15.

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Los días pasaban volando para el omega, desde los días tan agitados que había tenido por el hecho de que estaban comenzando a requerir de sus servicios para eventos próximos, como pedidos especiales para entregar en tienda. Fourth agradecía el inmenso trabajo que estaba teniendo y cómo todos halagaban sus creaciones, pero cuando el día finalizaba y no podía descansar adecuadamente por estar trabajando horas extras, el anhelo de tener un día de descanso le era cada día más lejano.

—¿Por qué no te tomas un día? Puedo encargarme de todo. —Había sugerido Dunk con una sonrisa, volviendo al mostrador por otra orden.

—Ya dije que no. —Frunció la nariz el castaño ante la insistencia, depositando dos cafés sobre la bandeja.

—La cafetería va a un buen ritmo y hay muchos pedidos para eventos por realizar, estando aquí será imposible avanzarlos antes de que el día llegue. —Antes de que el contrario pueda murmurar algo, agregó. —No tienes por qué preocuparte por las ganancias, Fou. Con lo que te están pagando por un evento equivale como por tres días de trabajo, deberías permitirte cerrar la cafetería, aunque sea un día para trabajar en esos pedidos y así se te hace menos pesado.

Fourth sabía que su amigo tenía razón, de esa manera podría avanzar más rápido que ir por pequeñas partes en los chances que tenía en cada preparación. Tenía la ayuda de Dunk, pero detestaba pensar en dejarle trabajo para llevar a casa, suficiente tenía con la cafetería, por lo que el castaño decidía llevárselo todo él solo y ser el único que estuviera trabajando fuera de sus horarios.

—Está bien, creo que puedo hacer eso. —Asintió, observando como Dunk aplaudía de la emoción.

—Puedo ir a ayudarte y así terminas más rápido, recuerda que soy tu trabajador y mi deber es ayudarte en lo que me necesites, y eso es también para los eventos. —Regañó, no era ningún tonto como para no percatarse como lo excluía en sus trabajos desde casa, si había sido contratado era para ayudarle, no para dejarle hacer la misma cantidad de cosas como si estuviera él solo en el negocio.

Fourth sonrió, comprendiendo. —Está bien, pero ve a entregar esa orden que puedo oler la molestia de la pareja por estar platicando.

Una pareja de alfas los observaba con desaprobación desde el otro extremo de la cafetería. Dunk rodó los ojos antes de dirigirse hasta allá, borrando cualquier expresión de molestia para servirles su orden y ponerse a su disposición por si algo más se les ofrecía, volviendo con Fourth de manera rápida.

—Hablando de alfas, ¿Cómo vas con el cortejo?

—Va bien. —Se encogió de hombros, sin saber que contestar exactamente.

—¿Solo bien? ¿Cuánto tiempo llevan con ello?

—Dos semanas y media, casi tres.

—Si lo están haciendo por un mes, entonces ya casi llega el día. ¿Qué harán cuando termine? ¿Lo aceptarás?

Desconcertado por sus preguntas, asintió. —Por supuesto, es mi destinado.

—Pero va más allá de eso, Foy. Si lo aceptas como tu alfa, más que son destinados, es un paso importante para los dos, ¿Ya han pensado en algo más allá de todo este cortejo?

—No, no he pensado en ello. —Se mordió el labio en señal de nervios, aferrando sus manos sobre la orilla de la barra.

—¿Solo han estado viéndose en la cafetería, alguna cita de por medio o....? —Cuando negó, el contrario soltó un suspiro. —Tenemos que trabajar en ello.

—¿A qué te refieres?

Antes de que Dunk pudiera responder, la campanilla de la cafetería sonó, haciendo que ambos omegas observaran en dirección a la puerta. El castaño pasó sus manos por su cabello en automático, tratando de verse presentable mientras Dunk casi carcajeó de ironía, estaba pensando seriamente que cada que hablaba del alfa de su jefe lo invocaba.

—Hablando del rey de Roma. —Chasqueó la lengua, posando la bandeja debajo de su brazo. —Mi momento de irme llegó.

—¡Espera! ¿A qué te referías? —La pregunta se desvaneció cuando sintió la presencia del alfa acercarse, buscándolo con la mirada.

Cuando Gemini se posicionó delante de la barra, se percató de un ramo de flores que traía consigo el peli morado. —Buenas tardes, omega.

—Buenas tardes, alfa. —Sonrió encantado, recibiendo las flores cuando fueron tendidas en su dirección.

—Espero que te gusten, no sabía de cuáles traerte hoy. —Confesó, observando el ramo del día anterior reposando a un lado de la caja.

Gemini se había comprometido en mandarle todos los días un ramo de flores a Fourth, tantas que entre ambos omegas ya no sabían dónde acomodarlas por todo el local. Dunk le había dicho al castaño que podrían dedicarse a vender arreglos florales de ahora en adelante, alegando que había tantas que tendrían que quitar mesas para acomodarlas todas. Jirochtikul ya se había llevado un par de arreglos a su departamento, pero de igual manera se estaba llenando demasiado rápido y en cualquier momento debería de pensar en qué hacer con tantas flores.

—Son muy lindas, me gustan, gracias. —Detalló el ramo de tulipanes con emoción, pensando si poner otro jarrón a un lado de la caja para tenerlas presentes. —¿Vas a ordenar algo hoy?

—De hecho, no. Mi visita de hoy es algo diferente. —Cuando en el aire pudo olfatear las feromonas que desprendía el alfa por un evidente nerviosismo, alertó al omega.

—¿Qué sucede?

—¿Tienes libre esta noche?

Fourth titubeó, ¿Había escuchado bien? —¿Esta noche?

—Sí, quería invitarte a cenar, si no tienes ningún inconveniente con ello.

—¡Claro! Digo, no tengo ningún inconveniente con ir a cenar, me gustaría. —Asintió de manera apresurada, haciendo sonreír al alfa.

—¿Paso por ti a las nueve en punto?

Mirando el reloj, aún faltaban un par de horas para el cierre, pero teniendo ahora un compromiso consideró la idea de cerrar antes de la hora habitual. Teniendo eso en mente, aceptó.

—Me parece perfecto.

—Entonces volveré a las nueve para recogerte, ahora tengo que irme porque me escapé de mi trabajo para venir a entregarte las flores e invitarte a cenar. —Confesó con un leve rubor en sus mejillas, observando su reloj en la muñeca. —Pero te veré en un rato, me alegra poder ir a cenar contigo, omega.

—Vuelve con cuidado a tu trabajo, gracias por el detalle. —Lo despidió con una sonrisa antes de verlo alejarse, saliendo del local.

Con un suspiro y una sonrisa adornando su rostro, Dunk se acercó hasta él con una ceja arqueada, interrogativo. —¿Otras flores?

—Y una cita. —Complementó con un sonrojo.

—No solo lo invoco, sino que realmente sabe cuando pienso en algo, es impresionante. —Murmuró con gracia.

—Podríamos cerrar la cafetería antes de tiempo, de todas maneras, hoy hubo muchas ventas y los estantes se están quedando vacíos. —¿Eres tú, Fourth? ¿Acaso te sientes mal? —Cuando Dunk colocó una mano sobre su frente, recibió un manotazo del castaño, provocando una carcajada en él.

—A veces me pregunto cómo eres tan insolente si yo soy tu jefe. —Contraatacó, dirigiéndose al almacén.

—¡Tú me lo permites! —Gritó antes de perderlo de vista, riéndose de su comportamiento.

coffee. - geminifourthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora