Cap 16.

70 5 2
                                    

La chica se sentó a un lado de Sanemi recargado su espalda en la pared pero segundos después recargo su cabeza en su hombro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La chica se sentó a un lado de Sanemi recargado su espalda en la pared pero segundos después recargo su cabeza en su hombro.

-¿Que te pasa hoy?.

-¿Como que que me pasa? —pregunto sin entender muy bien a que se refería— si es acerca de mi comportamiento es porque ya me acabe mi energía para socializar —comento tapándose la boca para después bostezar.—

-Ah, entonces ya estás cansada de hablar y hacer cosas —dijo con tono ligeramente burlón.—

-Si, y eso que solo llevan una hora y treinta minutos aquí.

Murmuró cerrando los ojos disfrutando el momento y el viento que entraba al lugar, aunque eso fue suficiente para arruyarla.

Tardo poco en caer dormida ya que no había mucho ruido, seguramente en la cocina si, el peli-blanco pasó un brazo alrededor de sus hombros y la atrajo más hacia él, en un gesto protector para dejarla descansar.

La chica tenía la cabeza recargada contra su pecho pero el pilar de la serpiente miró a su amigo con burla dandose cuenta de sus acciones.

-Tranquilo nadie te la va a quitar.

El de obres grises lo miró con una expresión ligeramente irritada respondiendole con voz seca.

-Cállate.

Después de dos horas de una pequeña siesta se despertó, se encontraba acostada en el piso, como almohada tenía el haori de Sanemi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Después de dos horas de una pequeña siesta se despertó, se encontraba acostada en el piso, como almohada tenía el haori de Sanemi.

Algo confusa aun se sentó tomando el haori en brazos, segundos después se levanto bajando las tres escaleras, se acercó a la primera persona recargando su rostro en su brazo.

Era Rengoku pero este simplemente colocó su mano en su cabeza mientras seguía hablando con los demás de cómo lo acomodarian las mesas, la chica seguía abrazando el haori del peli-blanco sintiendo la mano de Rengoku acariciaba su cabeza.

-Acomodenlas en una hilera, son 4 si alcanzan —era la voz de Tokito proponiendo.—

La mano que estaba acariciando su cabello paro, pues la chica tuvo que sostenerse por si misma escuchando y viendo como todos las acomodánban, al igual que las sillas.

Romance. (Sanemi shinazugawa y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora