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El sol comenzó a asomar tímidamente por las rendijas de las persianas, llenando la habitación con una luz suave y dorada. Me desperté lentamente, sintiendo el calor del cuerpo de Minho junto al mío. Su respiración era tranquila y rítmica, y observé su rostro mientras dormía, grabando cada detalle en mi memoria. En ese momento, parecía tan vulnerable, tan humano, alejado del papel que jugaba en su vida cotidiana.

No quería moverme, no quería romper la magia de esa quietud. Pero la realidad, como siempre, estaba esperando al otro lado de esa paz efímera. Sabía que en algún momento tendría que despertar y enfrentar el mundo exterior, un mundo donde él no me pertenecía.

Me deslicé cuidadosamente fuera de la cama, asegurándome de no despertarlo. Necesitaba un momento para mí, un respiro antes de que todo se desmoronara nuevamente. Caminé hacia la cocina y preparé café, el aroma llenando el aire con una sensación de normalidad que me reconfortaba. Cada movimiento era una rutina que trataba de aferrarse a una ilusión de estabilidad.

Mientras el café se filtraba, me apoyé en el marco de la puerta, observando a Minho desde la distancia. Me pregunté cuánto tiempo más podría seguir viviendo en esta dualidad, siendo su refugio temporal mientras él permanecía atrapado en una vida que no incluía mi presencia.

Finalmente, Minho se despertó, sus ojos encontrándose con los míos. Se levantó y caminó hacia mí, todavía somnoliento, pero con una sonrisa suave que derritió mi corazón. Me envolvió en sus brazos y me besó en la frente, un gesto simple pero lleno de significado para mí.

ㅡ Buenos días ㅡMurmuró, su voz ronca por el sueño.

ㅡ Buenos días ㅡRespondí, tratando de mantener la alegría en mi voz.

Nos sentamos en la mesa de la cocina, el silencio solo roto por el sonido del café vertiéndose en las tazas. Compartimos un momento de tranquilidad, una pequeña burbuja donde el mundo exterior no podía alcanzarnos. Pero sabía que esa burbuja era frágil, destinada a romperse en cualquier momento.

ㅡ Tengo que irme pronto ㅡDijo Minho, rompiendo el silencio.

Asentí, ya esperándolo pero sintiendo el mismo dolor cada vez que lo decía. Era un recordatorio constante de que nuestras vidas estaban destinadas a separarse una y otra vez.

ㅡ Lo sé ㅡRespondí suavemente, mirando mi taza de café como si pudiera encontrar respuestas en su profundidad.

Minho extendió su mano y tomó la mía, sus dedos entrelazándose con los míos. Su tacto era cálido, un contraste con la frialdad que sentía en mi corazón.

ㅡ No quiero dejarte ㅡDijo, su voz cargada de una tristeza que reflejaba la mía. ㅡPero sabes que no tengo elección.ㅡ

Una lágrima rodó por mi mejilla y rápidamente la limpié, tratando de mantener la compostura. Sabía que no había respuesta que pudiera cambiar nuestra situación.

ㅡ Solo quiero que seas feliz ㅡSusurré, mirando sus ojos oscuros que reflejaban su tormento interno.

Nos abrazamos una vez más, un último contacto antes de que tuviera que regresar a su otra vida. Cada despedida era un adiós temporal que dolía más que el anterior, pero seguía aferrándome a esos momentos, incapaz de dejarlos ir.

Minho se vistió lentamente, como si quisiera prolongar cada segundo. Cuando finalmente estuvo listo, me miró una última vez, su mirada llena de emociones encontradas.

ㅡ Te llamaré más tarde ㅡDijo, aunque ambos sabíamos que esa llamada podría no llegar.

Asentí, sonriendo a través de las lágrimas. Lo acompañé hasta la puerta y, con un último beso, se fue. La puerta se cerró detrás de él, y con su partida, el apartamento volvió a sumirse en un silencio abrumador.

Me quedé de pie, mirando la puerta cerrada, sintiendo el vacío que dejaba su ausencia. Me prometí a mí mismo ser fuerte, seguir adelante, pero en ese momento, todo lo que podía hacer era aferrarme a los recuerdos de nuestra noche juntos, esperando el día en que, quizás, las cosas fueran diferentes.

愛━  𝐓𝐇𝐄 𝐎𝐓𝐇𝐄𝐑 𝐌𝐀𝐍 - 𝐌𝐢𝐧𝐬𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora