You Hate Me While I Love You || Ryeji

Capítulo 32

"Amor..." logré murmurar en el momento en que Ryujin separó nuestros labios para poder respirar.

"¿Mencioné que me encanta cuando usas ese tipo de shorts?" murmuró mientras sus dedos recorrían el largo de mis shorts hasta llegar al interior del dobladillo inferior y apretaron mi trasero, provocando que un jadeo involuntario se escapara de mis labios.

"¿Ya te dije que eres muy pervertida?" pregunté, jalando su labio inferior entre mis dientes mientras sentía la suavidad de la piel de su espalda debajo de mis uñas.

"¿Qué puedo hacer, mi cosa indefinida está tan jodidamente sexy?" Me mordió la barbilla y me di cuenta de que estaba cansada de que me llamaran algo indefinido. No podía esperar a que al día siguiente me llamaran su novia.

"También estás jodidamente buena, pero noté que has perdido un poco de peso en las últimas semanas, ¿estás a dieta?" Apreté su brazo más delgado entre mis dedos con la intención de confirmar lo que decía.

"No estoy a dieta" Su nariz recorrió mi cuello y respiró hondo antes de toser.

"¿Qué pasa, apesto?" No era posible que oliera, me di dos duchas antes de ir a su casa...

"Todavía no me he recuperado del todo del frío del campamento." murmuró antes de besarme.

"Pero..." Me separé cuando sus labios buscaron los míos "¿No crees que ha estado durando demasiado?" Ella me sonrió y tuve un pequeño paro cardíaco. Definitivamente estaba enamorado de ella, no tenía ninguna duda.

"Me encanta tu preocupación por mí." Me acarició el cabello mientras yo me preguntaba cómo un gesto tan cariñoso tenía la capacidad de hacerme arder.

"No estoy preocupado. Quiero que mueras por mis manos y no por un resfriado." Me encogí de hombros y ella puso los ojos en blanco.

"¿Crees que te daría ese gusto?" Hizo una mueca mientras apoyaba el peso de su cuerpo en sus brazos extendidos al lado de mi cabeza.

"Lo único que tienes que darme es..." Mis manos se deslizaron accidentalmente hasta su trasero y apreté ligeramente, estrechando el contacto entre nuestras caderas. La chica encima de mí abrió y cerró la boca un par de veces como si no pudiera creer lo que acababa de decir.

"¿Desde cuándo dices cosas tan indecentes?" murmuró con los ojos muy abiertos mientras yo me contenía de reírme como un histérico.

"Fue desde el momento en que comencé a salir contigo." Su brazo pareció perder fuerza porque cayó encima de mí. No debería haber salido así. Se suponía que sólo lo sabría al día siguiente.

"¿Estamos saliendo?" Su susurro golpeó mi rostro y asentí, sintiendo toda la ansiedad en su pregunta. "¿Tú... tú... tú y yo?" Asentí nuevamente, sintiendo una sonrisa dominar mis labios. "¿En serio, Yeddeong?" Agarré los lados de su cara y la acerqué hacia mí, acortando la distancia entre nuestros labios.

"¿Qué puedo hacer si estoy enamorado?" murmuré contra sus labios.

"¿Estás enamorado de mí?" ¿Su voz sonaba ahogada o era solo yo? Aparté nuestras caras y vi sus ojos llorosos.

"¿Estás llorando?" Necesitaba confirmar. Se sentó encima de mi cadera y se secó las comisuras de los ojos.

"Lo siento, pensé que esto nunca sucedería" Ella sonrió y levanté mi torso, sintiéndola rodear mi cintura con sus piernas. Le aparté el cabello despeinado de la cara y le alisé el flequillo que tanto amaba y la hice mirarme a los ojos.

"¿Qué puedo hacer si eres un idiota totalmente enamorado?" Ella sonrió y sollozó.

"Eres un idiota."