08

22 8 0
                                    

Las dos semanas siguientes fueron un infierno. Desde el momento en que la puerta se cerró tras Minho aquella noche, el silencio se instaló en mi vida con una brutalidad que no había anticipado. Esperaba que me llamara, que me mandara un mensaje, que hiciera cualquier cosa para romper el abismo que se había creado entre nosotros. Pero cada día que pasaba, mi esperanza se desvanecía un poco más.

El primer día, revisé mi teléfono compulsivamente, esperando ver su nombre aparecer en la pantalla. Pero no hubo nada, solo un vacío que se hacía más grande con cada minuto que pasaba. Intenté convencerme de que él solo necesitaba tiempo, que lo que había pasado había sido demasiado intenso y que eventualmente me buscaría. Pero esa certeza se desmoronó con cada día que pasaba en silencio.

Los primeros mensajes que le envié fueron cortos, simples intentos de abrir una puerta que él había cerrado de golpe.

ㅡMinho, lo siento mucho por lo que pasó. No quise decir esas cosas. Por favor, hablemos.

No hubo respuesta.

La ansiedad creció dentro de mí, haciéndome sentir como si cada segundo que pasaba sin escuchar de él me arrancara un pedazo más de mi alma. Mi mente no dejaba de dar vueltas, imaginando lo peor. ¿Estaba con él? ¿Estaba enfadado al punto de no querer verme nunca más? ¿Había terminado todo entre nosotros?

ㅡMinho, sé que estás molesto. Por favor, no me ignores. No sé qué haré si me dejas así. Eres lo único que tengo.

Cada mensaje que enviaba era como un grito en la oscuridad, una súplica desesperada que nunca obtenía respuesta. Me sentía como si estuviera ahogándome, atrapada en una marea de emociones que no podía controlar. El dolor de su silencio era más profundo que cualquier cosa que hubiera sentido antes. Me torturaba pensar que tal vez, después de todo lo que habíamos pasado, él ya no me quería.

Los días pasaban y mi desesperación solo crecía. No podía concentrarme en nada más. Mis pensamientos estaban consumidos por él, por la posibilidad de que me estuviera alejando para siempre.

ㅡMinho, por favor, no me abandones. Sé que he cometido errores, pero estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para arreglar las cosas. Te prometo que seré más paciente. No puedo soportar que me dejes así.

El silencio continuaba. Empecé a cuestionarme todo, a preguntarme si había sido demasiado egoísta, demasiado exigente. Me culpaba por haber presionado tanto, por haberle hecho sentir que lo estaba forzando a elegir entre dos mundos que él no podía reconciliar.

Cada mensaje que le enviaba era más desesperado que el anterior, cargado de una angustia que ya no podía contener. La incertidumbre me consumía por dentro. No podía dormir, no podía comer, no podía pensar en nada más que en él y en cómo lo había arruinado todo.

ㅡMinho, lo siento tanto. No quise hacerte sentir atrapado. Por favor, perdóname. No puedo soportar esta distancia entre nosotros. Me duele tanto que me ignores. Me duele pensar que ya no me amas.

Las lágrimas se convirtieron en mi constante compañera. Lloraba cada vez que miraba mi teléfono y no veía su nombre. Lloraba cada vez que pensaba en cómo habíamos llegado a este punto. Lloraba al imaginarlo con él, amándolo como nunca podría amarme a mí.

Me preguntaba si él pensaba en mí, si sentía mi ausencia con la misma intensidad que yo sentía la suya. ¿Le dolía tanto como a mí? ¿O simplemente había decidido que era más fácil seguir adelante sin mí? La incertidumbre me destrozaba. Me sentía pequeño, insignificante, como si todo lo que habíamos compartido no significara nada en comparación con los años que él había pasado con él.

ㅡ¿Me extrañas, Minho? Porque yo no dejo de pensarte ni un solo segundo. Me duele tanto tu silencio. Me duele tanto pensar que tal vez ya no sientes lo mismo por mí.

愛━  𝐓𝐇𝐄 𝐎𝐓𝐇𝐄𝐑 𝐌𝐀𝐍 - 𝐌𝐢𝐧𝐬𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora