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Shiro levanto un poco la cabeza, cansado por todo lo ocurrido hace tan solo unas horas atrás, desde la pelea con Olga no había tenido realmente tiempo para pensar en qué hacer, su traición fue una apuñalada que aún lo molestaba, pero aun así se mantuvo firme en su único deseo por el cual la apoyo, proteger a la humanidad.

Mirando como el sol salía entre las montañas sonrió feliz de presenciar un bonito amanecer, aun sabiendo que todo había cambiado estaba decidido a seguir adelante, no se rendiría aun cuando detestaba con todo su corazón la idea de convivir con demonios.

El contrato firmado por el Maou Lucifer se firmó ese mismo día dándole algo que Olga no podría darle, pero aun cansado y asqueado por apretar las manos con ese demonio, solo tuvo que fingir un poco más para salir adelante con su plan.

Sabía que Olga no se rendiría y crearía un plan para este incidente, así que tomo otro camino, aun cuando ambos comenzaron caminando el mismo camino, llego su momento de tomar distintos caminos, Olga tomo uno que desconocía, ahora mismo no podría predecir lo que la chica aria a continuación y estaba seguro que ella no podría predecir esta jugada tan arriesgada.

-Shiro estas bien, te veo un poco perdido- Asia a su lado no se separó de él siendo un poco molesta al estar pegada a su lado, pero agradecía que le diera su apoyo –no logre dormir mucho Asia, todo este problema me tiene muy cansado Asia-

-lo entiendo, tampoco creí que nos veríamos involucrados con los demonios-

-hablas como si te afectara a ti también Asia-

-claro, somos un equipo y no tengo pensado abandonar este equipo, así que mejor pensemos una forma para seguir adelante- dando una sonrisa, Shiro acaricio la cabeza de Asia con cariño a la vista de los dos demonios que lo seguían por detrás con varias maletas.

-Koneko estas bien- Akeno pregunto a su compañera la cual tenía varias maletas apiladas en su cabeza como si fuera un truco de algún circo, la chica albina la miro y levemente asintió con la cabeza, cosa que la afecto cuando las maletas estaban a punto de caerse al suelo, cosa que el pequeño demonio no pudo evitar, haciendo que toda su ropa cayera en la acera.

Cuando la ropa cayo regada al suelo, Shiro se detuvo y volteo la mirada –sabía que no podrías con las maletas- Asia que agarraba a Kuro fue donde su maleta que había caído en el concreto destapando toda su ropa al público, los cuales eran empresarios los cuales apenas despertaban de su sueño.

Mientras Shiro ayudaba a Koneko, logro ver algo extraño que lo hizo fruncir el ceño –puedo preguntar por qué usas este tipo de ropa Koneko- con un tono algo cansado levanto la ropa interior de encaje negro la cual lucia transparente, la chica de cabello blanco desvió la mirada avergonzada y señalo a su compañera –es su ropa interior, la mía no es tan atrevida-

-no necesitaba tanta información-guardando como sea la ropa en la maleta, Akeno sonrió un poco divertida por la expresión de Koneko –dime Koneko, no quieres que te compre unos parecidos que hagan juego con tu cabello- Koneko al escucharla se sonrojo y solo lanzo otra braga a la cara de su amiga, esta era de color blanco con un diseño que lo hacía lucir más pequeño, unido por nudos.

-antes que ustedes dos tengan su guerra lanzándose ropa interior, les sugiero recoger todo y llevar todo esto, yo no pienso cargar todo esto- agarrando algunas maletas se levantó y camino al lado de Asia, la cual lo esperaba con su propia maleta –oye Shiro, ahora que lo veo no tienes más ropa aparte de la que usas-

-no lo necesito, esta ropa fue modificada por Olga, para que se mantuviera limpio siempre y cuando me la quite, además pienso que no me quedaría otra ropa que no sea el de la iglesia-

-ya veo, pero estoy segura que te verías guapo con cualquier ropa que uses- dando una tierna sonrisa, Asia pego su cabeza al hombro de Shiro, ambos ignorando las miradas de las demás personas, quienes se mostraban confundidos por como dos miembros de una religión extranjera lucían tan apegados, más cuando portaban sus ropas con mucho orgullo, Asia usando la ropa de monja que Olga había modificado para ella.

Fauces del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora