Capítulo III

274 34 0
                                    

Parte I

Parte I

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sergio


Las olas me rodean los tobillos mientras contemplo el horizonte y me lleno los pulmones con el aire salado que sopla desde el océano. El agua todavía está lo suficientemente fría como para necesitar un traje de neopreno —por lo general, suele serlo todo el año, a menos que tengas la piel más gruesa que la de un elefante—, pero así es como yo la prefiero. Así las aguas se mantienen libres de turistas que no saben qué diablos están haciendo, ya que no hace tanto calor como en las playas de California.

Ha pasado más de un mes desde que terminaron las clases y he pasado cada uno de esos días haciendo lo que más me gusta.

El surf.

Cualquiera que me conozca desde hace más de diez minutos también sabe que vivo en el océano durante el verano. Es mi lugar favorito. Mi lugar feliz.

Algunas personas sienten la atracción de las montañas y el bosque. A algunos les atrae el desierto como el lugar donde prefieren perderse en sus propias mentes.

¿Pero yo? Siempre responderé al llamado del océano.

Ahora que tengo mi licencia, puedo conducir a donde quiera. Arriba y abajo de la costa de Oregón, a cualquier playa que me apetezca. El único problema es que tengo que lidiar con pedir prestado el Jeep a Max, porque mamá y Jos pensaron que sería una idea brillante que los dos compartiéramos un auto. Como si ya domináramos el arte de compartir cosas.

No.

Pero una parte de mí piensa que la mano de mamá en esa estipulación era para que ella pudiera verme tanto como fuera posible durante el verano. Porque, como dije, yo viviría en el maldito océano si pudiera durante los meses de verano, y ella lo sabe. En un momento dado, cuando era niño, me dijo que si no tenía cuidado, me crecerían branquias y me convertiría en un pez.

La idea no me asustó en absoluto.

Siempre hemos sido muy unidos, ella y yo. Era inevitable que así fuera cuando, durante los primeros siete años de mi vida, ella fue madre soltera. Me crió sin ayuda de nadie, salvo de alguna niñera ocasional si trabajaba hasta tarde en el café de la ciudad. Pero incluso entonces, se aseguraba de ser la única persona que me arropaba por la noche o me preparaba el almuerzo y me llevaba a la escuela. Y esas pequeñas y aparentemente insignificantes constancias en mi vida ayudaron a forjar un vínculo con ella que no cambiaría por nada.

Ella siempre me ha puesto primero. Incluso antes que ella misma.

Claro como el día, recuerdo cuando estaba en el jardín de infantes y le pregunté por qué no tenía un papá como casi todos mis otros amigos. Por qué no me recogía ni me preparaba el almuerzo ni hacía ninguna de las cosas que ella hacía por mí. Ella me sentó y me explicó que tenía un papá, pero que él murió antes de que yo naciera, así que ahora éramos solo ella y yo.

Head Above Water: [ Chestappen/Perstappen ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora