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Caminando en la oscuridad absoluta, sus pies solo se movieron por instinto, no tenía ningún rumbo y no tenía algún lugar a donde ir, solo la oscuridad que lo tragaba en la soledad absoluta, no importaba a donde mirara, no había nada más que oscuridad.

No sabía si era un sueño o simplemente un recuerdo el cual habría podido reprimir con anterioridad no siendo la primera vez, se esforzó más en olvidar el pasado y avanzar al futuro, pero recordó ese nombre y con ello la imagen de una chica en esa profunda oscuridad, la chica a la cual ayudo a sostener su mano.

Cayendo de rodillas sus manos sintieron un líquido bajo su palma, pero que no lo mojaba, no era agua y no sabía que era, pero no le dio importancia, ya que la razón por la cual se detuvo fue la imagen de esa chica, cabello plateado y de ojos azules que se aparecían delante de el al parpadear, sumido en la oscuridad.

Sus ojos soltaron lágrimas, pero su mismo ser no sintió tristeza, arrodillado se enderezo mirando la oscuridad –Alessa- como un susurro, ese nombre provoco un temblor en el suelo del cual estaba arrodillado.

Como si algo deseara manifestarse, el suelo tembló con más fuerza hasta que se escuchó un sonido de carne siendo desgarrada, ahora la oscuridad estaba siendo empujada a un lado y siendo reemplazada por un rojo profundo.

Como si fuera un ser viviente, la oscuridad mostro ahora una figura familiar, con brazos largos y cuernos de igual tamaño, la criatura que lo salvo una y otra vez en el pasado se mostró ante él, fue la primera vez que algo así pasaba, en frente de él estaba la imagen del wendigo, con la parte inferior tragada por el suelo.

La criatura se inclinó abriendo sus grandes fauces listo para tragarlo, no se molestó en pelear y solo se le quedo mirando, cerrando sus ojos inconscientemente o talvez solo instinto, las grandes mandíbulas lo rodearon, el sonido y el olor eran extrañamente agradables, pero sabía que debería darle asco, escucho una vez más esa voz que imploraba ayuda, dentro de las profundidades del estómago del wendigo, alguien pedía ayuda, hasta que –perdón, no pude salvarte-

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Con parpados temblorosos, unos brillantes ojos de color bronce saludaron el nuevo día, sus ojos se quedaron pegados al techo donde varios recuerdos llegaron a su mente, al igual que algunos mensajes secretos que resonaban desde su interior.

Con el cuerpo adormecido, se levantó de la cómoda cama donde estaba descansando, la vista fue extra, a decir verdad, no recordaba a ver visto esa habitación, pero lo que si logro reconocer fue a la figura que estaba encima de él.

-que haces Mittelt- el ángel caído con su ropa de sirvienta estaba roncando débilmente como señal de que estaba dormida, cuando quería empujarla al suelo una voz lo paro -déjala, estuvo ocupada todo este tiempo como para que no se mereciera descansar-

Sentada en una mesa con una taza de té humeante, estaba Olga, usando un vestido delgado de color blanco, el vestido estaba resaltando su esbelta figura y extrañamente su belleza natural.

Sentada en una mesa con una taza de té humeante, estaba Olga, usando un vestido delgado de color blanco, el vestido estaba resaltando su esbelta figura y extrañamente su belleza natural

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Fauces del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora