[Catorce] : Guerra

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En la mansión del ministro Xie, muy lejos del palacio del emperador, un cansado Xiao Zhan caminaba de una punta a la otra en la habitación que le asignaron

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En la mansión del ministro Xie, muy lejos del palacio del emperador, un cansado Xiao Zhan caminaba de una punta a la otra en la habitación que le asignaron. Se sentía intranquilo, inquieto, ya que hacía meses que nadie sabía nada del guardián Wang. Él sentía algo revolviéndose en la boca de su estómago y esa sensación no desaparecía, empeoraba con el paso de los días. Su hermana lo había enviado allí completamente manipulado, obligando al ministro que lo casara con su hija Xie Yan Ran de inmediato, en contra de su voluntad.

Mencionó que su hermano no estaba cuerdo, que había enloquecido y quería huir con un hombre; El ministro no supo qué hacer, ya que su hija le había confesado que no amaba a su majestad Xiao Zhan, y que no quería ser obligada a casarse con él. Ella bien sabía de los sentimientos del príncipe Zhan por el guardián, y no quería ser como la emperatriz, metiéndose entre su relación cuando era claro que eran almas gemelas.

Prefería seguir manteniendo la amistad con el príncipe que ser obligada a casarse.

El ministro debía cumplir órdenes, pero no quería estar involucrado en algo tan serio, él no quería ensuciarse las manos por Xiao San. La emperatriz dejó en su mansión a su hermano menor manteniéndolo controlado bajo hipnosis de alguna forma, para obligarlo a obedecer lo que ella había metido en su cabeza; O eso hacía al menos las primeras semanas, ya que con el pasar del tiempo usaba a otros para que hicieran ese trabajo, estos fueron expulsados y se les prohibió la entrada a la mansión del ministro Xie.

Entre Su Xun Xian y Xie YanRan limpiaron la conciencia y el núcleo de Xiao Zhan, dejando que se recuperara poco a poco; les tomó muchos intentos, días y horas, poder alejar los pensamientos que la emperatriz había casi enterrado a la fuerza en su conciencia. Su Xun Xian admitía que había sido un verdadero reto superar el poder de la emperatriz, pero no había nada que pudiera ganarle al comerciante, ni siquiera la emperatriz Xiao San.

Hacía meses que Xiao Zhan estaba consciente, muy despierto y muy enojado, ya que no lo dejaban ir por su propio bien, la emperatriz debía seguir pensando que aún lo tenía en su poder, controlado e inconsciente; Supuestamente debía esperar a que el guardián viniera por él, y hasta ahora no lo había hecho, Zhan comenzaba a imaginar que algo malo había pasado con él, por eso aún no había aparecido.

No quería tener ese tipo de pensamientos negativos en la cabeza, pero ya habían pasado unos meses y nadie lo había visto de nuevo; Habían mandado espías al palacio del emperador pero estos nunca volvieron, el príncipe sabía que seguramente su hermana se encargó de todos ellos, no permitiendo que él supiera del guardián, o de lo que ocurría puertas adentro; Incluso las aves de Sun Xun Xian murieron envenenadas antes de llegar a las puertas de la mansión del ministro Xie, sin revelar casi nada.

Se decía en el reino que la emperatriz estaba embarazada, pero que jamás alguien la vio con su abultado vientre, el príncipe Zhan no quería pensar que el guardián lo traicionó de alguna forma, él no era así; Temía más que su hermana hubiera hecho algo como lo que le hizo a él para manipularlo, usar algún afrodisiaco venenoso, o medicina de dudosa procedencia contra el guardián para que cumpliera sus órdenes, e imaginar que lo hizo con voluntad propia.

ᴰᵉˢᵉᵒ - [Yizhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora