capitulo decimosexto Las espadas de obsidiana

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Sanse les dijo con una sonrisa burlona: "Dejen de perder el tiempo tirados en el suelo. Necesito que hagan una misión. Hay una extraña situación cerca de un cuerpo de agua. Un Ahuízotl se está robando a la gente. Ya lo habíamos detenido, pero se escapó otra vez".

Sanse les dio una espada a cada uno de los tres, pero lo raro es que estaban hechas de obsidiana. Semeel reclamó: "Eso es una tontería. Esto se va a romper al primer golpe".

Sanse se rió más fuerte y dijo: "Es verdad en parte, pero también no es correcto. Recuerden lo que les enseñaron acerca de la energía de su cuerpo. Hagan que fluya por la espada para que sea más resistente".

Jhon dijo: "Pero aún no hemos aprendido a hacer eso".

Sanse sonrió y dijo de broma cruel: "Entonces aprenderán en media pelea".

Rick sin decir nada, bajó la mirada, pensando qué le pasaba a este loco. Luego, los tres fueron al cuerpo de agua. Era un lugar bastante lindo, pero no podían estar distraídos. Pasaron 2 días y no escucharon nada, hasta que un día escucharon una voz de un bebé. Eso indicaba que el Ahuízotl estaba cerca.

Los tres se miraron entre sí, listos para enfrentar al monstruo. Semeel desenvainó su espada de obsidiana y dijo: "Estoy listo para esto". Jhon asintió con la cabeza y Rick se preparó para la pelea.

De repente, el Ahuízotl salió del agua. Era un monstruo grande y peligroso. Los tres se prepararon para atacar, pero Sanse les gritó: "No olviden lo que les dije. Hagan que fluya la energía de su cuerpo por la espada".

Los tres respiraron profundo y se concentraron. De repente, una energía misteriosa fluyó por las espadas de obsidiana y se volvieron más resistentes. Los tres atacaron al Ahuízotl con todas sus fuerzas. La pelea había comenzado.

El soldado de la montaña Donde viven las historias. Descúbrelo ahora