Estás embarazada

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(Esposos)

(Su perspectiva) 

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Escenario: Tu esposo llegó a casa y no te encontró esperándolo como siempre. Preocupado, subió a su habitación y te vio muy nerviosa. Te preguntó qué ocurría, pero no esperaba la respuesta que le ibas a dar..

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Theodore Nott

Era una tarde como cualquier otra cuando llegué a casa después de un largo día de trabajo. Las jornadas últimamente habían sido agotadoras, llenas de reuniones y papeles interminables. Todo lo que deseaba al final del día era llegar a casa, ese lugar que se había convertido en mi refugio, donde sabía que siempre me esperaría mi esposa, T/n, con su sonrisa cálida que siempre lograba aliviar cualquier tensión que hubiera acumulado durante el día.

Sin embargo, al abrir la puerta, me recibió un silencio inusual. El aire en la casa se sentía extraño, casi pesado, como si algo estuviera fuera de lugar. "T/n," llamé, esperando escuchar su voz en respuesta, pero no hubo nada, solo el eco de mi propio llamado.

Me quité el abrigo y la colgué en el perchero, tratando de no preocuparme. Quizá estaba ocupada en otra parte de la casa. Caminé hacia la sala, la cocina, incluso miré en el jardín, pero no había rastro de ella. Una ligera inquietud comenzó a instalarse en mi pecho. No podía evitar sentir que algo andaba mal.

Finalmente, decidí subir las escaleras hacia nuestra habitación. A medida que me acercaba a la puerta entreabierta, escuché un leve sonido, como si alguien estuviera moviéndose al otro lado. Empujé la puerta con suavidad y la vi. Allí estaba, de pie junto a la ventana, con las manos entrelazadas frente a ella, mirando hacia afuera.

La luz del atardecer se filtraba a través de las cortinas, iluminando su rostro en un resplandor dorado. Mi corazón se relajó al verla, pero al mismo tiempo, noté algo diferente en su postura. Había una tensión en sus hombros, una especie de nerviosismo que me hizo fruncir el ceño.

"T/n," dije suavemente, entrando en la habitación. Ella se giró al oír mi voz, y supe de inmediato que algo no estaba bien. Sus ojos estaban ligeramente agrandados, y la forma en que mordía su labio inferior era un claro indicio de que estaba nerviosa.

"Theo," respondió, su voz más baja de lo habitual, como si le costara hablar. Eso solo aumentó mi preocupación. Me acerqué a ella, acortando la distancia entre nosotros, tomando sus manos frías entre las mías.

"¿Qué sucede, amor?" le pregunté, intentando mantener mi voz calmada, aunque por dentro ya estaba empezando a temer lo peor. ¿Había ocurrido algo grave? ¿Había recibido malas noticias? Mi mente corría a mil por hora.

Ella apartó la mirada por un momento, como si estuviera reuniendo el valor para decirme algo importante. El silencio se alargó, y mi ansiedad creció. Acaricié sus manos con mis pulgares, esperando pacientemente, aunque cada segundo se sentía como una eternidad.

Finalmente, T/n respiró hondo y levantó la vista para mirarme a los ojos. "Theo, hay algo que necesito decirte," comenzó, su voz temblorosa.

El nudo en mi estómago se apretó. "Lo que sea, puedes decírmelo," respondí, tratando de sonar lo más tranquilizador posible.

Ella cerró los ojos por un instante, como si estuviera luchando con las palabras. Cuando volvió a abrirlos, había una mezcla de emociones en su mirada: miedo, incertidumbre, pero también algo más que no pude identificar de inmediato.

Slytherin boy's reactDonde viven las historias. Descúbrelo ahora