17🎸: Padre

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—¡Hailey, Hailey!

Escucho gritos que se filtran en mi sueño. Intento abrir los ojos, pero están pegados como si estuvieran sellados. La voz se desvanece, cada vez más lejana, más distante.

—¡Despierta! ¡Algo está pasando allá afuera! En el apartamento de Liz.

De repente, mis ojos se abren de golpe. Estoy aturdida. No proceso dónde estoy ni quién me habla, hasta que encuentro los ojos verdosos de mi mamá, inyectados en sangre, llenos de una mezcla de miedo y urgencia.

La luz de mi habitación está encendida, cegadora. Miro el reloj de pared: 3:17 AM.

Me pongo de pie, tambaleándome, todavía confundida. ¿Luke? ¿Liz? Mi último recuerdo es que Luke me dejó aquí en casa. Recuerdo haber escuchado, sin querer, una acalorada conversación entre Liz y alguien por teléfono. No se escuchaba feliz; estaba furiosa, más bien. Entonces... ¿qué está pasando?

De pronto, lo escucho yo misma: un estruendo de vidrios rompiéndose afuera. Mi mamá y yo nos miramos a los ojos, y con un impulso de valentía, corremos al exterior.

La puerta del apartamento de Liz está abierta de par en par. Desde donde estoy, puedo ver a Luke, imponente, con el rostro manchado de sangre, sujetando a un hombre contra la pared.

—¡Ni se te ocurra volver! ¡Jamás! —grita Luke con una furia cruda que jamás había visto en él.

Estoy paralizada. Mis ojos se fijan en Liz, que tiembla de miedo detrás de ellos, llorando desconsoladamente.

El hombre, a quien no reconozco y que también tiene sangre en el rostro, se zafa del agarre de Luke y sale rápidamente del apartamento, pasando justo frente a mí y escondiéndose en el ascensor.

La respiración de Luke es errática; su pecho sube y baja violentamente. Su mirada recorre el desastre a su alrededor: objetos rotos, pedazos de vidrio esparcidos por el suelo. Pero algo parece romperse en su interior cuando levanta la vista y ve a su madre, Liz, llorando.

En ese momento, parece como si le hubieran golpeado de nuevo, pero esta vez en el alma. Aturdido, sin decir una palabra, pasa junto a nosotras sin mirarnos, con la cabeza gacha, y comienza a bajar las escaleras.

Mi mamá y yo intercambiamos una mirada cargada de preocupación.

—Ve con él, Hailey. Yo me quedaré con Liz —me dice, su voz firme pero tierna.

Asiento sin pensarlo demasiado y corro escaleras abajo tras él. Escucho sus pasos pesados resonar y, a lo lejos, susurrar entrecortado. Mi corazón late con fuerza, amenazando con salirse del pecho. Estoy tan asustada, tan preocupada por él. ¿Quién era ese hombre? ¿Por qué estaban peleando?

Los susurros se hacen más fuertes, pero me doy cuenta de que no son solo susurros; son lamentos. Finalmente, lo veo. Está sentado en un tramo de las escaleras, frotándose los ojos, llorando.

La imagen me golpea como un puñetazo al estómago. Siento que las piernas me fallan al verlo tan vulnerable, tan roto. Me acerco despacio, con cuidado, y me arrodillo frente a él.

Luke parece destrozado. Su cabello es un desastre, y hay un hematoma púrpura en su frente. Su cara está roja por el llanto, y hay sangre en sus manos.

Con delicadeza, toco su brazo para hacerle saber que estoy aquí, que no está solo.

Él se aparta bruscamente.

—No-o, Hai... No quiero hacerte daño —su voz se quiebra, ni siquiera puede decir mi nombre completo—. Soy un desastre. Le pegué a mi padre... y asusté a mi madre. Mierda, ¿por qué...? ¿Por qué?

Perdida en la realidad - (5SOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora