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El día comenzó como cualquier otro, con el peso de la incertidumbre aplastándome el pecho, mi teléfono permaneciendo en un silencio tortuoso que parecía no tener fin. Cada segundo que pasaba sin un mensaje suyo era como un recordatorio cruel de que, tal vez, ya no existía para él. Me había hundido tanto en mi desesperación que había llegado a la conclusión de que no habría respuesta, de que mis palabras y mi amor se habían perdido en un abismo sin retorno.

Pero entonces, como si el universo se apiadara de mí, mi teléfono vibró con una notificación. Mi corazón se detuvo por un momento, temeroso de lo que pudiera encontrar, pero también lleno de una esperanza tan frágil que casi dolía sentirla. Con manos temblorosas, desbloqueé la pantalla y vi su nombre. Minho. Un solo mensaje. Una sola línea.

Te espero en esta dirección.ㅡ

Eso era todo. Ninguna explicación, ninguna palabra de consuelo, solo una dirección. Me quedé mirando el mensaje, sintiendo cómo mi corazón se rompía un poco más. Había pasado días, semanas, sumido en un mar de dudas y miedo, enviándole mensajes desesperados, y todo lo que recibía a cambio era una simple dirección.

ㅡ¿Es todo? ¿Esto es lo que soy para él?ㅡ Pensé, sintiendo una oleada de tristeza mezclada con confusión.

Me preguntaba si para él no había pasado nada, si había ignorado mis súplicas con tanta facilidad que ahora solo me enviaba una dirección, sin preocuparse por lo que había pasado en mi mente y corazón durante su silencio. Me dolía, pero al mismo tiempo, sabía que no tenía elección. A pesar de todo, aún lo amaba. Ese amor que me destruía, que me arrancaba pedazos de alma, seguía ahí, aferrado a mí con una fuerza que no podía resistir.

Quería verlo, aunque solo fuera para obtener una explicación, aunque solo fuera para escuchar su voz una vez más. Quería, necesitaba, estar cerca de él, aunque eso significara destruirme aún más.

Con el corazón hecho pedazos y la mente llena de dudas, me dirigí a la dirección que me había enviado. Cada paso que daba hacia ese lugar era una mezcla de ansiedad y desesperación. Me repetía a mí mismo que tenía que ser fuerte, que no podía dejar que él viera cuánto me dolía, pero sabía que eso era una mentira. Estaba roto, y lo único que me mantenía en pie era la esperanza de que él aún me amara.

Cuando llegué, lo vi esperándome en la entrada de un edificio discreto. Mi corazón dio un vuelco al verlo, tan familiar y, sin embargo, tan lejano. Él no sonreía, pero había algo en su mirada que me hizo sentir un atisbo de alivio, aunque no podía identificar si era preocupación o simplemente cansancio.

Sin decir una palabra, me llevó a un lugar más apartado, un rincón en el que estábamos solo los dos, lejos de miradas indiscretas. Mi mente corría en círculos, intentando descifrar lo que estaba pasando, mientras mi corazón latía con una mezcla de miedo y esperanza.

Finalmente, se detuvo y se volvió hacia mí, sus ojos oscuros encontrando los míos. Había algo frío en su mirada, pero también algo que se asemejaba al cariño, aunque parecía distante.

ㅡNo te respondí porque mi esposo estaba enfermoㅡ Dijo con una voz que, aunque tranquila, tenía una dureza que me dolió.

ㅡTuvo algunos mareos, pero ya está mejor.

Esas palabras cayeron sobre mí como un balde de agua fría. Sentí que mi respiración se detenía por un momento, incapaz de procesar lo que acababa de decir. Había pasado todo ese tiempo sufriendo, pensando en lo peor, y para él, la razón de su silencio era tan simple, tan cotidiana.

ㅡ¿Eso es todo?ㅡ Logré preguntar, mi voz temblando de una manera que no podía controlar.

ㅡ¿No me extrañaste? Ni un 'te amo'....¿Aún me amas?

Las lágrimas comenzaron a acumularse en mis ojos, nublando mi visión. Todo lo que quería, todo lo que necesitaba en ese momento, era una respuesta, algo que me diera la certeza de que aún significaba algo para él.

Minho me miró por un largo momento, sus ojos recorriendo mi rostro como si estuviera buscando las palabras correctas. Finalmente, con un suspiro, me envolvió en sus brazos, atrayéndome hacia él en un abrazo que, aunque cálido, aún sentía distante.

ㅡSí, te amoㅡ Murmuró contra mi cabello, su voz suave, pero sin la intensidad que solía tener.

ㅡLo siento por haberte dejado sólo.

Me hundí en su pecho, dejando que las lágrimas fluyeran libremente. Su confesión me trajo un alivio mezclado con una tristeza profunda. Sabía que lo amaba con todo mi ser, pero también sabía que siempre sería la segunda opción, el que tenía que esperar en la sombra mientras él vivía su vida con otra persona.

ㅡPrometo ser más pacienteㅡ susurré entre sollozos.

ㅡPrometo no pedir de más, seré el hombre que quieres que sea, el que no te cause problemas.

Él no dijo nada por un momento, y luego, una pequeña sonrisa apareció en sus labios mientras me miraba.

ㅡTe amoㅡ Repitió, con una suavidad que parecía más una obligación que una verdadera expresión de amor.

Pero, a pesar de todo, esas palabras eran lo único que tenía. Me aferré a ellas, a esa pequeña chispa de esperanza, porque sabía que no había nada más que pudiera hacer. Mi amor por él me estaba destruyendo, pero no podía detenerme, no podía dejarlo ir.

Así que me permití sollozar en su hombro, dejando que el dolor y la desesperación se derramaran en forma de lágrimas silenciosas. No me quedaba nada más, solo este amor que me consumía lentamente, y la esperanza vana de que, algún día, tal vez, él me amaría de la manera en que yo lo amaba a él.

Y mientras me aferraba a él, con mi corazón hecho pedazos, entendí que, a pesar de todo, seguiría siendo el hombre que él quería que fuera, porque no sabía cómo ser otra cosa.

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⏰ Última actualización: Sep 16 ⏰

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愛━  𝐓𝐇𝐄 𝐎𝐓𝐇𝐄𝐑 𝐌𝐀𝐍 - 𝐌𝐢𝐧𝐬𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora