esperaba de manera paciente a su destinado, a nuestro destinado, algo que nunca me esforcé por buscarlo hasta que te vi.

Fourth escuchaba atentamente a sus palabras, sintiendo una emoción creciendo en su pecho. —¿Creías en los destinados?

—Al principio sí, mis padres siempre me contaron historias referentes a ellos y ellos eran la prueba de encontrar a tu alma gemela, pero con el tiempo fui perdiendo el interés porque estaba más centrado en superarme que buscar a la persona que estuviera enlazada conmigo de por vida. Cuando menos imaginé el tiempo ya había pasado demasiado, todos mis excompañeros, mis conocidos y amigos ya habían formado su propia familia y eran felices, mientras que yo recién comenzaba a tener el completo control de la empresa. Fue esa misma semana que fui a dormir sintiéndome solo, pero al día siguiente te conocí y cuando tuve la reacción de mi lobo... Fue motivo suficiente para venir todos los días con tal de verte, y reconocer porqué mi lobo estaba actuando de dicha forma.

—¿Tú... sientes que realmente soy tu destinado? —Cuestionó con duda, queriendo sentirse confiado con ello.

—Fourth, no tengo porqué mentirte con algo como esto. Tus aromas me llamaron desde el primer momento en que entré a la cafetería, como nuestros aromas se mezclan y estos últimos días no puedo evitar pensar en algo que no sea en relación a ti. Mi lobo ya no oculta la felicidad de verte todos los días, de estar atento a ti y ver por tu bienestar, cuidar de ti tanto como me lo permitas y tratar de estar para ti cuando lo necesitas, quiero ser todo para ti, aunque suene egoísta, pero este sentimiento que me abruma me exige decírtelo y querer ser correspondido.

El omega no se sentía tan diferente a como el alfa expresaba, queriendo complacerlo en cada visita que daba, querer hablar y sentirse cercano a él, sentirlo contra él de todas las maneras posibles y saber que estará ahí. Se sentía tan abrumado por todo ello que sentía miedo de que todo fuera mal correspondido, ¿Y si el pelimorado creía que estaba exagerando y se alejaba? Su lobo aullaba de miedo con tan solo imaginar ya no ver al alfa, a su alfa.

—Logro comprenderte, Gemini. Al principio quería creer que solo se trataba del sentimiento de ser un cliente frecuente, pero cada que te veía me daba cuenta de que no solo se trataba de ello, sino que era más de lo que me gustaría admitir, por lo que lo primero que sentí fue el miedo, reconocerte como mi destinado fue un temor que aún tengo, pero teniendo esta conversación es algo que me calma tanto a mí como a mi lobo.

—No pretendo asustarte, pero tampoco pienso dejar esto a medias como algo que puede ser tratado como se debe. Así que me sincero contigo, Fourth, mis palabras y mis intenciones son las más sinceras que jamás podría expresar en toda mi vida, por lo que te pido poder cortejarte como se debe y hacer esto como es tradición, así puedo expresarte de mejor manera cuánto te estimo y respeto, te entregaría toda mi devoción y afecto solo como un alfa cortejando puede expresárselo a su omega, por favor.

Con la consternación irradiando sus ojos, Fourth se inclinó para agarrar las manos de Gemini sobre la mesa, sonriéndole antes de asentir.

—Saber que me cortejas será un honor para mí, alfa. —Trazando figuras abstractas en el dorso del contrario, bateó sus pestañas antes de recargar su barbilla sobre su puño.

Y en ese momento el lobo del alfa aulló, completamente contento de sentirse reconocido como el alfa de omega y el saber que es libre de cortejarlo. Su nuevo propósito era demostrarle al lindo omega que estaba frente suyo de que era merecedor de ser el alfa que estaría por el resto de sus días a su lado.

coffee. - geminifourthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora