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Había pasado un día desde que Akeno descubrió la crueldad de su nuevo rey, nunca en su vida había visto tanta crueldad como esa noche, el ángel caído que había ayudado a sacar de ese agujero estaba completamente destrozada mentalmente, ahora podía entender como los demás ángeles caídos estaban a su lado de forma leal, ellas no querían volver a ese lugar.

Comprendió que a pesar de tener una sonrisa amable y molesta en la mayoría de veces, el ocultaba como era realmente, asustada como estaba bajo la cabeza a un mas, ella no quería provocar al sujeto que podría matarlas con tal de enseñarles quien manda.

-te encuentras bien Akeno- Asia a su lado pregunto emocionada de ir a la escuela con sus dos nuevas compañeras, al verla Akeno sonrió nerviosamente, no sabía si Asia era parte de esa locura, pero no se arriesgaría.

-estoy bien, solo estaba un poco pensativa por volver a la academia Kuoh-

-todo fue gracias a Shiro, incluso ayudo al pervertido a volver a su casa, pero creo que no vendrá a esta academia- mirando a sus lados Asia no encontró a Issei en ningún lado, Koneko que estaba a su lado comiendo más galletas la miro levantando el pulgar –no necesitamos pervertidos- Akeno suspiro derrotada, Koneko en tan pocos días había cambiado mostrando una actitud que nunca se le fue mostrada a Rias o a ella, la imagen de esa noche la acompaño incluso en sus sueños y se sentía muy temerosa, sintiéndose sola mientras Koneko se poyaba más en su verdugo.

-bueno, no importa, ahora podemos ir a comer en el techo de la academia o crear un club- mientras Asia daba algunos saltos de felicidad mencionando posibilidades, un grupo de demonios los observo de lejos –me da gusto volver a verte Akeno- Sona camino hasta su lado con una mirada cansada, Akeno sonrió y le devolvió la sonrisa –igualmente, tu sabes cómo esta Rias- al mencionar a Rias, Sona se puso nerviosa desviando la mirada –ella lo está soportando bien, mañana en la noche será su boda y no pude comunicarme más con ella, pero si me llego una invitación de su boda-

Akeno asintió con la cabeza triste por el destino de su amiga, sabiendo cómo estaba su amiga en esos momentos de soledad pensó en ir al inframundo no importándole ser arrestada –por cierto, le puedes decir a Shiro que deseo verlo esta tarde- Sona hablo algo más seria, pero sus manos inquietas que se movían hizo notar su inquietud, Tsubaki que estaba a su lado solo bajo la cabeza, pero Akeno al escuchar su petición se estremeció en su lugar –claro, le daré tu mensaje- Asia rápidamente respondió no importándole interrumpir su conversación con Sona, mientras estaban en la entrada de la academia Kuoh, el timbre de la academia sonó llamando su atención.

-una última cosa, Shiro cómo las está tratando- Akeno abrió un poco sus ojos por la sorpresa de escuchar esa pregunta viniendo de Sona –el me trata bien, me da galletas- Koneko hablo con una bolsa de galleras en su mano y levantándolo para que lo vean, Sona estaba a punto de reclamar y mencionar que estaba prohibido comer en clases, pero un golpe de realidad desecho esa idea cuando recordó que ya no era presidenta de nada y solo era una estudiante más.

-siempre me ayuda a entrenar, aunque es rudo conmigo siempre me carga cuando no puedo levantarme- la sonrisa de Asia calentó los corazones de los demás estudiantes que las observaban, Sona asintió con su cabeza y miro a Akeno en busca de una respuesta suya –creo que llegaremos tarde, debemos irnos- jalando el brazo de Asia y Koneko, Akeno dejo atrás a Sona que estaba confundida por su actitud, nunca antes habiendo mostrado un comportamiento similar.

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Shiro cuando recibió la invitación de Sona, pensó en muchas cosas y posibilidades, talvez alguna información sobre los demonios callejeros en otros países o si ellos conocían el termino type, pero en su vida y pesadillas más profunda no pensó escuchar esas palabras.

Fauces del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora