7. HAZLO

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Dazai y Yosano hablaron hasta la medianoche, la conversación se alargó mucho más de lo que cualquiera de los dos había previsto. Yosano insistió en que Dazai debería dormir temprano si quería rendir bien en su entrenamiento al día siguiente cuando la mente de Dazai estaba perdida en sus retorcidas maquinaciones.

Claro que Yosano le preguntó por Higuchi. Estaba curiosa, casi demasiado para el gusto de Dazai. Pero él no estaba dispuesto a profundizar en ese asunto, no quería soltarle esa bomba y menos después de la propuesta que le había hecho. ¿Se sentía culpable?, no. Para nada. Sabía que él no estaba haciendo nada malo, pero a Yosano probablemente le vendría mal. Así que desvió hábilmente la conversación hacia su último plan: cómo fastidiar a Fyodor.

Yosano trató de seguir la lógica retorcida de Dazai mientras él detallaba sus intenciones de hacer que Chuuya se enamorara de él. La voz de Dazai era suave, casi demasiado tranquila, mientras explicaba su estrategia. Insistía en que, si Chuuya era el amante oficial de Fyodor, no bastaba con acostarse con él; necesitaba ir más allá para poder lograrlo.

—¿Estás seguro de que vas a llegar a alguna parte llamándolo puta cada vez que puedes? —cuestionó Yosano con sarcasmo.

Dazai se recostó, la luz de su teléfono proyectaba un suave resplandor en su rostro. Sonrió, y algo extraño para Yosano era que había una especie de chispa en los ojos de Dazai. Como si estuviese dispuesto a todo para lograr su objetivo. Incluso hacer ejercicio.

—No entiendes, Sano. Es tan natural, que todo fluya así. Es como si, aunque por más que intento ser amable con él al principio, por alguna razón termino en esa dirección. Piénsalo de esta manera. Se trata de control, no solo de seducción.

Yosano alzó una ceja, había algo que claramente ella no podía entender en la forma en la que operaban los pensamientos de Dazai. Pero al menos los expresaba. Porque cuando lo conoció, era un chico mucho más sombrío. Aún así, estaba casi segura, de que lo que escuchaba era sólo la punta del iceberg.

—Parece una línea muy fina entre el amor y la obsesión, ¿no crees?

La mirada de Dazai se oscureció.

—La obsesión no es más que otra forma de amor, ¿no? Además, Chuuya no es como los demás. No será fácil de romper, y eso es precisamente lo que lo hace interesante.

—Me suena a que estás cavando tu propia tumba Zai. Pero antes de que termines de cavar. Tal vez Ranpo tenga razón.

—¿Razón en qué?

—En que esos vendajes que tienes no serán suficientes para cubrir con todas las heridas que te harás en el proceso.

¿Heridas?, si claro, como si algo emocional pudiese ser igual de molestoso que romperse un hueso o algo por el estilo.

[...]

Al día siguiente, para su desgracia, era día de descanso, así que Chuuya aún se encontraba en el departamento. Al parecer, Fyodor seguía durmiendo. ¿Tan agotado lo había dejado Chuuya? La repugnancia le recorría la columna vertebral solo de imaginarlo.

—¿Por qué no seguiste mi consejo? —comentó Dazai mientras leía un libro en el sofá. Chuuya solo levantó una ceja, como si no entendiera a qué se refería y se dirigió a preparar café. —Te dije que te alejaras de Fyodor.

—¿Y por qué tendría que escuchar los consejos de un niñato?

—Porque resulta que este niñato conoce a Fyodor mejor que tú.

Dazai giró su cuerpo sobre el sofá, asentando el libro a un costado, mientras apoyaba los codos sobre el respaldo del sofá, con sus largos pies flotando en el aire.

TRUE INTENTIONS: THE SUBSTITUTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora