[Cuatro] : Siempre para ti

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[Tiempo Presente]


Vi una sombra acercándose por el sendero, siendo iluminado su camino por las muchas lámparas colgantes, me puse en alerta por cualquier posible intruso, era mi deber cuidar la seguridad del palacio, de la emperatriz y de su hermano; Me mantuve oculto moviéndome sigilosamente, no quería que notara que estaba allí, los pasos un poco apresurados se acercaron más, podía oírlo con más claridad.

Una figura masculina apareció en el rango de visión, su rostro lucía sereno y tranquilo, como si no temiera que pudieran atacar en cualquier momento. Sonreí de medio lado, esperando que se aleje un poco más de la vista de los demás guardias, de su hermana, sus acompañantes y los sirvientes, adentrándose más donde nadie iba. Solo un poco más, un poco más y podría acercarme a él.

Casi sentía que no soportaba un minuto más, quería tenerlo todo para mí, disfrutar nuestro momento a solas, no ser interrumpidos por nadie, ser solo nosotros en la profundidad noche. Avance sigilosamente, evitando que cualquier pequeño sonido delate que lo estaba siguiendo, aunque seguramente ya lo sepa, no era ningún tonto.

Hacemos esto desde hace años, siempre debemos esperar a que todos se fueran a descansar y huir hasta la zona más alejada del palacio, yendo a donde nadie viene, y disfrutar de amarnos sin importarnos nada, esta era nuestra rutina nocturna. Ya que mis obligaciones se hicieron más pesadas el último año, casi no tenía tiempo de verlo en las tardes o mucho al despertar, por eso huía siempre que podía y lo veía desde las ramas de los árboles.

Detuvo sus pasos estando lo suficientemente alejado de todo, suspirando suavemente sabiendo que está a salvo, la suave brisa mecía sus cabellos levemente, su espalda recta manteniendo su elegante y educada postura, observé alrededor, no pasaba ni un alma por allí a esas horas, hasta que lo oí hablar: – Sé que estás allí – su voz sonaba serena, en calma – Sal ahora.

Camine hasta él, saliendo de mi escondite. – No debería andar tan tarde en la noche, mucho menos solo, majestad –respondí, deteniendo mis pasos a solo dos de su cuerpo; Acerque la boca a su oído, hablando un poco más bajo e íntimo: – Alguien podría atacar al verlo tan indefenso, no debería salir sin protección. Tiene suerte de que estuviera patrullando, Majestad.

Escuche su risa, su suave risa, también note como abrió su abanico y lo meció suavemente con la mano cerca del rostro. – Para eso está usted, guardián Wang –dijo, mirándome apenas girando su cabeza hacia el hombro – ¿No es ese su trabajo? Se supone que debe impedir que alguien entre. ¿No es por eso que entreno y se volvió uno de los mejores? – Giró la cabeza, mirando nuevamente hacia adelante.

Asentí, aunque no podía verme. – Si, ese es mi trabajo, majestad –dije. Sonreí acercándome más, dejando las manos en sus brazos sintiendo el olor de su suave cabello, pase los dedos apartándolo para poder ver la piel de su cuello y nuca, hundiendo los labios allí, sintiéndolo estremecerse y ladear la cabeza, dándome más acceso a su piel. — Entregaría mi vida por usted.

ᴰᵉˢᵉᵒ - [Yizhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora