Aveces parecen vivir en el pasado, lamentando lo que ocurrió y lo que ocurrirá, de alguna forma tratando de escapar de lo que más les atormenta. Nick, hijo de Madre Ghotel quien desea enorgullecer a su madre y convertirse en lo que ella tanto anhela...
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Ser heredera al trono era una tarea difícil, ojalá esto viera pasado a mi hermano Chad, pero por tan solo 6 segundos era mucho más grande que él, todo esto era bastante estresante y mucho más ahora siendo consejera del futuro rey de Auradon.
Mis papás trataban de no abrumarme mucho con las tareas de la casa, así que le pidieron a mis tíos; los reyes de Auradon, que ayudará a Ben como consejera real, que debo admitirlo, fue mucho peor de lo que pensaba, ya que ese chico era bastante indeciso.
—¡Coraline! Es hora de irnos— dijo mi hermano detrás de la puerta.
—¡Voy!— Busqué rápidamente mi pequeña libreta de tareas y mi mochila.
—¡Hasta que sales por fin!— habló Chad entrando al auto.
—Es que yo si hago mi tarea y no pierdo 1 hora hablando conmigo en el espejo— hablé de manera burlona.
-¡Oye! Tu haces las tareas antes de venir a la escuela-.
—Pero al menos la hago, debo ser muy responsable— le sonreí.
Así fue el resto del camino, peleando con mi grandioso hermano que honestamente no lo soportaba a veces.
—Choel y tu tienen que dejar de ocultar me cosas ¡La última broma no fue divertida!-—habló molesto.
—¡Claro que sí lo fué!—dije riéndome.
El otro día a Choel y la pequeña Maya se les ocurrió una gran idea ¡Una pequeña broma! Fue cosa de nada, Maya tomó un sapo de la fuente de su castillo y lo puso en la cama de Chad, este al ver el animal gritó muy pero muy fuerte, salió corriendo de su habitación y se abalanzó sobre papá, no paramos de reírnos ese día.
—¡Tengo una estupenda noticia!— se acercaba un chico castaño con una sonrisa de oreja a oreja.
Miré a mi alrededor y mi hermano ya se había ido.
-¡Soy toda oidos!
—Bueno...tendremos nuevos compañeros este año— al ver mi cara de confusión por no entender a lo que se refería decidió ir al grano—¡Los 5 chicos de la Isla vendrán!—
Lo miré sorprendida, hace tiempo que Ben decía cosas locas como esas, y sinceramente parecían imposible.
"Todas las personas merecen una segunda oportunidad."
"Ellos no tienen la culpa de los errores de sus padres."
Y estaba en lo correcto, pero aquella pequeña inseguridad de que algo malo pasara aterraba a todos ¿Pero exactamente que podrían hacer? Ya no había magia ni nada por el estilo.
