17.

173 30 0
                                    


El alfa se encontraba aullando de emoción al ver la imagen del omega deambulando por su casa. Fourth miraba el diseño rústico con cierta adoración, admirando cada superficie, cada decoración que adornaba el interior de la residencia mientras Gemini lo seguía desde atrás. El peli morado caminaba con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón, siguiéndolo de cerca para escuchar cada murmuro de sorpresa que salía de los labios ajenos.

—Apuesto a que mi departamento es del tamaño de tu habitación. —Murmuró convencido, sacándole una carcajada al contrario.

—No es para tanto.

—¡Claro que lo es! Tu casa viene siendo de dos pisos, pero es demasiado amplia, pero es demasiado hermosa. —Halagó, tapando su boca con sus manos para retener un bostezo.

Fue la señal del alfa para intervenir. —Te lo agradezco, pero creo que es momento de ir a descansar, mañana tenemos que trabajar.

Fourth puchereó, pero se dejó guiar por el alfa tomándolo de la mano, subiendo un tramo de escalones hasta encaminarse por un pasillo. El omega se sentía demasiado somnoliento, se sentía capaz de quedarse dormido en cuanto pudiera recostarse, no le importaba el espacio siempre y cuando pudiera cerrar sus ojos y caer en brazos de Morfeo.

Cuando Gemini abrió la puerta de su habitación, Fourth tuvo que detenerse detrás suyo para poder admirar el interior. De colores neutros, si bien la habitación parecía carecer de decoración, el omega pensó que no podía estar más parecida el espacio con el alfa, todo gritaba que se trataba de él. Su lobo se encontraba demasiado feliz por poder ir al lugar donde el olor del alfa se concentraba más en toda la casa, regocijándose totalmente complacido mientras se impregnaba de ello.

—Puedes dormir en mi cama, me aseguraré de que esté lo suficientemente cómoda para ti. —Lo dejó en la entrada de la habitación, dirigiéndose a su cama mientras movía un par de almohadas.

—¿Dormirás conmigo? —Cuestionó de manera directa, sorprendiendo al peli morado.

—Yo dormiré en la habitación de invitados, quiero que estés cómodo esta noche mientras estés en mi casa. —Recalcó, girándose para verlo.

Gemini no pudo evitar una sonrisa sobre su rostro al ver como el castaño comenzaba un puchero, remarcando en su rostro la inconformidad que sentía por su comentario.

—¿O prefieres hacer algún cambio?

—No me molesta que compartamos cama, no quisiera incomodarte en tu propia casa.

—Jamás podrías incomodarme, omega. —Se acercó hasta quedar delante suyo, con cuidado reposó una de sus manos en la mejilla del omega, propinando leves caricias que casi hicieron ronronear, pero se contuvo. —Si quieres que compartamos la cama, así será.

—Entonces durmamos juntos. —Cerrando sus ojos, se dejó llevar por las caricias del alfa sobre su mejilla. Estaba a nada de caer dormido, el cansancio del día estaba llenando por completo su cuerpo, sentía que en cualquier momento se desplomaría ante las exigencias de su cuerpo de poder dormir.

Cuando Gemini se percató de ello, lo guió con cuidado a la cama, dejándolo recostado sobre la superficie mientras se apartaba para ir a su armario en busca de alguna prenda con la cual el castaño pudiera dormir. No tardó en absoluto, pero cuando se giró hacia la cama, observó como Fourth se encontraba acostado de un lado y de sus labios se escuchaban leves ronquidos que le provocaron una carcajada, ¿Tan cansado se encontraba? No lo podía culpar, era casi la medianoche y en unas pocas horas más debería de despertarse para ir a trabajar.

Caminó hasta quedar a su lado, tomando asiento mientras dejaba la prenda frente suyo y se inclinaba para depositar un beso sobre su frente, peinando aquellos mechones que se posaban sobre su rostro, alejándolos. Estudió sus facciones relajadas, sintiéndose en paz al verlo de esa manera tan pacífica frente suyo, anonadado con la belleza que el omega poseía. Su lobo no podía dejar de repetirle lo feliz que se encontraba de tenerlo a su lado, tan cerca suyo que lo último que quería era dejarlo ir, así que disfrutaría de esa noche de su compañía antes de que el día siguiente llegara y tuvieran que cumplir con sus obligaciones.

Soltando un suspiro, se decidió por cambiar las prendas del omega para que durmiera con mayor comodidad. Maniobrando sus manos, pidió una disculpa antes de retirar la primera prenda del cuerpo ajeno, sin detenerse a mirar cuando colocó su propia camiseta sobre Fourth, siguiendo con retirarle sus zapatos y acomodándolo debajo de las sábanas antes de colocarlas hasta su pecho. Con una última mirada, sonrió antes de dirigirse al baño, dispuesto a cambiarse para poder descansar de aquel largo día.

(...)

Fourth ronroneó al sentir un particular aroma rodeándolo, junto con la calidez que albergaba delante suyo antes de acomodarse mejor, en sus brazos apretando la almohada que le transmitía demasiada paz aquella mañana. Lo que no esperó es que aquella almohada soltara una carcajada antes de sentir los labios del contrario recorrer su cabello, llevándolo a la realidad.

El castaño entreabrió sus ojos antes de visualizar el pecho desnudo del alfa delante suyo, siendo ahora consciente de los brazos que lo rodeaban por la cintura. El inicio de un nuevo día lo estaba adorando, hasta que su alarma sonó por alguna parte de la habitación y gruñó, toda su felicidad amargándose al recordar sus responsabilidades.

—Es hora de levantarse, omega. —Sonrió divertido al sentir a Fourth gruñir sobre su pecho, indispuesto a levantarse.

—Cinco minutos más. —Pidió con un tono agudo.

—¿Qué tal si duermes unos minutos más mientras yo me alisto, preparo el desayuno y luego te llevo a la cafetería? Me queda de pasada, así podrías descansar un poco más. —Se inclinó lo suficiente para recorrer sus labios sobre los párpados del omega, sacándole una pequeña carcajada que derritió su corazón. Siguió con un sendero de besos sobre sus mejillas hasta su barbilla, para luego besar la comisura de sus labios antes de apartarse. —Te despertaré, así que duerme tranquilo.

—¿Y si mejor nos quedamos aquí? —Si bien se encontraba en sus cinco sentidos, ya no sentía la necesidad de guardar aquel sentimiento de estar a su lado todo el tiempo, queriendo permanecer en esa posición por el siguiente tiempo.

Y no solo por el siguiente tiempo, sino que para él sonaba bien la idea de permanecer así hasta que perdiera la cuenta. Drástico, pero se sentía tan bien que se negaba a soltar esa sensación.

—No puedo faltar hoy, tengo una reunión que atender. —Contestó con una mueca, su lobo estando disconforme de ir a la empresa en lugar de cumplir su lugar al lado de su omega. —Pero te puedo proponer algo.

—¿Qué cosa?

—El siguiente sábado quédate aquí, tal y como lo hicimos ayer, amanecemos en domingo y así podemos tener todo el día libre, ¿Qué te parece?

Fourth no lo pensó demasiado antes de asentir, aprisionándolo entre sus brazos mientras sentía la felicidad burbujeando en su pecho.

—Está perfecto para mí.

—Entonces ese será nuestro siguiente plan. —Con un nuevo propósito, decidió que era momento de levantarse.

No le gustaba la idea de alejarse de su omega, pero teniendo asegurado un próximo fin de semana juntos lo hacía más llevadero. Ahora, su propósito en ese momento era satisfacer a Fourth con descansar más tiempo y un buen desayuno para que fuera a trabajar con energía, quería verlo siempre bien.

coffee. - geminifourthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora