Dazai aún estaba en la habitación de Fyodor. Bajo otras circunstancias, se habría ido dejando aquellas sábanas sucias para molestar a Fyodor, pero no quería darle ningún motivo para cuestionar su comportamiento indecente. Las quitó casi de un solo golpe, las hizo bola y fue rápidamente a buscar las suyas para disimular. Salió de la habitación y mientras iba bajando las escaleras camino al cuarto de lavado, la puerta principal se abrió de golpe y los ojos violáceos de Fyodor se clavaron en él con una mezcla de incredulidad y curiosidad.
-¿Esas son mis sábanas? -Fyodor señaló con un ligero movimiento de cabeza mientras dejaba una pequeña bolsa de compras en el sofá, sus ojos estaban fijos en las manos de Dazai que sostenían el montón de tela arrugada.
Dazai vaciló un poco antes de responderle, prefiriendo terminar de bajar las escaleras. -Desde que Chuuya me pidió que sea más considerado contigo -respondió, una leve sonrisa curvó sus labios y continuó caminando.
Fyodor entrecerró los ojos, como si estuviera calibrando algo que no podía ser medido a simple vista, su atención seguía puesta en las manos de Dazai, que ahora parecían estar sujetando más que solo un montón de tela. -Vaya, veo que se llevaban muy bien ustedes dos. Mori no se equivocó al elegirlo tu tutor.
Los pies de Dazai se detuvieron en seco, sintió un leve escalofrío recorriendo su columna, y antes de girar intentó cambiar su expresión de asombro, sabiendo que cualquier debilidad sería devorada en el acto. -¿Qué sabes de eso? -preguntó con un tono despreocupado, ahora frente a Fyodor.
-No mucho, solo lo suficiente para darme cuenta de que Chuuya tiene sus propios encantos. -La voz de Fyodor bajó, manteniendo fija la mirada en las sábanas que Dazai sostenía-. Pero gracias a esa decisión, pude acercarme a él. ¿No te parece curioso?
Dazai sostuvo la mirada de Fyodor... -Sí, muy curioso -replicó con una incredulidad casi contenida.
Fyodor permaneció en silencio por un momento, con una calma que era casi inquietante mientras se acercaba un poco más -Aprovecho para pedirte un favor...
Fyodor mantuvo su postura relajada, después de todo, no era la clase de tipo que acostumbraba a pedir favores y menos a su hermanastro. La convivencia entre ellos fue nula y siempre hubo una clase de rivalidad no pronunciada antes de que Dazai decidiera "renunciar" a la idea de competir. No porque le tuviese miedo a Fyodor, era más bien, una clase de pereza e indiferencia. Dazai alzó una ceja, sabía que debía haber un motivo oculto.
-¿Un favor? -repitió Dazai, dejando caer las palabras con un aire de ligera incredulidad. Mientras su mente ya trabajaba en descifrar la verdadera intención detrás de la solicitud.
-He estado hablando con madre y bueno... - divagó un poco mientras se dirigía a la cocina invitando a Dazai a acompañarle mientras se preparaba café -le estuve contando - Dazai asentó las sábanas en el sofá y se sentó en el taburete giratorio de la mesa de servicio, girando para darle tiempo de terminar con sus divagaciones -de Chuuya -continuó, con una calma calculada, el taburete se detuvo, pero en menos de dos segundos, Dazai volvió a tomar impulso-. Ella quiere conocerlo, y ¿adivina qué? Nos compró una reservación en un resort en Hawái para las vacaciones. Es la oportunidad perfecta para que pasemos un momento familiar.
Dazai siguió girando lentamente en el taburete, el anuncio hizo que Dazai frunciera apenas el ceño. La palabra "familiar" siempre sonaba vacía en los labios de Fyodor, pero también lo era para él. Nunca existió tal cosa para él, y lo más parecido que tenía era a Ranpo que conoció un par de años atrás cuando Fukuchi y Mori decidieron casarse, y a Yosano la había visto un par de veces cuando era pequeño, pues era hija de uno de los primeros matrimonios de Mori. Hasta que la madre de la chica falleció y "desafortunadamente" Mori se quedó con su custodia. Ambos tenían miradas similares, así que no fue muy difícil llevarse con ella. Poco a poco se sumaron personas a las que podría considerar "compañeros" y un par de personas a las que llamó "amigos" pero la traición y la perdida eran constantes en su vida.
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TRUE INTENTIONS: THE SUBSTITUTE
FanfictionDazai Osamu, un joven actor con problemas que está atrapado en la escuela secundaria, es un maestro de la manipulación, acostumbrado a doblegar a todos a su voluntad. Pero cuando el enigmático maestro sustituto, Chuuya Nakahara, se resiste a sus tru...