Capítulo XVI

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Parte II

Parte II

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Max

🔞 

Este capítulo tiene escenas explicitas, por si no es de tu agrado por favor de abstenerse a leer.


Puede que haya sido una estupidez por mi parte haber dejado que Sergio condujera hasta su casa, ya que hace no más de veinte minutos se golpeó la cabeza con un objeto desconocido. Pero, sinceramente, no creo que yo fuera capaz de pensar si él y yo estuviéramos encerrados en un espacio reducido. Incluso si el viaje dura menos de diez minutos.

Sin embargo, lo sigo de cerca, asegurándome de que conduce con cuidado los kilómetros que nos quedan para volver a casa. Solo cuando estaciono el Wrangler en el lugar del garaje junto a su Bronco, finalmente respiro con tranquilidad.

Mi cabeza se inclina hacia atrás contra el reposacabezas por un momento y me froto la cara con la mano unas cuantas veces.

Joder, Sergio. ¿Qué voy a hacer contigo?

Ni siquiera saqué la llave del encendido cuando la puerta casi se sale de sus bisagras. Me sobresalto un poco antes de girar la cabeza hacia el asiento para mirarlo.

Sus ojos aún tienen el mismo brillo que tenían en la playa, uno que ahora reconozco como la lujuria más embriagadora que he sentido jamás. Calientan mi piel mientras me examinan, como si quisieran catalogarme en este momento. O como si estuviera imaginando todas las formas en que quiere devorarme, trazando el camino que le gustaría tomar, y el pensamiento hace que todo mi cuerpo arda de ansiedad.

Sin embargo, no se mueve para sacarme del coche ni para llevarnos rápidamente al interior. En lugar de eso, apoya los antebrazos contra el techo del coche y baja la cabeza por la abertura de la puerta.

Y simplemente me mira fijamente, joder.

—Hola —murmuro con voz ronca.

Una sonrisa burlona se dibuja en sus labios, como si supiera que él es la razón.

Supongo que, para ser justos, lo es.

—Hola —responde él.

Mi garganta bien podría tener una pelota de béisbol incrustada por la forma en que lucho por tragar, por encontrar palabras, por hacer literalmente cualquier cosa que no sea quedarme boquiabierto mirando su figura todavía semidesnudo.

Pero de algún modo lo hago, aunque las palabras que salen de mi boca son un giro total con respecto a cómo las dejamos en la playa.

—No podemos seguir haciendo esto —susurro, exponiendo un poco de mi miedo para que él lo vea—. Pelear. Discutir. No nos hace ningún bien a ninguno de los dos.

Head Above Water: [ Chestappen/Perstappen ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora