capitulo vigésimo tercero El dolor

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El Kakasbal los llevó a una sala donde había muchos esqueletos de sus antiguas víctimas. El aire estaba lleno de un olor a muerte y descomposición. Los tres se sintieron aterrorizados al ver la escena.

"¿Qué es esto?", preguntó Jhon, intentando mantener la calma.

"Es mi colección de trofeos", respondió el Kakasbal, riendo. "Y ustedes serán los próximos en unirse a ella".

El Kakasbal se acercó a ellos y les miró con desprecio. "Ustedes no merecen esa ropa que llevan", dijo. "Los verdaderos guerreros águila no habrían caído de forma tan fácil".

De repente, el Kakasbal levantó sus manos y los tres se sintieron atrapados por una fuerza invisible. Empezaron a sentir un dolor intenso en todo su cuerpo, como si estuvieran siendo torturados.

"¿Qué estás haciendo?", gritó Semeel, intentando resistir.

"Estoy mostrándoles el verdadero significado del dolor", respondió el Kakasbal, riendo.

El Kakasbal empezó a usar su magia oscura para torturarlos tanto físicamente como de forma psicológica. Los tres se sintieron aterrorizados y trataron de resistir, pero no podían hacer nada contra el poder del Kakasbal.

"Por favor, para", suplicó Jhon, intentando mantener la calma.

"¿Por qué debería parar?", preguntó el Kakasbal, riendo. "Ustedes no merecen misericordia".

Y con eso, el Kakasbal continuó torturándolos, haciendo que los tres se sintieran cada vez más aterrorizados y desesperados.

"Tenemos que encontrar una forma de escapar", dijo Rick, intentando mantener la calma.

"¿Cómo?", preguntó Semeel, desesperado.

"No lo sé", respondió Rick, "pero debemos intentarlo".

Y con eso, los tres trataron de encontrar una forma de escapar de la tortura del Kakasbal, pero no sabían si podrían lograrlo.

El soldado de la montaña Donde viven las historias. Descúbrelo ahora